La hipertensión puede dañar silenciosamente muchos órganos importantes, especialmente el corazón y el cerebro. Como resultado, puede aumentar el riesgo de sufrir un derrame cerebral, un infarto y una insuficiencia cardíaca, según el sitio web de salud Verywell Health (EE. UU.).

La hipertensión arterial prolongada sin un control efectivo supone una amenaza real para la salud.
FOTO: IA
La hipertensión grave se define como una presión arterial sistólica ≥180 mmHg o una presión arterial diastólica ≥120 mmHg. En muchos casos, los pacientes no presentan cefaleas, mareos ni otros síntomas inusuales, lo que dificulta aún más su detección.
Muchas personas descubren que tienen hipertensión arterial por casualidad durante chequeos médicos rutinarios o mientras reciben tratamiento para otras enfermedades. Si no se trata a tiempo, esta afección puede dañar silenciosamente muchos órganos vitales, especialmente el corazón y el cerebro.
El primer efecto peligroso que cabe mencionar es sobre el corazón. La hipertensión arterial prolongada obliga al corazón a trabajar más para bombear la sangre, lo que provoca hipertrofia ventricular izquierda. Este es el principal factor de riesgo de insuficiencia cardíaca y arritmias.
Según una investigación publicada en el Journal of the American College of Cardiology , las personas con hipertensión arterial no controlada tienen un riesgo de insuficiencia cardíaca entre dos y tres veces mayor que las personas sin hipertensión. Además, la hipertensión daña el revestimiento de los vasos sanguíneos, creando las condiciones para la formación de placas ateroscleróticas y aumentando el riesgo de infarto de miocardio.
Otro impacto grave se produce en el cerebro. La hipertensión arterial no controlada es la principal causa de ictus isquémico e ictus hemorrágico. Cuando la presión arterial es demasiado alta y no se detecta, los vasos sanguíneos del cerebro pueden romperse o formar coágulos que obstruyen el flujo sanguíneo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que aproximadamente el 54% de los accidentes cerebrovasculares son causados directamente por la hipertensión arterial. Aún más alarmante es que muchos pacientes que sufren su primer accidente cerebrovascular desconocen que padecen hipertensión.
Pero eso no es todo: la hipertensión grave también provoca esclerosis de los pequeños vasos sanguíneos de los riñones, lo que reduce la capacidad de filtración de la sangre y causa insuficiencia renal crónica. Muchos pacientes deben someterse a diálisis o a un trasplante de riñón debido a las complicaciones derivadas de la hipertensión no controlada.
Para prevenir y controlar adecuadamente la presión arterial, es necesario medirla regularmente, mantener un estilo de vida saludable y seguir las recomendaciones médicas. Según Verywell Health , las personas con presión arterial alta deben llevar una dieta baja en sodio, hacer ejercicio con regularidad, reducir el estrés, evitar fumar y limitar el consumo de alcohol.
Fuente: https://thanhnien.vn/hypertension-but-no-symptoms-new-de-doa-tham-lang-voi-tim-nao-185250806190952974.htm






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