Lee Kang-in entró al campo e inmediatamente dejó su marca. |
En una sofocante noche en Udine, cuando el Tottenham de Thomas Frank parecía a punto de levantar su segunda Copa de Europa en tan solo tres meses, el PSG contraatacó. Y el golpe no vino de estrellas esperadas como Desire Doué u Ousmane Dembélé, sino de dos nombres que estuvieron al margen de los planes de la temporada pasada: Lee Kang-in y Gonçalo Ramos.
El héroe inesperado
85 minutos de asfixia, 10 minutos de remontada. El Tottenham entró al partido con el pragmatismo frío de un equipo recién reestructurado. Jugaron directo, presionaron con inteligencia y aprovecharon las jugadas a balón parado.
Dos goles de Micky van de Ven y Cristian Romero pusieron a los Spurs al mando. Mientras tanto, el PSG parecía un equipo con un toque de sal en el pelo: lento, falto de contacto y dejando grandes huecos en jugadas a balón parado.
Pero el fútbol está lleno de momentos inesperados. En el minuto 68, el entrenador Luis Enrique dio entrada a Lee Kang-in, y luego, en el 77, a Gonçalo Ramos. Con ellos llegó una nueva oleada de energía, que hizo que la ya sólida defensa del Tottenham comenzara a resquebrajarse.
Lee, cuyo rendimiento había decaído en la recta final de la temporada pasada y del que a menudo se habló de un posible traspaso, marcó la diferencia de inmediato con su habilidad para maniobrar y controlar el balón en espacios reducidos. Lanzó un potente disparo de larga distancia para reducir el marcador a 1-2, reavivando la esperanza del PSG.
Ramos parecía haber dejado el PSG en el verano de 2025. |
Ramos, el "9" que muchos creían que dejaría París este verano, demostró su valía con su agudo instinto goleador. En el sexto minuto del descuento, cuando el Tottenham parecía tener la victoria asegurada, Dembélé se desmarcó por la derecha y centró con precisión. Ramos se lanzó como una flecha, superando de cabeza a Guglielmo Vicario para empatar el marcador a 2-2 y llevar el partido a los penaltis. El resto, como dicen, es historia con una victoria del PSG por 4-3.
Esos goles no fueron solo destellos de brillantez, sino también la prueba de un arma del PSG que rara vez se menciona: la profundidad de su plantilla. Ousmane Dembélé, candidato al Balón de Oro de 2025, admitió tras el partido: «Cuando perdíamos 2-0, sabíamos que no había tiempo para pensar. Teníamos que marcar para remontar, y la llegada de Gonçalo, Ibrahim y Kang-in nos dio energía, marcó la diferencia. Presionamos hasta el último segundo».
El capitán Marquinhos también se rió entre dientes cuando dijo: “Necesitábamos un número nueve para marcar ese gol, y Ramos lo hizo”.
Luis Enrique explicó la victoria con una fe inquebrantable: «Siempre he creído que después del minuto 80, el fútbol suele dar sorpresas. Los jugadores del banquillo cambiaron el partido: Lee Kang-in, Gonçalo Ramos, Ibrahim Mbaye, Fabián Ruiz, todos contribuyeron».
Momento de cambio
Cabe destacar que ni Lee ni Ramos llegaron al partido como "elegidos". Fueron colocados al final de la lista, se rumoreaba su salida y en su momento fueron considerados suplentes para partidos importantes. Sin embargo, en Udine, estos dos jugadores reescribieron la historia: de "segunda opción" a los héroes que llevaron al PSG a su primer título europeo de la temporada.
Lee cambió la suerte del PSG. |
Ramos, en la zona mixta tras el partido, no solo confirmó que se quedaría en París esta temporada, sino que también habló sobre la filosofía que debe mantener el PSG: "Los que entran desde el banquillo tienen que marcar la diferencia. Nunca nos rendimos. Fue un gran día, con un título especial".
El PSG no solo venció al Tottenham; ganó remontando el partido contra una desventaja, en un encuentro donde su juego físico y su toque claramente no estuvieron en su mejor momento. Fue un recordatorio para el resto de Europa de que, incluso cuando este equipo no está en su mejor momento, aún puede encontrar la manera de arrasar con sus rivales.
Para el Tottenham, la derrota fue dolorosa porque jugó un partido casi perfecto tácticamente. Pero en el fútbol de élite, a veces unos minutos de despiste pueden arruinar un plan cuidadosamente preparado.
Para el PSG, esta victoria es mucho más que un simple trofeo. Es un mensaje de profundidad, carácter y capacidad para cambiar las cosas. Y, sobre todo, es la prueba de que en París, incluso los nombres más inesperados pueden convertirse en héroes.
Cuando Lee Kang-in remató el gol y Gonçalo Ramos remató de cabeza en el tiempo añadido, no solo marcaron, sino que marcaron el momento en que emergieron de la sombra del "plan B" para convertirse en símbolos de una victoria que será recordada para siempre.
Fuente: https://znews.vn/khoanh-khac-doi-doi-cua-lee-kang-in-post1576838.html
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