Recuerdos brillantes de Malmö

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Malmö es la tercera ciudad más grande y también está entre las cinco ciudades más habitables de Suecia. La mayoría de los pasajeros de larga distancia suelen hacer escala en el Aeropuerto Internacional de Copenhague y luego toman un tren o autobús hasta Malmö. Si tomas el tren, puedes bajar en estaciones como Copenhagen Central, Norreport u Osterport para llegar a la estación central de Malmö o a la estación de Hyllie, lo que tarda entre 35 y 60 minutos dependiendo del tipo de tren y del punto de partida. Si coges el autobús Flixbus o Nettbuss podrás disfrutar del paisaje en 75 minutos. La experiencia de tomar el tren que une Copenhague (Dinamarca) y Malmö (Suecia) a través del puente Öresundsbron (también conocido como puente de Öresund) es muy interesante. Es el puente atirantado más grande del mundo y el puente combinado de carretera y ferrocarril más grande de Europa. Todo el Öresund tiene más de 16 km de longitud, incluidos 4 km de túneles submarinos, 4 km de islas artificiales y 8 km de puentes atirantados.

Las excursiones ayudan a levantar la moral y a aumentar la concentración para estudiar mejor.

Malmö posee muchos valores históricos y culturales que inspiran en jóvenes como yo la pasión por aprender. Este lugar cuenta con magníficas estructuras, como el Castillo de Malmöhus, un castillo construido en 1434 que aún conserva sus características antiguas, conteniendo muchos altibajos a lo largo del tiempo. Malmö también cuenta con un edificio singular llamado Turning Torso, que visto desde lejos parece una espiral de ADN biológico. El Museo de Arte Moderno Konsthall de Malmö exhibe obras tanto locales como internacionales y la plaza Lilla Torg... es también un lugar que me ha aportado mucha información.

Los campos de flores amarillas de canola se extienden como un sueño brillante.

Entre los recuerdos más preciados de Malmö se encuentran los días de verano en la isla de Ven, situada en la costa sureste de la ciudad. La isla Ven está a sólo 30 minutos en tren desde el puerto de Gamla Väster, en el centro de Malmö. En la isla hay muchas atracciones únicas como el Castillo Tycho Brahe, la Iglesia de Hven y el Centro Arqueológico... La isla de Ven es encantadora no solo por sus magníficos paisajes naturales, sino también porque es donde mis amigos y yo tejemos momentos alegres y juveniles cuando escalamos montañas, caminamos y alquilamos bicicletas para recorrer la isla. Los picnics apresurados después de los exámenes, cada uno aportaba lo que tenía: arroz frito con huevos, frutas, un pequeño altavoz para cantar en medio del bosque... resultaban ser hermosos destellos de color en la imagen de la juventud cada vez que los recuerdo. Los estudiantes internacionales pueden no tener mucho dinero, pero eso no es una barrera que nos impidaexplorar el colorido mundo. Espero que cada joven tenga su propio “Malmö”, un lugar especial que despierte en nosotros el deseo de tocar cosas nuevas y cultivar amistades profundas.