La falta de sueño prolongada puede aumentar la presión arterial. El Dr. Francisco López-Jiménez, de la Clínica Mayo (EE. UU.), explicó en el sitio web de noticias CNET la causa de esta afección: el sueño ayuda al cuerpo a recuperarse y a regular hormonas importantes, lo que contribuye al control del estrés y al metabolismo.
No dormir lo suficiente durante un período prolongado puede aumentar la presión arterial.
La falta de sueño puede aumentar los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Los niveles elevados de cortisol a lo largo del tiempo pueden aumentar la presión arterial, lo que incrementa el riesgo de sufrir un infarto o un derrame cerebral.
Un estudio publicado recientemente ha encontrado una relación directa entre la falta de sueño (menos de 5 horas por noche) y el riesgo de sufrir un infarto. Además, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, se ha demostrado que algunas afecciones médicas, como la apnea del sueño y el insomnio, también perjudican la salud cardiovascular a largo plazo.
Además, el insomnio y la mala calidad del sueño nos llevan fácilmente a adquirir hábitos perjudiciales en lugar de beneficiosos. Provocan cansancio, antojos y falta de motivación para hacer ejercicio. Todos estos factores afectan directamente la presión arterial y la salud cardiovascular.
El experto López-Jiménez explicó además: "De hecho, la actividad física regular es uno de los requisitos previos para mantener el corazón sano. Mantener una rutina activa también puede reducir la presión arterial, ayudarnos a controlar el colesterol, el azúcar en sangre, así como otros factores para mejorar la salud del corazón".
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