Durante una conversación, le pregunté al músico Nguyen Van Chung, autor de muchas canciones infantiles conocidas, qué pensaría si lo invitaran a dar clases de música en la escuela. Respondió de inmediato que estaba dispuesto porque ya había impartido algunas clases de verano, horas extracurriculares o actividades de clubes de música en escuelas. Le pareció práctico y motivaba a los estudiantes a estudiar.
Clase de música para estudiantes de secundaria en Ciudad Ho Chi Minh al inicio del curso escolar 2025-2026
FOTO: DAO NGOC THACH
Su ideal en la música es usar la melodía y la letra para despertar lo bueno en el alma de cada niño, de cada persona. Lo escuché y me pareció convincente, porque es evidente que cuando llevamos la práctica al aula, no solo aportamos conocimiento a los alumnos, sino que también les mostramos valores vitales.
K BRECHAS DE RESPONSABILIDAD
Pero, desde una perspectiva legal, ¿hay margen suficiente para un largo plazo? Porque además de los beneficios, la brecha de responsabilidad no es pequeña. Si un estudiante se lesiona durante una clase deportiva con un entrenador externo, ¿quién será responsable de la compensación? Si durante una sesión de intercambio, un artista hace accidentalmente una declaración inapropiada para su edad, ¿cómo lo manejará la escuela? No podemos confiar únicamente en la ética y la reputación profesional que se establecen en el documento.
La legislación vigente cuenta con algunas regulaciones dispersas. El Reglamento General de Escuelas (emitido mediante la Circular 32/2020/TT-BGDDT) identifica al profesorado como el principal responsable ante el centro educativo y los padres. La Ley de la Infancia de 2016 establece la obligación de proteger y prevenir daños a los niños en el entorno educativo . El Código Civil de 2015 estipula la responsabilidad de indemnizar por daños no contractuales. Sin embargo, no existe ningún documento que regule directamente la situación del profesorado invitado.
La Circular 5215 es alentadora, no obligatoria, y no especifica la responsabilidad legal en caso de incidente. En otras palabras, la puerta está abierta, pero no hay una alfombra roja legal para que los artistas entren al aula de forma segura.
Según la legislación vigente, los artistas invitados a las escuelas no se consideran empleados contratados por la escuela, por lo que no están cubiertos por seguro médico ni seguro de accidentes laborales. Tampoco son invitados diplomáticos, por lo que no están exentos de responsabilidad civil. Se encuentran en un vacío legal, donde si algo ocurre, la única opción es... "disculparse y resolverlo uno mismo".
Los artistas de Cai Luong actuaron e interactuaron con estudiantes de la escuela primaria Dinh Tien Hoang, distrito de Tan Dinh, Ciudad Ho Chi Minh.
Foto: D.TH
EL MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y FORMACIÓN NECESITA PROMULGAR REGLAMENTOS DE COORDINACIÓN DETALLADOS
La experiencia internacional demuestra que muchos países lo han considerado desde el principio. En Japón, los artistas que ingresan al aula deben realizar un breve curso de formación pedagógica y recibir un certificado de educación comunitaria. En Estados Unidos, las escuelas que invitan a instructores externos deben firmar un compromiso de responsabilidad, y los estudiantes están cubiertos por un seguro escolar de accidentes. Singapur exige que todos los invitados firmen un código de conducta claro, con un mecanismo para gestionar las infracciones.
La Carta Oficial 5215 se limita únicamente al principio de fomentar y orientar la transparencia en el pago de remuneraciones. El Ministerio de Educación y Formación debe ir un paso más allá: emitir normas de coordinación más detalladas. Deben existir al menos tres pilares.
En primer lugar, es obligatorio brindar formación pedagógica básica a todos los visitantes, ayudándoles a comprender la psicología de su edad y las habilidades de comunicación en el entorno escolar. En segundo lugar, se deben regular las responsabilidades en materia de seguros e indemnizaciones, evitando situaciones de riesgo público. En tercer lugar, se debe establecer un proceso de control del contenido y el lenguaje para garantizar la calidad educativa.
Cuando el marco legal es claro y los derechos y obligaciones son transparentes, los invitados pueden sentirse seguros de sus contribuciones. Nadie quiere entrar al aula con responsabilidades inciertas.
Nos llevó 10 años llevar computadoras a las escuelas por falta de electricidad, dinero y regulaciones. Ahora, no permitamos que la falta de regulaciones obligue a los artistas, quienes pueden revitalizar la educación, a quedarse afuera de las puertas de la escuela con marionetas, instrumentos o conjuntos de baile porque nadie se atreve a invitarlos.
Fuente: https://thanhnien.vn/moi-nghe-si-van-dong-vien-vao-truong-day-hoc-can-luat-song-hanh-18525091822115375.htm
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