El papel del agua en los riñones
En el cuerpo, los riñones trabajan constantemente para filtrar los desechos, equilibrar los electrolitos y regular la presión arterial. Cuando los riñones fallan, se pueden acumular toxinas, lo que provoca problemas como hipertensión, anemia y enfermedades óseas.
Según las estadísticas, 1 de cada 7 adultos padece enfermedad renal crónica. La deshidratación es un factor que contribuye al deterioro de la función renal, por lo que comprender las necesidades diarias de agua es urgente.
Diariamente, los riñones filtran unos 190 litros de sangre, eliminando los desechos y el exceso de líquido a través de la orina. Beber suficiente agua ayuda a diluir sustancias como la urea, el sodio y las toxinas, reduciendo así el riesgo de cálculos renales, infecciones del tracto urinario y daño renal a largo plazo.
Según el Times of India, las investigaciones demuestran que beber suficiente agua se asocia con un menor riesgo de desarrollar y progresar la enfermedad renal crónica. Sin embargo, beber demasiada agua, especialmente en personas con insuficiencia renal, puede causar hiponatremia, una afección peligrosa.
No todo el mundo necesita 8 vasos de agua al día.
La cantidad de agua que su cuerpo necesita cada día depende de muchos factores, como el peso y el tamaño corporal, el nivel de actividad, la temperatura ambiental, la dieta (especialmente si come mucha sal o proteínas), las condiciones médicas relacionadas con los riñones, el corazón, la diabetes, así como el tipo de medicación que está tomando (como los diuréticos que causan deshidratación).
Según la Clínica Mayo , la cantidad total de agua que el cuerpo necesita cada día (proveniente de bebidas y alimentos) es de aproximadamente 3,7 litros para los hombres y de aproximadamente 2,7 litros para las mujeres.
De los cuales, se recomienda solo agua filtrada, aproximadamente entre 1,5 y 2 litros al día (6-8 vasos) para adultos sanos. Las personas que viven en zonas cálidas o hacen ejercicio con regularidad necesitan más agua.
Para las personas propensas a sufrir cálculos renales, es necesario asegurar una producción de orina de al menos 2,5 litros al día, lo que equivale a beber unos 3 litros de agua.
Mientras tanto, algunos casos requieren restricción hídrica. En personas con afecciones médicas como insuficiencia renal, insuficiencia cardíaca, cirrosis o hiponatremia, beber demasiada agua puede provocar retención hídrica, edemas o niveles peligrosamente bajos de sodio. Estos casos requieren instrucciones estrictas de un especialista.
Además del agua natural, las infusiones, los jugos bajos en azúcar y el café descafeinado contribuyen a la hidratación. Un estudio de 2016 reveló que el consumo moderado de bebidas con cafeína también ayuda a mantener el equilibrio hídrico.
Sin embargo, los refrescos y las bebidas energéticas tienen un alto contenido de azúcar y fosfato, lo cual puede dañar los riñones y aumentar el riesgo de cálculos renales. El alcohol no se considera parte de la ingesta de agua, ya que es diurético y causa mayor deshidratación.
Fuente: https://baoquocte.vn/mot-ngay-uong-bao-nhieu-nuoc-la-du-323110.html
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