En primer lugar, si es posible, conviene combinar asignaturas con características similares en algunas actividades. Por ejemplo, las asignaturas prácticas y las orientadas a la carrera profesional pueden combinarse con asignaturas de formación general, ya que algunos temas de ambas comparten muchas similitudes. Además, cuando los estudiantes experimentan la realidad, también ahorran tiempo, esfuerzo y dinero.
Los estudiantes participan en presentaciones, una forma de evaluación regular, según el Programa de Educación General de 2018.
ILUSTRACIÓN: DAO NGOC THACH
En segundo lugar, aprovechen las actividades comunes, como el izamiento de la bandera en el patio, para organizar actividades especializadas, tanto individuales como interdisciplinarias, para los estudiantes. Algunos institutos de secundaria lo han implementado con éxito. Por ejemplo, organizan actividades especializadas comunes para cada curso durante el segundo izamiento de la bandera, reduciendo así la carga lectiva de los estudiantes en una hora. De hecho, la asignatura de actividades prácticas y orientación profesional para el undécimo curso se ha reducido de tres a dos horas. En Ciudad Ho Chi Minh, desde principios del año pasado y durante este año, los documentos educativos locales para los grados 10 y 11 no se han emitido a tiempo. Sin embargo, gracias a su iniciativa y flexibilidad, muchos centros han organizado dos horas semanales durante el segundo semestre, evitando así la sobrecarga lectiva, ya que han reservado una hora para actividades comunes en el patio, según la temática.
En tercer lugar, a excepción de las pruebas centralizadas, al desarrollar planes regulares de pruebas y evaluaciones, los grupos de asignaturas deben coordinarse entre sí para distribuir el tiempo de manera uniforme a lo largo de cada semestre, evitando la congestión y la superposición en un momento dado, lo que provocaría una sobrecarga para los estudiantes.
Elaborar un horario razonable, equilibrando las materias de ciencias naturales y sociales, la teoría y la práctica; no programar demasiadas horas de una misma materia en una misma clase; evitar programar clases los sábados... es también una forma de reducir la presión sobre los estudiantes.
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