Investigadores en Estados Unidos han descubierto que hay alrededor de 14.000 pozos de petróleo y gas que no están oficialmente operativos o han estado inactivos durante al menos cinco años en las aguas de la costa este de América del Sur.
Derrame de petróleo en el Golfo de México frente a las costas de Luisiana tras el huracán Ida en 2021. Foto: AFP
Los investigadores identificaron alrededor de 13.000 pozos inactivos en aguas costeras poco profundas, en aguas de Texas, Luisiana y Alabama o en jurisdicciones federales.
Los autores del estudio señalaron que es más probable que el petróleo que se filtra desde estos pozos poco profundos represente una amenaza para los hábitats costeros que el de pozos más profundos.
“Cualquier fuga tiene más probabilidades de llegar a la superficie y, en el caso de las emisiones de metano, ingresar a la atmósfera y así causar daños climáticos”, dijo Upton, coautor del estudio.
Según la legislación estadounidense, el coste de cerrar un pozo en aguas estatales suele recaer sobre los contribuyentes, mientras que en aguas federales el responsable suele ser el propietario actual o incluso el anterior.
En el caso de los pozos en el Golfo de México, el estudio encontró que del costo estimado de 30 mil millones de dólares para tapar los pozos inactivos, menos de 2 mil millones de dólares estaban en aguas estatales.
Gran parte del gasto se realizó en aguas federales, donde en un momento casi el 90 por ciento de los pozos eran propiedad de “mega-capitalizaciones” como Chevron, Shell, ExxonMobil, ConocoPhillips, BP, Total y Eni.
Mai Anh (según CNA)
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