Los ataques, que incluyeron el uso de bombarderos B-1 de largo alcance provenientes de Estados Unidos, fueron los primeros ataques de represalia del ejército estadounidense, y se esperan más operaciones militares estadounidenses en los próximos días. El incidente marcó una escalada del conflicto en la región desde que estalló la lucha entre Israel y Hamás el 7 de octubre.
Un edificio destruido en el lugar de un ataque aéreo estadounidense en al-Qaim, Irak, el 3 de febrero de 2024. Foto: Reuters
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Nasser Kanaani, dijo en un comunicado que los ataques representan "otro error estratégico y una imprudencia por parte de Estados Unidos que sólo aumentará las tensiones y la inestabilidad".
Irak ha convocado al encargado de negocios estadounidense en Bagdad para presentar una protesta formal. «Irak reitera su negativa a utilizar su territorio como foro para resolver disputas o para exhibir su poder entre países en guerra», declaró el Ministerio de Asuntos Exteriores iraquí en un comunicado.
Las Fuerzas de Movilización Popular Iraquí, una fuerza de seguridad estatal compuesta por milicianos, informaron que 16 de sus miembros murieron, entre ellos combatientes y personal médico. El gobierno iraquí había declarado previamente que entre los 16 fallecidos había civiles.
Rami Abdulrahman, director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, dijo que los ataques mataron a 23 personas que custodiaban objetivos en Siria.
El teniente general Douglas Sims, director del Estado Mayor Conjunto de EE. UU., afirmó que los ataques parecieron tener éxito, provocando una gran explosión secundaria cuando las bombas impactaron en las armas de los militantes. Añadió que los ataques se llevaron a cabo sabiendo que probablemente habría bajas entre quienes se encontraban dentro de las instalaciones.
Un comunicado del gobierno iraquí indicó que las zonas bombardeadas por aviones estadounidenses incluían lugares donde las fuerzas de seguridad iraquíes estaban estacionadas cerca de asentamientos civiles. Añadió que 23 personas resultaron heridas, además de las 16 fallecidas.
La Casa Blanca afirmó que Estados Unidos había informado a Irak antes del ataque. Bagdad declaró posteriormente que las afirmaciones estadounidenses de coordinación con el gobierno iraquí eran "infundadas".
Huy Hoang (según Reuters, CNN)
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