Factores que afectan la diplomacia de Vietnam hoy
Integración internacional: una tendencia inevitable de la diplomacia mundial
Tras el fin de la Guerra Fría, el auge de la ciencia y la tecnología impulsó la socialización de las fuerzas productivas y la internacionalización de la división del trabajo. Desde entonces, han surgido grupos económicos internacionales y multinacionales que desempeñan un papel central en la cadena de valor global. La naturaleza de la internacionalización se manifiesta a través de formas de cooperación cada vez más diversas entre países a distintos niveles: bilateral, multilateral, subregional, regional, interregional y global. Este proceso ha transformado la estructura del sistema mundial, exigiendo ajustes en las instituciones y funciones del Estado, al tiempo que ha impulsado a los países a expandir sus mercados, conformando un espacio económico regional unificado y un mercado internacional.
En esencia, la integración internacional es el proceso de vinculación de países y territorios mediante la participación en organizaciones, mecanismos y actividades de cooperación internacionales para promover el desarrollo y resolver problemas comunes. No se trata simplemente de una actividad de cooperación internacional, sino de un nivel superior de desarrollo que exige la corresponsabilidad y compromisos sustanciales entre las partes. La integración internacional se produce en tres niveles: bilateral, regional y global, y abarca los ámbitos económico, político, cultural y social, y de defensa y seguridad. En el contexto de la profunda globalización y el fuerte impacto de la revolución científica y tecnológica, especialmente la transformación digital y la inteligencia artificial (IA), la integración internacional se está convirtiendo cada vez más en una tendencia inevitable que, si bien ofrece oportunidades de desarrollo, también plantea desafíos para los países, en particular para los países en desarrollo.
La integración internacional crea condiciones favorables para que los países expandan sus mercados, desarrollen el comercio, impulsen el crecimiento y modernicen su estructura económica. Al mismo tiempo, este proceso contribuye a mejorar el entorno de inversión y negocios, aumentar la competitividad de los productos, potenciar el intercambio y el desarrollo de recursos humanos, promover la transferencia de tecnología y asimilar los valores culturales progresistas de la humanidad. La integración internacional también desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de la paz y la estabilidad mundiales, contribuyendo a que los países colaboren para resolver problemas globales como el cambio climático, la seguridad energética y las epidemias.
Sin embargo, la integración internacional también conlleva numerosos problemas complejos. En primer lugar, la creciente interdependencia entre las economías dificulta el mantenimiento de la independencia y la autonomía en la planificación e implementación de políticas, especialmente en el contexto de una competencia estratégica cada vez más feroz entre las principales potencias. Además, si el proceso de integración internacional carece de la debida atención y orientación, puede provocar que los países en desarrollo caigan en la trampa de la obsolescencia tecnológica, importando tecnología antigua, contaminando el medio ambiente y obstaculizando el desarrollo sostenible. La integración internacional también tiene un fuerte impacto en la cultura y la identidad nacional. Ante la globalización, sin una estrategia para preservar y promover los valores culturales tradicionales, los países son fácilmente influenciados por factores culturales externos, lo que conlleva el riesgo de erosión de la identidad. Particularmente en la era digital, la información falsa, negativa, hostil y reaccionaria puede propagarse rápidamente a través de las fronteras, afectando la seguridad ideológica, la confianza social y la estabilidad política interna.
Sin embargo, en general, la integración internacional sigue siendo una tendencia objetiva y la opción estratégica acertada para la mayoría de los países. Por lo tanto, identificar correctamente tanto las oportunidades como los desafíos para contar con políticas adecuadas es un factor clave para que los países aprovechen eficazmente la integración internacional, fortaleciendo así la capacidad integral nacional, consolidando su posición y contribuyendo al desarrollo rápido y sostenible. Para Vietnam, la integración internacional representa una orientación estratégica fundamental para llevar a cabo con éxito la construcción y defensa de la patria socialista vietnamita. El proceso de integración internacional ha ayudado a Vietnam a consolidar un entorno pacífico y estable, a aprovechar eficazmente las condiciones internacionales favorables y, de este modo, a contribuir significativamente al desarrollo socioeconómico, al fortalecimiento integral nacional, al mantenimiento de la independencia, la soberanía, la unidad y la integridad territorial; a garantizar la seguridad política, el orden social y la seguridad ciudadana; a mejorar la calidad de vida de la población y a fortalecer la confianza en el proceso de renovación. Al mismo tiempo, la posición y el prestigio de Vietnam en el ámbito internacional se ven cada vez más reforzados.
Diplomacia digital: una nueva tendencia en el contexto del impacto de la Cuarta Revolución Industrial.
El término «Cuarta Revolución Industrial» se mencionó por primera vez en el «Plan de Acción Estratégico de Alta Tecnología» adoptado por el Gobierno alemán en 2012. Esta revolución implica un cambio radical y completo en los métodos de producción, la gobernanza social y la interacción entre seres humanos, máquinas y datos. El profundo impacto de esta revolución no se limita al sector económico-industrial, sino que se extiende con fuerza a la vida social, incluyendo las relaciones exteriores y la diplomacia nacional.
La naturaleza de la Cuarta Revolución Industrial se manifiesta a través de plataformas tecnológicas clave como la inteligencia artificial (IA), el big data, la computación en la nube, el internet de las cosas (IoT) y la cadena de bloques (blockchain). La IA desempeña un papel central, capaz de transformar radicalmente el enfoque, el procesamiento y la operación en numerosos ámbitos, incluida la diplomacia. El surgimiento y desarrollo de la tecnología digital ha dado lugar a una nueva tendencia en las actividades de política exterior: la «diplomacia digital». Esta no se limita a la aplicación de la tecnología para apoyar la diplomacia tradicional, sino que también abre nuevas vías operativas basadas en plataformas digitales, contribuyendo a mejorar la eficiencia, la rapidez, la interactividad y el alcance de la implementación de las políticas exteriores de los países en la era digital.
El profundo impacto de la Cuarta Revolución Industrial ha impulsado a los gobiernos a promover la aplicación de las tecnologías de la información, las tecnologías digitales y los nuevos medios, especialmente las redes sociales, en la gobernanza nacional y la gestión global. Esto no es solo una tendencia de desarrollo, sino que se ha convertido en una necesidad objetiva de la época. En este contexto, las relaciones exteriores y la diplomacia no son ajenas a este proceso de transformación digital.
Desde principios del siglo XXI, el concepto de «diplomacia digital» se ha ido consolidando y desempeñando un papel cada vez más importante en la política exterior de muchos países. La diplomacia digital se ha convertido en una herramienta eficaz para fortalecer el papel, ampliar la influencia y consolidar la posición nacional en el ámbito internacional. La rápida popularización de las redes sociales ha brindado numerosas oportunidades a políticos y diplomáticos para dirigirse directamente a audiencias extranjeras de manera informal, mediante la «diplomacia de Twitter», la «diplomacia pública» y la «diplomacia en redes», formas que evidencian la transformación de la comunicación exterior en la era digital. En particular, la pandemia de la COVID-19 ha demostrado claramente el papel insustituible de la diplomacia digital. Mientras que la diplomacia tradicional se ha visto afectada por el distanciamiento social y las restricciones de contacto impuestas por los gobiernos, la diplomacia digital ha contribuido a mantener la interacción, la conexión y la negociación entre países, creando espacios de diálogo nuevos, más flexibles y eficaces que nunca.
En el contexto de la actual explosión informativa, el académico Marius Vacarelu, de la Universidad Nacional de Estudios Políticos y Administración Pública (SNSPA, Rumania), afirmó que la IA ofrece numerosas oportunidades para la cooperación bilateral y multilateral, a la vez que crea condiciones favorables para que las entidades participen de manera más eficaz en el mecanismo de gobernanza global. Según Vacarelu, la IA está transformando profundamente el ámbito diplomático, donde el campo de la información se convertirá en un espacio geopolítico clave del siglo XXI. La IA no solo modifica la forma en que se procesan los datos, sino que también proporciona nuevas herramientas para apoyar eficazmente las actividades diplomáticas modernas, desde los servicios consulares y las negociaciones hasta la seguridad de las oficinas de representación y la previsión y prevención de crisis (1) . En este contexto, se espera que la IA se convierta en un apoyo fundamental, contribuyendo a la innovación en los métodos de implementación de la política exterior y al fortalecimiento de la capacidad de adaptación a los problemas globales.
En resumen, si sabemos cómo utilizarla eficazmente y adaptarnos con éxito a ella, la Cuarta Revolución Industrial ofrece numerosas oportunidades para que los países avancen y se desarrollen con fuerza. En particular, la revolución de la información y las tecnologías digitales ha dado lugar a un nuevo método diplomático —la diplomacia digital— como ámbito de la «diplomacia especializada». Este método diplomático es una prioridad para muchos países de la región y del mundo. Sin embargo, en función de sus condiciones, capacidades y necesidades de desarrollo, cada país adoptará diferentes formas de implementar la diplomacia digital.
Vietnam, si bien parte de una posición más lenta que muchos otros países, cuenta con un gran potencial y recursos humanos altamente valorados por la comunidad internacional, lo que le brinda numerosas oportunidades de desarrollo. Con la aspiración de un desarrollo rápido, sostenible e innovador, el 27 de septiembre de 2019 se emitió la Resolución N.° 52-NQ/TW del Buró Político sobre «Algunas directrices y políticas para participar proactivamente en la Cuarta Revolución Industrial para 2030, visión 2045», que abre importantes líneas de acción y establece nuevos requisitos para que la política exterior se adapte, ajuste y acompañe de forma proactiva a los ministerios, sectores y a todo el sistema político para contribuir a la consecución de los principales objetivos fijados.
El proceso de formación de conciencia sobre la diplomacia vietnamita independiente y autónoma
La conciencia de una diplomacia independiente y autónoma se ha forjado y desarrollado a lo largo de la historia de la construcción y defensa del país por parte del pueblo vietnamita. En ese proceso, la ideología diplomática de destacados políticos y diplomáticos desempeñó un papel fundamental, creando una tradición diplomática única en Vietnam: flexible pero firme, humana pero resuelta, que siempre antepone los intereses de la nación y del pueblo a todo lo demás.
El pensamiento diplomático de Nguyen Trai, destacado político, estratega militar y diplomático de principios de la dinastía Lê, constituye un ejemplo paradigmático. Su rasgo distintivo es la «diplomacia psicológica»: el uso de la moral, la humanidad y la sabiduría para influir en el adversario, limitar los conflictos y forjar la paz. El arte de la «diplomacia psicológica» alcanzó su máxima expresión cuando él y Lê Lê la aplicaron al levantamiento de Lâm Sơn (1418-1428), contribuyendo a la gloriosa victoria y al establecimiento de una relación pacífica y duradera con la dinastía Ming. Los ideales de Nguyen Trai sobre la tolerancia, la humanidad, el uso de la justicia para superar la crueldad y la sustitución de la violencia por la humanidad se han convertido en valores fundamentales de la tradición diplomática vietnamita. A lo largo de la historia, la actividad diplomática no solo ha servido a los objetivos políticos y militares de proteger la independencia y la soberanía nacionales, sino que también ha contribuido a expandir los intercambios culturales y comerciales y a fortalecer el prestigio nacional.
La ideología tolerante de Nguyen Trai y el arte del «ataque psicológico» no solo dejaron una profunda huella en la historia de las relaciones exteriores tradicionales de nuestro país, sino que también influyeron profundamente en la ideología diplomática de Ho Chi Minh, contribuyendo a la formación de una diplomacia independiente y autónoma en el Vietnam moderno. Sobre la base teórica del marxismo-leninismo, combinada con la esencia de la cultura nacional y humana, el presidente Ho Chi Minh aplicó y desarrolló de forma creativa esta ideología, llevando la diplomacia vietnamita a un nuevo nivel.
El pensamiento diplomático de Ho Chi Minh enfatizaba que la diplomacia es un frente que abarca diversas facciones: la diplomacia del partido, la del Estado y la del pueblo. Su método diplomático se expresa en el arte de responder a todos los cambios con constancia, reconocer las oportunidades y actuar en el momento oportuno; hacer concesiones con principios; cultivar más amigos y menos enemigos; y comportarse con flexibilidad, sin apartarse del objetivo de proteger la independencia y la soberanía nacionales.
En la práctica, el presidente Ho Chi Minh aplicó con flexibilidad y eficacia los ideales de tolerancia, gran solidaridad y «ataque a la razón». Tras la Revolución de Agosto de 1945, abogó por una amplia solidaridad con las fuerzas sociales, incluidos los intelectuales del antiguo régimen y las facciones de la oposición. Respecto a los franceses, expresó que «la sangre francesa o la sangre vietnamita es toda sangre, los franceses o los vietnamitas son todos pueblos» (2) . Sin embargo, cuando el enemigo cruzó la línea de la paz, el presidente Ho Chi Minh lanzó resueltamente una guerra de resistencia a nivel nacional (19 de diciembre de 1946) para proteger la independencia y la libertad del país.
Desde una perspectiva moderna, se observa que el punto de encuentro entre el pensamiento diplomático de Nguyen Trai y el del presidente Ho Chi Minh reside en la rectitud, el espíritu de paz, la humanidad y la flexibilidad, si bien su esencia sigue siendo la independencia nacional y la integridad territorial. Este es el valor perdurable, que se ha convertido en la tradición de la diplomacia vietnamita, heredada y desarrollada creativamente por el Partido Comunista de Vietnam en aras de construir una diplomacia moderna, independiente y autónoma, imbuida de identidad nacional.
Diplomacia vietnamita independiente y autónoma en la nueva era
En el contexto de la profunda globalización y la Cuarta Revolución Industrial, que transforma rápidamente todos los aspectos de la vida económica, política y social, el mundo presencia un cambio significativo en la estructura del poder, la forma de interacción internacional y el modelo de organización estatal. La capacidad de recopilar, procesar, compartir y difundir información a una velocidad sin precedentes gracias a la tecnología digital ha abierto nuevas oportunidades para que países, organizaciones e individuos transmitan mensajes, influyan en la agenda global y amplíen su influencia política y económica. En este contexto, la diplomacia global también entra en un período de profunda transformación, en el que la «diplomacia en red» (3) se consolida como un pilar fundamental, configurando la nueva forma de operar de la diplomacia moderna.
En esta tendencia destaca el rápido desarrollo de la diplomacia digital, resultado directo de la revolución tecnológica. A diferencia del modelo tradicional, la diplomacia digital permite a los diplomáticos y a las agencias de asuntos exteriores llegar a audiencias internacionales mediante redes sociales, plataformas digitales, inteligencia artificial y herramientas de comunicación digital. La diplomacia digital no es simplemente un medio técnico, sino también un elemento fundamental de la política exterior, que contribuye a mejorar la eficacia de la diplomacia pública, incrementa la capacidad de respuesta ante las fluctuaciones globales, optimiza los costos y promueve las actividades bilaterales y multilaterales de manera flexible, altamente interactiva y multidimensional.
Para Vietnam, la diplomacia digital es un requisito indispensable para construir una diplomacia internacional independiente, autónoma, moderna y profundamente integrada. Con una larga tradición diplomática forjada a lo largo de la historia —desde la ideología de la «diplomacia de la conciencia» de Nguyen Trai hasta la política diplomática pacífica y flexible del presidente Ho Chi Minh—, Vietnam continúa promoviendo esa identidad en el nuevo contexto, combinando armoniosamente la experiencia tradicional con el pensamiento innovador y aprovechando los avances de la tecnología digital para mejorar la eficacia de sus actividades exteriores y consolidar la posición del país en el ámbito internacional.
En el ámbito digital global, la diplomacia pública —una forma de diplomacia centrada en la opinión pública internacional— se está consolidando como una tendencia dominante y muchos países la consideran una herramienta estratégica para fortalecer su poder blando y expandir su influencia política, cultural y económica. Este concepto fue propuesto por el diplomático estadounidense Edmund Gullion en 1965, en el contexto de la Guerra Fría. Con el tiempo, la diplomacia pública ha trascendido el marco de la propaganda ideológica, convirtiéndose en un método de comunicación multidimensional entre los países y la comunidad internacional, cuyo objetivo es construir una imagen positiva, difundir valores y cultura, y fomentar la confianza en el diálogo internacional.
En la actualidad, la diplomacia pública moderna no se limita a los medios de comunicación de masas, sino que también incluye una amplia gama de actividades, como intercambios culturales, deportes, educación, promoción turística, imagen nacional y, especialmente, la interacción directa a través de las redes sociales y las plataformas digitales.
Desde una perspectiva científica y tecnológica, los nuevos avances tecnológicos, como la IA, el big data, la cadena de bloques, la computación en la nube y el IoT, están transformando profundamente el funcionamiento de la diplomacia moderna. Estos avances tecnológicos no son meras herramientas de apoyo, sino que también moldean la metodología para elaborar estrategias de política exterior, analizar información, prever políticas y responder a las crisis. Este cambio exige un equipo de diplomáticos con conocimientos jurídicos, perspicacia política, mayor capacidad para aplicar la tecnología, habilidades de comunicación digital y un pensamiento crítico ágil.
Como país en desarrollo con la tercera población más grande del Sudeste Asiático y la decimoquinta del mundo, la diplomacia independiente y autónoma de Vietnam enfrenta crecientes exigencias de profesionalismo, adaptabilidad y modernización. Bajo el liderazgo del Partido Comunista de Vietnam, especialmente tras el XIII Congreso Nacional del Partido, la política exterior se sigue considerando uno de los tres pilares de la defensa de la patria socialista vietnamita en el nuevo contexto, junto con la defensa y la seguridad nacionales. La política exterior de independencia, autonomía, paz, cooperación y desarrollo, así como la diversificación y multilateralismo de las relaciones exteriores, continúan siendo el principio rector de todas las actividades en este ámbito.
Con una política exterior independiente, autónoma, diversificada y multilateral, Vietnam ha establecido relaciones diplomáticas con cerca de 200 países y territorios, incluyendo potencias mundiales, países en desarrollo y socios tradicionales. Muchas de estas relaciones se han elevado a asociaciones estratégicas integrales, asociaciones estratégicas y asociaciones integrales, lo que refleja un alto nivel de confianza política y una amplia cooperación en diversos ámbitos como política y diplomacia, economía, comercio e inversión, defensa y seguridad nacional, ciencia y tecnología, educación y capacitación, e intercambios culturales. Asimismo, Vietnam participa de forma proactiva en las organizaciones, foros y asociaciones internacionales y regionales más importantes, como las Naciones Unidas, la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), la Reunión Asia-Europa (ASEM), la Organización Mundial del Comercio (OMC) y numerosos mecanismos de cooperación subregional e interregional.
La participación activa y responsable en foros de cooperación regional e internacional ha ayudado a Vietnam a fortalecer su posición, pasando de ser un país que principalmente recibe apoyo a un país con voz propia, iniciativas y contribuciones sustanciales a la paz, la estabilidad y el desarrollo mundiales. En su calidad de miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas durante el período 2020-2021, como Presidente de la ASEAN y de la Asamblea Interparlamentaria de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (AIPA) en 2020, Vietnam ha demostrado su fortaleza y su eficaz capacidad de coordinación, reafirmando la imagen de un país amante de la paz que respeta el derecho internacional y es un socio confiable de la comunidad internacional.
Además de la política y la seguridad, Vietnam promueve activamente la integración económica internacional, desempeñando un papel proactivo en el marco de los acuerdos de libre comercio de nueva generación, como el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP) y la Asociación Económica Integral Regional (RCEP). Este es un paso estratégico que reafirma la determinación de Vietnam de participar plenamente en la cadena de valor global, impulsar la innovación en los modelos de crecimiento y mejorar la competitividad de su economía en la era digital y la globalización. De ser un país que alguna vez estuvo asediado y sometido a embargos, Vietnam se ha convertido en un socio dinámico y responsable, altamente valorado por la comunidad internacional por su labor en la promoción del multilateralismo y la cooperación en beneficio de la humanidad.
Más recientemente, el 10 de agosto de 2023, el Politburó emitió la Resolución N.° 57-NQ/TW, «Sobre el desarrollo y la aplicación de la ciencia, la tecnología, la innovación y la transformación digital nacional hasta 2030, con una visión a 2045», creando un importante corredor político-estratégico que orienta claramente la transformación digital integral en todos los ámbitos, incluyendo las relaciones exteriores y la diplomacia. Si la Resolución N.° 52-NQ/TW sentó las bases para abordar, responder y aprovechar de forma proactiva las oportunidades de la Cuarta Revolución Industrial, la Resolución N.° 57-NQ/TW constituye una continuación y un desarrollo ulterior, reafirmando que la ciencia, la tecnología, la innovación y la transformación digital son fuerzas impulsoras clave del desarrollo nacional en la nueva era. Esto no solo crea una base estratégica para áreas clave, sino que también plantea exigencias urgentes al sector diplomático para transformar su mentalidad, modernizar su organización, aplicar la tecnología e innovar sus métodos de implementación de las actividades de relaciones exteriores. En este sentido, el sector diplomático vietnamita está innovando activamente tanto en su enfoque como en sus métodos operativos. Desde la organización de conferencias en línea y el aumento de la presencia en plataformas digitales, hasta la mejora de los procedimientos de servicio público y la capacitación del personal diplomático digital, todas las actividades se orientan gradualmente hacia la construcción de una diplomacia moderna, proactiva, flexible y eficaz, que responda a las exigencias de la era de la transformación digital y la profunda integración internacional.
Sin embargo, además de las oportunidades, la diplomacia vietnamita también enfrenta numerosos desafíos, como la aplicación de los avances científicos y tecnológicos, la disponibilidad de recursos humanos altamente calificados, la experiencia en tecnología digital, el dominio de idiomas extranjeros y la capacidad de adaptación a un entorno laboral multicultural. Asimismo, la seguridad de la información, la seguridad de los datos en el ciberespacio, la sincronización en la coordinación intersectorial y la modernización del enfoque de la gestión diplomática son cuestiones que requieren atención constante.
Para promover eficazmente el papel de la diplomacia vietnamita independiente y autónoma en el desarrollo del país en el futuro próximo, es necesario considerar los siguientes aspectos:
En primer lugar, continuar impulsando con firmeza una política exterior independiente, autosuficiente, diversificada y multilateral, asociada a una integración internacional proactiva y activa, profunda y sustancial, especialmente en los ámbitos de la economía, la ciencia, la tecnología y la innovación.
Segundo, promover la transformación digital en asuntos exteriores, centrándose en la construcción de una plataforma de datos digitales compartida, aplicando con firmeza la tecnología digital, la IA y las comunicaciones digitales para mejorar la eficiencia de la gestión, la comunicación y la resolución de crisis en las actividades diplomáticas.
En tercer lugar, fortalecer la diplomacia pública, la diplomacia cultural y la diplomacia científica y tecnológica como pilares para construir el “poder blando” nacional, difundiendo la imagen de un Vietnam innovador, humanitario y responsable en el ámbito internacional.
Cuarto, desarrollar un equipo integral de personal diplomático con valentía política, pensamiento estratégico, dominio de idiomas extranjeros, comprensión de la tecnología y capacidad para trabajar eficazmente en un entorno multilateral y digital.
Quinto, promover la coordinación intersectorial, movilizar la participación de todo el sistema político, la comunidad empresarial, los intelectuales y los vietnamitas en el extranjero, creando una fuerza combinada para implementar una diplomacia integral y moderna al servicio del desarrollo nacional.
En resumen, en la era de la transformación digital y la profunda globalización, la diplomacia vietnamita se enfrenta a una gran oportunidad para promover con firmeza la tradición de independencia y autonomía, valores fundamentales a lo largo de la historia de la nación. Con una sólida voluntad política, un pensamiento innovador y una gran capacidad de adaptación al cambiante contexto internacional, la diplomacia vietnamita se está modernizando, profesionalizando y digitalizando gradualmente para mantenerse al ritmo de los tiempos. La armoniosa combinación de una identidad diplomática humanista y flexible con el poder de las nuevas tecnologías será un importante motor para ayudar a Vietnam a fortalecer su posición en el ámbito internacional. De este modo, la diplomacia vietnamita no solo contribuye a promover la paz, la cooperación y el desarrollo sostenible, sino que también desempeña un papel crucial en el proceso de realización de la aspiración de construir un país fuerte y próspero en el siglo XXI.
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(1) Véase: Marius Vacarelu: “Inteligencia artificial: ¿Potenciar o reemplazar la diplomacia tradicional?” en Inteligencia artificial y diplomacia digital: retos y oportunidades, Editorial Política Nacional Truth, Hanoi, 2022, págs. 23-67.
(2) Ho Chi Minh: Obras Completas, Editorial Política Nacional La Verdad, Hanói, 2011, vol. 4, pág. 510
(3) Véase: Hasan Benouacha: “El potencial y las limitaciones de la diplomacia digital estadounidense en Oriente Medio y el Norte de África” en Inteligencia artificial y diplomacia digital: desafíos y oportunidades, op. cit., págs. 336, 340
Fuente: https://tapchicongsan.org.vn/web/guest/quoc-phong-an-ninh-oi-ngoai1/-/2018/1141602/ngoai-giao-viet-nam-phat-huy-suc-manh-doc-lap%2C-tu-chu%2C-vung-buoc-tien-vao-ky-nguyen-moi.aspx






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