En el contexto del rápido desarrollo de la inteligencia artificial (IA), la cuestión de si la IA puede reemplazar a los docentes se ha convertido en un debate urgente en el sector educativo . En el Día del Maestro en Vietnam (20 de noviembre), en lugar de simplemente honrar las contribuciones tradicionales, necesitamos reevaluar la nueva posición y misión de los docentes cuando la IA se hace presente: los maestros ya no son solo transmisores de conocimiento, sino también creadores de capacidades, que inspiran pasión y moldean la personalidad.
¡El vacío humanístico que la IA no puede llenar!
Es innegable que la IA está asumiendo con eficacia muchas tareas que antes correspondían a los docentes. Las clases en línea, los vídeos educativos y las plataformas de e-learning permiten impartir conocimientos básicos de forma rápida, clara y con repetición ilimitada. La IA también facilita el aprendizaje personalizado: analiza la velocidad de aprendizaje, identifica errores recurrentes y adapta las tareas a cada estudiante, algo difícil de lograr para un profesor ante una clase de 40 o 50 alumnos. La tecnología de calificación automatizada también proporciona una evaluación cuantitativa rápida y objetiva para preguntas de opción múltiple.

Los profesores siempre observan, escuchan y responden a las emociones de los alumnos, algo que la inteligencia artificial no puede reemplazar. Foto: XUAN TRUONG
Sin embargo, todas estas ventajas solo demuestran el papel del «motor del conocimiento»: un sistema para procesar y distribuir información. El conocimiento, en esencia, son datos procesados; lo que la IA no puede reemplazar es la profundidad humanística de la educación.
La IA puede imitar voces, expresiones e incluso responder basándose en datos emocionales. Pero las máquinas no tienen alma, ni sistema de valores intrínseco, ni capacidad real de empatía. Estas carencias constituyen el ámbito privilegiado del profesor.
En primer lugar, la inteligencia emocional (IE). Cuando un estudiante está triste, ansioso o muestra signos de una crisis de salud mental, la IA registra una baja en sus calificaciones; los docentes interpretan señales sutiles —una mirada, un gesto, una respuesta evasiva— para indagar en la causa subyacente. Los docentes establecen una conexión humana, creando la seguridad emocional necesaria para que los estudiantes se expresen y sanen.
En segundo lugar, la atención plena y los valores éticos. La IA desconoce la gratitud, la humildad y la dedicación, cualidades que se adquieren con la práctica. El docente, con su comportamiento y actitud, enseña a los estudiantes a respetar el conocimiento, a respetar a los demás y a ser responsables con la comunidad. Su presencia en el aula —su mirada, su sonrisa, su energía contagiosa— es el elemento que fomenta un aprendizaje positivo, algo que las clases magistrales unidireccionales no pueden ofrecer.
Finalmente, está la evaluación subjetiva y el desarrollo del carácter. La IA puede evaluar los resultados con puntuaciones; los docentes evalúan el proceso: el esfuerzo, la colaboración, el pensamiento crítico y la capacidad de afrontar el fracaso. Estas son habilidades para la vida que determinan el éxito y la felicidad a largo plazo, aspectos difíciles de medir con algoritmos.
"Prueba" para que la profesión docente mejore su valor
La pregunta de si las escuelas serán reemplazadas por clases en línea tiene una respuesta clara: no. Las escuelas necesitan cambiar su función: de centros de transmisión de conocimientos a centros de desarrollo comunitario y del carácter. John Dewey enfatizó la importancia de la educación en conexión con la vida; hoy, las escuelas deben ser espacios de aprendizaje a través de experiencias prácticas, donde situaciones reales fomenten habilidades para la vida y valores morales.
Momentos de aprendizaje fortuito, un ambiente cálido en el aula o el trabajo en equipo durante un proyecto: todos estos constituyen «momentos educativos» que la IA no puede replicar por completo. Por lo tanto, la tecnología debe considerarse una herramienta para liberar tiempo de los docentes, para que puedan dedicar más tiempo a ser mentores, motivadores y formadores de carácter.
Con una política educativa basada en competencias, la IA no representa una amenaza, sino un desafío que impulsa a la docencia a elevar su valor. La tecnología exige que los docentes sean más creativos y se centren en el desarrollo de las competencias humanas —aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser—, pilares de la educación según la UNESCO.
El papel de los docentes en la nueva era es insustituible: solo los seres humanos pueden enseñar gratitud, empatía y el sentido de la vida, cualidades que generan la fortaleza interior necesaria para que la joven generación de Vietnam afronte el futuro con confianza. Cuando el conocimiento está al alcance de un clic, la labor docente se vuelve aún más crucial; solo los seres humanos pueden inculcar valores como la personalidad, la gratitud, la empatía y las ganas de vivir.
La IA puede reemplazar algunos trabajos, ¡pero no puede reemplazar las cualidades de un profesor!
Tres roles "dorados" de un maestro
En lugar de competir, los docentes deben transformarse en curadores y catalizadores. Entre ellos, destacan tres roles insustituibles:
Personas inspiradoras: La IA puede presentar carreras profesionales y proporcionar información, pero solo los humanos pueden transmitir pasión. Los docentes comparten experiencias profesionales, inspiran motivación intrínseca y ayudan a los estudiantes a conectar el aprendizaje con el sentido de la vida, cultivando así una pasión duradera.
Mentor intelectual: En la era de la información, distinguir entre información y sabiduría es una habilidad fundamental. Un mentor guía el pensamiento crítico, enseña cómo aprender, no solo qué aprender: establece un modelo de autoaprendizaje, gestión del tiempo y reflexión tras cada reto.
Formación del carácter: La educación debe basarse en el desarrollo del carácter. Los docentes organizan experiencias, fomentan la autodisciplina, combaten la procrastinación y cultivan una actitud humilde hacia el aprendizaje. Las escuelas deben ser entornos donde se practiquen los valores sociales, donde los estudiantes aprendan a convivir, respetarse y asumir responsabilidades.
Fuente: https://nld.com.vn/nguoi-thay-trong-thoi-dai-ai-196251118210310558.htm






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