Si la ronda de financiación se desarrolla según lo previsto, el propietario de ChatGPT se convertiría en la segunda startup más valiosa de Estados Unidos, detrás de SpaceX, la compañía propiedad del multimillonario Elon Musk, según datos de CB Insights. Anteriormente, Bloomberg informó que la compañía con sede en San Francisco, California, permitirá a los empleados vender acciones a una valoración de 86 mil millones de dólares a principios de enero de 2024.
La creciente valoración de OpenAI refleja la locura por la IA que ChatGPT creó hace un año, convirtiendo a la empresa en la startup más popular de Silicon Valley, con Microsoft invirtiendo 13 mil millones de dólares.
La industria tecnológica está invirtiendo dinero en empresas emergentes de inteligencia artificial. Amazon.com y Alphabet, la empresa matriz de Google, están invirtiendo miles de millones de dólares en Anthropic, un rival de OpenAI. Salesforce invirtió 4.500 millones de dólares en Hugging Face y Nvidia Corp, la empresa de semiconductores más grande del mundo por capitalización de mercado, reveló más de dos docenas de inversiones en 2023.
El director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, está buscando financiación para un proyecto de chip cuyo nombre en código es Tigris. El objetivo es poner el producto en competencia directa con Nvidia.
En octubre, el fondo de inversión G42 de los Emiratos Árabes Unidos anunció una asociación con OpenAI “para ofrecer soluciones de inteligencia artificial de vanguardia a los Emiratos Árabes Unidos y los mercados regionales”, sin proporcionar detalles financieros. G42 se estableció en 2018 y está dirigido por el jeque Tahnoon bin Zayed Al Nahyan, asesor de seguridad nacional de los Emiratos Árabes Unidos y presidente de la Autoridad de Inversiones de Abu Dhabi. SCMP citó una fuente anónima que dijo que OpenAI está negociando para recaudar entre 8 y 10 mil millones de dólares del G42.
El mes pasado, la empresa propietaria de ChatGPT enfrentó una crisis de liderazgo cuando Altman fue expulsado inesperadamente por la junta. En ese momento, algunos inversores consideraron retirar todo su capital de la empresa. Sin embargo, después de sólo cinco días de agitación, Altman fue reinstalado en una nueva junta directiva.
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