Se trata de dos programas de especial importancia política , económica y social, que no sólo constituyen un complemento necesario al sistema de política de desarrollo de mediano plazo, sino también un paso para reorientar la forma de implementar los programas nacionales de objetivos, superando deficiencias que han persistido durante muchos años.
En primer lugar, la inclusión de la educación y la salud en dos programas nacionales independientes reafirma la prioridad estratégica del Estado en dos pilares del desarrollo nacional. La educación y la formación siguen siendo prioritarias en la política nacional en el contexto de la creciente demanda de recursos humanos cualificados, especialmente ante la fuerte transformación de la economía digital y la inteligencia artificial (IA). Por otro lado, el desarrollo del Programa Nacional de Objetivos sobre salud y población demuestra la constante conciencia del Partido y el Estado ante los desafíos emergentes, como el envejecimiento de la población, los cambios en los patrones de enfermedades y la necesidad de fortalecer el sistema de salud de base. Ambos programas constituyen una base esencial para garantizar el acceso equitativo a los servicios básicos para todas las personas, a la vez que crean espacio para el desarrollo sostenible a largo plazo.
Sin embargo, si los nuevos Programas continúan operando según el modelo anterior, el riesgo de retrasos e ineficiencias es muy claro. El período 2021-2025 presenta numerosas limitaciones estructurales: gestión descentralizada por ministerios y ramas, mecanismos financieros complejos, superposición de directrices, descentralización poco clara y, sobre todo, confusión y falta de iniciativa a nivel de base. La escasez de recursos expone aún más la fragmentación y la dispersión, lo que provoca que se consuman recursos y tiempo sin obtener los resultados esperados.
La reciente implementación de los Programas Nacionales de Objetivos ha creado una necesidad urgente de innovar radicalmente el pensamiento de gestión de estos Programas, como lo enfatizó el Presidente de la Asamblea Nacional Tran Thanh Man en la reunión de esta mañana: debe haber una clara descentralización de la autoridad, la gestión y las responsabilidades operativas entre los niveles central y local; los de arriba no pueden "asumir el trabajo", pero tampoco pueden "asignar y luego dejar ir", la descentralización es clara y la supervisión es completa.
En particular, es necesario adoptar un modelo de gestión basado en objetivos y resultados. La descentralización y la delegación de autoridad deben ir de la mano con el diseño de un mecanismo de seguimiento basado en resultados, en lugar de un control basado en registros y procedimientos. El gobierno central se centra en el diseño de políticas, la definición de objetivos y estándares; las localidades eligen la forma de hacer las cosas y son responsables de los resultados. Este es un cambio decisivo: de la mentalidad de "pedir y dar" a la de "delegar y responsabilizar".
El mecanismo financiero es actualmente uno de los mayores obstáculos y también el área que requiere una reforma más drástica. Es necesario eliminar la rígida separación entre el capital de inversión pública y el capital de carrera, y sustituirla por un enfoque de gestión de capital basado en objetivos de producción, que permita a las localidades ajustarse con flexibilidad al presupuesto asignado. Eliminar el requisito de capital de contrapartida para las provincias pobres y considerar la eliminación del ineficaz mecanismo de integración también son soluciones adecuadas para superar los recientes obstáculos prácticos.
En particular, la asignación de capital debe ser estratégica, evitando la dispersión y priorizando los recursos para áreas y tareas difíciles que puedan generar cambios significativos. "Si los ministerios y las dependencias continúan interviniendo a fondo y asignando detalles para cada proyecto a nivel local, volveremos a los mismos problemas del período anterior", señaló el Secretario General de la Asamblea Nacional y Jefe de la Oficina de la Asamblea Nacional, Le Quang Manh.
Los dos nuevos Programas deben demostrar claramente su espíritu innovador desde su diseño. En educación, el enfoque no debe centrarse solo en la infraestructura, sino también en la transformación del modelo educativo según la capacidad, promoviendo la transformación digital y garantizando oportunidades para las zonas desfavorecidas. En el sector salud, la urgencia reside en fortalecer el sistema de atención primaria (base de la pirámide), desarrollar la medicina preventiva y ampliar el acceso a los servicios básicos a nivel comunal. Estas áreas tienen un alto impacto y son coherentes con el principio de uso estratégico de los recursos.
En general, la consideración por parte de la Asamblea Nacional de dos nuevos Programas Nacionales de Metas no sólo tiene el significado de ampliar el alcance de la inversión pública para sectores claves para el desarrollo sostenible del país, sino más importante aún, es el momento de reformular la mentalidad de gestión estatal de los Programas Nacionales de Metas, pasando de un enfoque procedimental e igualitario a un modelo de gobernanza flexible, orientado a resultados prácticos y con foco en puntos clave.
Cuando se aplican soluciones innovadoras de manera sincrónica y consistente, los Programas Nacionales de Objetivos para el período 2026-2035 pueden convertirse completamente en una fuerza impulsora para el desarrollo real, garantizando la equidad en los beneficios y aportando valores claros a la gente, en el espíritu de "la gente sabe, la gente discute, la gente hace, la gente comprueba, la gente supervisa, la gente se beneficia".
Fuente: https://daibieunhandan.vn/quan-tri-linh-hoat-huong-den-ket-qua-thuc-te-10397130.html






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