
Desde su creación, nuestro Partido ha identificado claramente lo siguiente: para que la causa revolucionaria triunfe, debe existir un equipo de cuadros con virtud y talento, en el que descubrir, cultivar, utilizar y proteger a las personas talentosas es una importante responsabilidad política de cada comité y organización del Partido.
El talento es un recurso especial de la nación, su «energía vital», que determina directamente la capacidad creativa, el poder de lucha y la capacidad de liderazgo del Partido. No solo constituye un recurso humano de alta calidad, sino también un recurso espiritual e intelectual, que sienta las bases del pensamiento, las directrices y las políticas de innovación del país.
En cada período, desde la resistencia hasta la construcción, desde la innovación hasta la integración internacional, el uso y la promoción del talento siempre se ha considerado un requisito previo para consolidar el poder político y el desarrollo sostenible.
En el contexto de la globalización, la transformación digital y la creciente integración internacional, la gestión del talento en el sistema político se torna cada vez más urgente. Esto exige que el Partido herede el pensamiento de Ho Chi Minh sobre la valoración del talento e innove constantemente sus instituciones y métodos de liderazgo para maximizar la eficacia de los recursos humanos.
El pensamiento de Ho Chi Minh sobre «respetar a toda persona útil» es el principio rector de la gestión de personal. Siempre enfatizó que el éxito de la revolución radica en descubrir, formar y emplear a las personas adecuadas para los puestos adecuados. En particular, los líderes deben «seleccionar, organizar y utilizar con habilidad», creando las condiciones para que todos desarrollen su capacidad de contribuir. Este pensamiento no solo posee profundos valores humanísticos, sino que también constituye la base teórica para un nuevo tipo de institución de gestión del talento: justa, transparente, humana y eficaz.
En el pensamiento de Ho Chi Minh, las personas son el centro del desarrollo. Afirmó: «Es cien veces más fácil sobrevivir sin personas, y mil veces más difícil competir con ellas » . Las personas —en especial las personas talentosas— son la fuerza motriz de la historia, el sujeto que crea todos los valores materiales y espirituales.
Ho Chi Minh valoraba el talento no por su título u origen, sino por el valor de sus contribuciones reales. Según él, cada persona tiene sus propias fortalezas; el reto consiste en encontrar el lugar adecuado, asignarle el puesto correcto y desarrollar sus capacidades. Creía que el uso hábil de las personas es como el uso hábil de la madera: algunas sirven como pilares de una casa, otras solo como postes de una cerca, enfatizando la necesidad de asignar y organizar a los cuadros de manera científica .
Cien veces más fácil sin gente, mil veces más difícil con gente
Presidente Ho Chi Minh
Esta idea representa una profunda dialéctica humanística: el talento es a la vez producto de la sociedad y factor decisivo en su desarrollo. Por lo tanto, el aprovechamiento del talento no puede basarse únicamente en la buena voluntad personal, sino que debe institucionalizarse mediante principios de liderazgo y procesos administrativos transparentes.
Ho Chi Minh también estableció un doble rasero para los funcionarios: virtuosos y talentosos a la vez.
La virtud es el fundamento, la fortaleza política, la lealtad a la Patria y al pueblo; el talento es la capacidad práctica, la creatividad y la dedicación. Afirmó: «Tener talento sin virtud es inútil, tener virtud sin talento dificulta cualquier cosa». Este es el principio fundamental de la gestión del talento en el Partido: combinar armoniosamente cualidades y capacidad, ética revolucionaria y eficiencia en el trabajo.
De ello se puede afirmar que el pensamiento de Ho Chi Minh sobre la valoración del talento no es solo un llamamiento moral, sino también una doctrina política y administrativa con orientación estratégica para la causa de la construcción del Partido y el desarrollo nacional.
Heredando la ideología de Ho Chi Minh, nuestro Partido ha adoptado y puesto en práctica la conciencia de valorar y proteger el talento humano. Esto no solo es una manifestación de nuestra cultura humanista, sino también una postura política que demuestra una visión estratégica en la gestión de recursos humanos.
El reconocimiento y la protección del talento sientan las bases de una cultura partidista que respeta la inteligencia, la justicia y la verdad, en la que el talento se considera patrimonio común de la nación, no propiedad de una organización o individuo. Los líderes deben ser visionarios, superar los prejuicios y el localismo para descubrir, atraer y promover el talento en beneficio de todos.
Al mismo tiempo, esta perspectiva exige combatir todas las manifestaciones negativas en la gestión de personal: el afán de ganar-ganar, el faccionalismo, el amiguismo y el abuso de poder para explotar intensivamente el talento sin el debido trato ni las políticas de protección pertinentes. Cuando la valoración y protección del talento se convierta en una norma política, dicha valoración ya no dependerá de líderes individuales, sino que estará garantizada por mecanismos e instituciones.
Heredando la ideología de Ho Chi Minh, nuestro Partido ha adoptado y puesto en práctica la conciencia de valorar y proteger el talento humano. Esto no solo es una manifestación de nuestra cultura humanista, sino también una postura política que demuestra una visión estratégica en la gestión de recursos humanos.
Para fomentar la conciencia sobre la importancia de valorar y proteger el talento, es necesario construir una institución de gestión del talento basada en tres principios políticos fundamentales: equidad, transparencia y humanidad. En primer lugar, es necesario legalizar los principios de valoración del talento, creando un marco que proteja a las personas con capacidad y cualidades de la influencia de intereses grupales.
El sistema de planificación, nombramiento, evaluación y reconocimiento de funcionarios debe ser transparente, digitalizado y público para garantizar la equidad y la confianza política. La capacidad de identificar y evaluar a personas talentosas también debe basarse en criterios científicos.
Los líderes necesitan una firme voluntad política, una visión sistemática y la capacidad de analizar de forma multidimensional las cualidades, las capacidades y la eficiencia laboral. Asignar a la persona adecuada al puesto adecuado no solo es una gestión inteligente, sino también una tarea política estratégica.
Asimismo, es necesario fomentar el espíritu de centralismo democrático y una cultura de crítica dentro del Partido. Se debe escuchar y proteger a las personas talentosas cuando se atrevan a hablar con franqueza y sinceridad. Si se abusa del poder para reprimir a las personas talentosas o favorecer a quienes sirven a intereses locales, esto inevitablemente conducirá a la degradación política, moral y social. Por lo tanto, la conciencia de valorar y proteger a las personas talentosas es también un mecanismo para prevenir la degeneración del poder y garantizar la salud de la organización.
Un sistema eficaz de gestión del talento debe combinar la estricta disciplina del Partido con el espíritu humanista de Ho Chi Minh. El Partido debe abordar con firmeza las infracciones, pero también debe ser tolerante, creando oportunidades para que los cuadros rectifiquen y se esfuercen.
Ho Chi Minh enseñó: «A quienes se han equivocado, debemos ayudarlos a corregir sus errores, no aplastarlos». Esta perspectiva ha configurado el principio humanitario de la rectificación del Partido, centrado en la educación, la transformación y la creación de condiciones para el progreso del pueblo. Esta es la unidad dialéctica entre la férrea disciplina y la humanidad revolucionaria, que ayuda al Partido a mantener su integridad al tiempo que difunde la confianza y el compañerismo sincero.
Así pues, la conciencia de respetar y proteger a las personas con talento no se trata solo de amar a las personas con talento, sino también de un principio político de liderazgo, que demuestra la inteligencia, la ética y la valentía del partido gobernante.
Actualmente, urge perfeccionar el sistema de gestión del talento e innovar el método de liderazgo del Partido hacia una dirección moderna, transparente y eficaz. Este proceso debe centrarse, en primer lugar, en perfeccionar el marco jurídico y las políticas de promoción del talento. Es necesario establecer un mecanismo claro que permita descubrir, seleccionar, aprovechar y tratar adecuadamente a las personas con talento. Todos los procesos deben estar institucionalizados por ley, garantizando la publicidad, la transparencia y la previsibilidad.
Cuando las personas con talento están protegidas por la ley, tendrán confianza para realizar contribuciones a largo plazo al Partido y al país. Además, es necesario innovar profundamente la labor de formación y desarrollo de estas personas. Es necesario combinar la enseñanza de la teoría política y la ética revolucionaria con la capacitación práctica. Es necesario crear las condiciones para que los cuadros estudien a lo largo de su vida, practiquen mediante la práctica y se enfrenten a desafíos en un entorno competitivo sano. La rotación y la planificación de cuadros deben tener una visión a largo plazo, vinculada a la estrategia de desarrollo nacional.
Es necesario construir una base cultural que valore y fomente el talento dentro del Partido. Esta cultura promueve la inteligencia, la audacia para pensar, la audacia para actuar y la valentía para asumir responsabilidades. Cada organización del Partido y cada líder deben convertirse en un centro de captación de talento, sabiendo utilizar la virtud para influir, el talento para guiar y los principios para proteger la justicia.
Solo cuando la cultura política esté imbuida del espíritu de valorar y proteger a las personas talentosas, el trabajo en materia de personal podrá convertirse verdaderamente en la fuerza motriz para el desarrollo del Partido y de la nación.
La gestión del talento en la construcción del Partido no se limita al trabajo de personal, sino que constituye un sistema de valores políticos, culturales e institucionales de importancia estratégica. El pensamiento de Ho Chi Minh sobre «respetar a toda persona útil» y la conciencia de valorar y proteger a las personas talentosas han sido, son y seguirán siendo el principio rector del Partido en la identificación, el desarrollo, la valoración y la promoción de personas talentosas.
Solo cuando la cultura política esté imbuida del espíritu de valorar y proteger a las personas talentosas, el trabajo en materia de personal podrá convertirse verdaderamente en la fuerza motriz para el desarrollo del Partido y de la nación.
Perfeccionar la institución de gestión del talento significa perfeccionar la capacidad de gobierno del Partido. Cuando se respeta y protege a las personas talentosas, cuando el trabajo en materia de personal se basa en los principios de equidad y transparencia, cuando la cultura de valorar y proteger a las personas talentosas impregna todos los niveles y sectores, nuestro Partido se volverá cada vez más íntegro, fuerte y merecedor de la confianza del pueblo.
Defendiendo firmemente el pensamiento de Ho Chi Minh, persiguiendo persistentemente la perspectiva de valorar y proteger a las personas talentosas y decidido a reformar el sistema, el Partido Comunista de Vietnam continuará afirmando la fortaleza política, la sabiduría de liderazgo y la vitalidad de un auténtico partido revolucionario, con el objetivo de un pueblo próspero, un país fuerte, la democracia, la justicia y la civilización: el ideal que el Presidente Ho Chi Minh siempre apreció y al que el pueblo vietnamita siempre aspira.
Fuente: https://nhandan.vn/quan-tri-nhan-tai-va-phat-huy-tu-tuong-ho-chi-minh-ve-trong-dung-nguoi-tai-post922636.html






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