Por lo tanto, en lugar de determinar previamente que el PIB debe aumentar un 8% o más este año, el Gobierno ha especificado un nivel más alto. Esto es razonable, ya que en el primer semestre de 2025, aunque la economía mundial se enfrentó a la presión arancelaria, la disminución del consumo y la fragmentación de la cadena de suministro, Vietnam se mantuvo como un caso excepcionalmente positivo, con un crecimiento del PIB del 7,52%, el más alto en el mismo período de los últimos 14 años.
El ascenso de Vietnam no es un resultado casual, sino que refleja el proceso de preparación de las bases durante muchos años para mantener la estabilidad macroeconómica, mejorar el entorno de inversión, promover las negociaciones comerciales y aprovechar de forma proactiva la ola de cambios en la cadena de suministro global.
Solo en los primeros seis meses del año, Vietnam atrajo más de 21.500 millones de dólares en inversión extranjera directa (IED), un 32,6 % más que en el mismo período; las exportaciones aumentaron un 14,4 %, generando un superávit comercial de casi 7.630 millones de dólares; el crédito bancario aumentó considerablemente, impulsando la producción y la inversión. La confianza empresarial y los mercados financieros mejoraron significativamente.
Sin embargo, a la luz del crecimiento, aún existen muchos puntos oscuros y se acumulan desafíos que es necesario identificar con prontitud para encontrar soluciones oportunas. En primer lugar, el crecimiento no es realmente sostenible cuando aún depende en gran medida de la IED y los sectores exportadores.
El sector económico nacional, especialmente las pequeñas y medianas empresas, aún presenta deficiencias en la cadena de valor, con escasez de capital y tecnología, y baja competitividad. Además, la productividad laboral y la calidad de los recursos humanos no han estado a la altura de las exigencias de la transición. Vietnam está atrayendo flujos de capital de alta tecnología, pero aún no ha asegurado suficientes recursos humanos técnicos para recibirlos.
Además, el sistema de infraestructura y las instituciones siguen siendo cuellos de botella. Las políticas de incentivos para la inversión verde, la transformación digital y la innovación aún se encuentran en una fase de orientación y aún no han conformado un marco de incentivos suficientemente sólido.
Por último, no se pueden ignorar los riesgos externos: los aranceles estadounidenses podrían tener un impacto indirecto en las cadenas de suministro, las tasas de interés internacionales aún no han caído significativamente y las fluctuaciones en los tipos de cambio y la geopolítica global podrían hacer que los flujos internacionales de capital se reviertan rápidamente si el entorno interno se vuelve inestable.
Para resolver rápidamente estos desafíos, Vietnam necesita implementar simultáneamente diversas soluciones clave. En primer lugar, promover el desarrollo del sector empresarial nacional, especialmente las pequeñas y medianas empresas, mediante programas de crédito preferencial acompañados de requisitos de innovación tecnológica. Al mismo tiempo, es necesario resolver a fondo los obstáculos en materia de tierras, planificación y procedimientos ambientales mediante modelos piloto de zonas industriales de alta tecnología con mecanismos más flexibles que el marco legal general.
Además, una fuerte inversión en recursos humanos de alta calidad no es solo tarea del sector educativo , sino que debe ser una estrategia que vincule al Estado, las empresas y los institutos de investigación con presupuestos y políticas específicos para cada industria clave, como semiconductores, automatización y nuevos materiales. Promover la transformación del modelo de crecimiento del procesamiento a la innovación.
Es necesario fomentar la formación de clústeres industriales de innovación nacional, donde las empresas vietnamitas investiguen, diseñen, produzcan productos complementarios y se conecten con la región de forma proactiva. Integrarse de forma proactiva y selectiva requiere un papel activo en el establecimiento de nuevas reglas de juego para las cadenas de suministro verdes, el comercio digital y los impuestos al carbono. Este es el espacio institucional que determinará la competitividad en los próximos 5 a 10 años.
Las perspectivas de crecimiento de Vietnam se basan en su creciente posición en la cadena de valor global y en la mejora del clima de inversión. Mantener este impulso requerirá reformas sólidas, rápidas y sustanciales.
Para mantener el impulso del avance, Vietnam necesita crear instituciones modernas que puedan adaptarse rápidamente a los nuevos estándares globales, como el comercio digital, la transformación verde y el impuesto mínimo global. Es necesario aprovechar el período de alto crecimiento para impulsar reformas sólidas cuando aún hay margen de crecimiento, es fácil generar consenso y el efecto de contagio es máximo.
El crecimiento solo abre el camino, la reforma va más allá. Una alta tasa de crecimiento genera ventajas en términos de confianza y atracción de inversores globales, pero esto es solo el comienzo. Si aprovechamos la oportunidad adecuada, abordamos con prontitud los obstáculos y mejoramos la competitividad interna, Vietnam puede consolidarse como un centro de producción, innovación y conectividad regional, consolidando su posición en la transformación del orden económico mundial.
Fuente: https://www.sggp.org.vn/tang-truong-chi-mo-loi-cai-cach-moi-vuon-xa-post804056.html
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