Es necesario modificar la Ley para adaptarla a las necesidades de desarrollo.
La Ley de Alta Tecnología, promulgada por la Asamblea Nacional en 2008, es la primera y única ley en Vietnam que regula de forma integral el sector de alta tecnología. Tras 16 años de vigencia, muchas de sus disposiciones han mostrado limitaciones, algunas no son coherentes con las leyes especializadas o ya no se ajustan a la realidad socioeconómica .
En el contexto del rápido desarrollo de la economía digital, la alta tecnología y la innovación, resulta necesario modificar la Ley para materializar el espíritu de la Resolución N.° 57-NQ/TW del Politburó , de fecha 22 de diciembre de 2024. El objetivo estratégico de desarrollo nacional para 2045 es que Vietnam cuente con una economía digital que represente al menos el 50 % del PIB, consolidándose como centro regional y mundial de la industria tecnológica digital y figurando entre los 30 países líderes en innovación y transformación digital. Para lograrlo, la Ley debe convertirse en una herramienta de innovación, y no solo en un instrumento de gestión.
Uno de los aspectos clave que destacaron los diputados y expertos de la Asamblea Nacional es que un marco jurídico sólido debe ir acompañado de un mecanismo de coordinación y recursos específicos. Por ejemplo, en lo que respecta a los recursos financieros, la ley debe especificar claramente la descentralización, la delegación de autoridad y las responsabilidades de los ministerios, las ramas y las localidades para evitar la duplicación y la dispersión. Asimismo, deben diseñarse mecanismos de coordinación intersectorial y entornos de prueba (sandboxes) para nuevas tecnologías con el fin de apoyar a las empresas innovadoras.
El presidente del Comité de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Nguyen Thanh Hai, enfatizó: Es necesario clarificar los recursos para la implementación y los mecanismos de coordinación entre las agencias, y aplicar incentivos únicamente a las empresas que cumplan con los criterios de alta tecnología. En particular, los proyectos en zonas de minorías étnicas, fronterizas e insulares requieren políticas de exención y reducción de impuestos, apoyo con tasas de interés del 0% para el desarrollo de infraestructura digital y prioridad territorial para zonas de alta tecnología.
En lo que respecta a las actividades de investigación y desarrollo (I+D), la Ley debe incorporar incentivos para la investigación en tecnologías clave y tecnologías abiertas, con el apoyo del Fondo para el Desarrollo de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación. Asimismo, es necesario evitar la duplicación con las normas presupuestarias de la Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Crear un marco legal lo suficientemente sólido como para superar los obstáculos tecnológicos.
Los criterios y la lista de alta tecnología deben ser claros y cuantitativos.
Otro punto importante es establecer criterios de medición para las actividades de alta tecnología. El delegado Nguyen Tuan Anh (de la delegación de Can Tho) señaló que los criterios actuales aún son generales y que es necesario incorporar factores cuantitativos como el número de patentes, el nivel de valor añadido y la tasa de participación de personal altamente cualificado. Esto contribuirá a la transparencia y facilitará la evaluación de la eficacia real.
Además, la ley debe elaborar una lista de sectores de alta tecnología prioritarios para la inversión, como base para identificar las industrias que necesitan apoyo e incentivos para la transferencia de tecnología, en lugar de depender exclusivamente de las regulaciones gubernamentales posteriores. Esto también facilita a las empresas y a los inversores la definición de estrategias de desarrollo.
En los talleres sobre el proyecto de ley, se expresó en numerosas ocasiones que el mecanismo de incentivos y los criterios para la creación de zonas de alta tecnología, áreas urbanas de alta tecnología y zonas agrícolas de alta tecnología aún son generales y no están específicamente cuantificados. Esto puede generar fácilmente lagunas legales que permitan la manipulación de las políticas. Por lo tanto, resulta fundamental incorporar criterios cuantitativos y vincularlos a los requisitos de seguridad para las empresas, especialmente aquellas con participación extranjera.
Otro aspecto importante es la definición de conceptos y términos. Si los conceptos no están claramente definidos, surgirán dificultades en el proceso de implementación. La ley debe ser fácil de entender, coherente y acorde con las prácticas internacionales, para que las agencias de gestión, las empresas y los inversores cuenten con una base jurídica sólida.
Uno de los puntos nuevos más destacados del proyecto de ley revisado es el mecanismo de aportación de capital mediante tecnología. Esto se considera una solución al problema de la «congelación» de la propiedad intelectual, permitiendo a las empresas utilizar conocimientos técnicos y soluciones tecnológicas como capital de inversión. Sin embargo, si se permite a las partes determinar libremente el valor de la aportación de capital, existe el riesgo de inflar dicho valor, creando capital virtual y distorsionando el entorno de inversión.
La Ley de Alta Tecnología no solo crea un entorno favorable para el desarrollo y la comercialización de alta tecnología, sino que también fomenta la formación de talento humano altamente cualificado y crea un ecosistema de innovación. Esto exige que las políticas de formación, captación de expertos, incentivos a la investigación y vinculación entre empresas, universidades y centros de investigación se institucionalicen en la Ley o en sus decretos rectores.
La coordinación sincrónica entre la Ley de Alta Tecnología y las políticas en materia de impuestos, tierras, finanzas y gestión empresarial es un factor clave para que la Ley se convierta en una herramienta para promover avances tecnológicos, en lugar de ser simplemente una herramienta de gestión administrativa.
La revisión de la Ley de Alta Tecnología ya no es una cuestión teórica, sino una necesidad urgente para que Vietnam no pierda oportunidades en la era de la tecnología digital y la innovación. Una Ley de Alta Tecnología verdaderamente adecuada, transparente, estable y viable contribuirá a alcanzar la visión para 2045: convertirse en un país líder en la región en innovación, desarrollo económico digital y alta tecnología.
Esto requiere puntos clave: un marco jurídico claro y transparente; mecanismos de incentivos específicos; criterios cuantitativos; mecanismos de coordinación intersectorial; una valoración transparente de las aportaciones de capital basadas en tecnología; junto con políticas para el desarrollo de los recursos humanos y un ecosistema de innovación. Si se logra, la Ley de Alta Tecnología no solo será una herramienta de gestión, sino también una sólida plataforma de lanzamiento, que generará avances tecnológicos y oportunidades de desarrollo para toda la economía.
Fuente: https://mst.gov.vn/tao-hanh-lang-phap-ly-du-manh-de-but-pha-cong-nghe-197251117151655602.htm






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