
Las optimistas previsiones del USDA sobre una recuperación de la producción de casi 179 millones de sacos en un año se ven cada vez más desmentidas por la realidad. El calor prolongado en Brasil ha dañado la cosecha de arábica, mientras que las inundaciones en la sierra central amenazan directamente la abundante e importante cosecha mundial de robusta. Con los inventarios globales en mínimos históricos y las cadenas de suministro interrumpidas, los analistas advierten que el mercado del café está más cerca que nunca de una nueva escalada de precios, que incluso podría superar los máximos históricos en los próximos meses.
Cuando la cosecha no es la esperada
En Brasil, la Agencia Nacional de Abastecimiento (Conab) prevé que la producción total de café para la zafra 2025-2026 alcance aproximadamente los 55,2 millones de sacos, lo que representa una disminución del 1,82 % con respecto a la zafra anterior. Si bien el café Conilon (Robusta) atraviesa una buena temporada, con un marcado incremento hasta los 20,1 millones de sacos, un récord que equivale a un aumento de más del 37 %, la producción de Arábica —el café fuerte— ha disminuido drásticamente un 11,2 %, hasta alcanzar tan solo 35,15 millones de sacos.
La razón se debe a las condiciones climáticas desfavorables y al ciclo biológico bienal de los cafetos. Según datos de la Asociación Brasileña de Exportadores de Café (Cecafe), la disminución de la producción y los mínimos históricos en las existencias han provocado que las exportaciones brasileñas de café verde (incluidas las variedades Arábica y Robusta) en los primeros cuatro meses de la campaña 2025-2026 alcancen poco menos de 12,5 millones de sacos, lo que representa una caída del 22 % interanual.
La situación se tornó aún más inestable cuando, a partir del 1 de agosto, Estados Unidos impuso un impuesto adicional del 40% a las importaciones de café brasileño, elevando el impuesto total al 50%. Esta medida provocó una grave escasez de suministro a Estados Unidos, ya que las existencias de arábica en el ICE disminuyeron continuamente, alcanzando su nivel más bajo en casi dos años. La cantidad de café brasileño almacenado únicamente en el ICE era de tan solo unos 22.000 sacos, prácticamente cero en comparación con los casi 430.000 sacos registrados en el mismo período del año anterior.
Además, la ola de calor de principios de octubre quemó y arrancó los brotes florales, poniendo en peligro el suministro a largo plazo para la cosecha de 2026-2027. Como consecuencia, los precios del café arábica se han disparado en los últimos tres meses, extendiendo este aumento al café robusta.
Mientras tanto, al otro lado del mundo, el mercado esperaba que una cosecha abundante en Vietnam ayudara a aliviar la presión sobre la escasez mundial de suministro, con una producción de robusta que se preveía que aumentaría en más del 7%, hasta alcanzar los 30 millones de sacos. Sin embargo, las condiciones climáticas reales han frustrado todas las expectativas. A finales de octubre, cuando la cosecha estaba a punto de alcanzar su punto máximo, con más del 80% de las cerezas de café aún en las ramas, las intensas lluvias prolongadas provocaron inundaciones en muchas zonas clave de las Tierras Altas Centrales.

Según un análisis de MXV, los niveles de humedad superiores al 95 % durante los últimos 10 días han paralizado prácticamente el secado tradicional, aumentando el riesgo de moho y provocando que las cerezas de café se agrieten, fermenten o caigan prematuramente. Las provincias de Gia Lai y Dak Nong registraron 81,8 mm y 75,7 mm de lluvia, respectivamente, con pérdidas potenciales de la cosecha estimadas entre el 10 % y el 20 % en las zonas directamente afectadas. Lo que es aún más preocupante, el tifón Kalmaegi podría descargar más de 200 mm de lluvia en las zonas ya inundadas.
Estas pérdidas no solo reducen significativamente la producción de café robusta de Vietnam, que aporta hasta el 40% del suministro mundial total, sino que también prolongan el tiempo de cosecha, secado y procesamiento, lo que hace que la cadena de suministro mundial de café sea más vulnerable que nunca.
Una nueva ola alcista está tomando forma lentamente...
Esta crisis es particularmente peligrosa porque el mercado entró en esta fase sin una red de seguridad. Los últimos tres años de volatilidad, desde las heladas en Brasil en 2021 que dispararon los precios del arábica, hasta la sequía que reducirá la producción de Vietnam en un 20 % en 2023-24, han erosionado y agotado progresivamente las reservas. Por lo tanto, los fenómenos meteorológicos adversos en Vietnam y la caída de la floración en Brasil no son crisis aisladas.
MXV prevé que el mercado del café reaccionará pronto a la grave situación en Brasil, especialmente en Vietnam. Si se confirma la hipótesis de que la producción de café de Vietnam caerá por debajo de los 26-27 millones de sacos (unos 25 millones de sacos para Robusta), es decir, una disminución de entre el 16 y el 17 %, o en un escenario aún peor, dado que se desconoce la magnitud de los daños causados por la tormenta, los precios del café Arábica y Robusta podrían dispararse al menos un 20 %, o cerca de 11 000 USD/ton para el Arábica y 5600 USD/ton para el Robusta, y posiblemente repetir el aumento histórico provocado por la sequía en la campaña 2023-2024.
Tanto en Brasil como en Vietnam, la industria cafetera mundial se enfrenta a una doble crisis de oferta, ya que tres factores clave —clima extremo, políticas comerciales y bajos inventarios— están tensionando simultáneamente el mercado. La abundante cosecha que se esperaba que moderara los precios del café probablemente se convierta en una quimera, y al mismo tiempo, también indica que podría estar a punto de comenzar un nuevo ciclo de precios altos.
Fuente: https://baochinhphu.vn/thi-truong-hang-hoa-khung-hoang-kep-tren-toan-thi-truong-ca-phe-102251107140050148.htm






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