Inmediatamente después de su abrumadora victoria en las elecciones del 6 de noviembre, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, comenzó a implementar su compromiso de poner fin a la guerra en Ucrania "en 24 horas".
Estudiantes de la Universidad Politécnica miran por las ventanas rotas de su residencia en Zaporiyia, Ucrania, el 11 de noviembre, tras un ataque aéreo ruso. Foto: REUTERS
Las tres "cartas" de Trump
Con varias cartas de peso lo suficientemente importantes como para que tanto Ucrania como Rusia sientan la necesidad de considerar reducir la distancia en la mesa de negociaciones, parece que Trump está construyendo gradualmente una posible solución milagrosa para la cuestión ucraniana. La primera es la nueva conciencia de ambos países sobre los daños a largo plazo de una guerra de desgaste que está agotando gradualmente a todas las partes. El anuncio de la disposición a reanudar el diálogo sobre el intercambio de prisioneros con Rusia a partir del 3 de noviembre, el abandono de una postura crítica para aceptar la iniciativa de paz entre China y Brasil, y el discurso de apoyo del propio presidente Zelenski a la política de "paz mediante la fuerza" de Trump refuerzan las premisas para la desescalada. Además, Rusia también está tomando medidas para expresar su deseo de detener temporalmente la escalada en una etapa que se considera que tendrá muchas ventajas cruciales en el campo de batalla. El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, expresó el 9 de noviembre su disposición a escuchar las propuestas de Trump, lo que implica reconocer la posibilidad de que Estados Unidos se convierta en mediador oficial tanto para Rusia como para Ucrania. La segunda baza de Trump se relaciona con las "últimas conexiones" entre Rusia y Ucrania, que el multimillonario Elon Musk se ha esforzado por mantener hasta el momento. Según informes exclusivos del Wall Street Journal sobre el proceso secreto de mantener contactos regulares con el presidente Putin desde el estallido de la guerra, sumado a la simpatía del presidente Zelenski por la red de internet satelital Starlink de SpaceX, el "factor Musk" se ha convertido en la última conexión clave entre Rusia y Ucrania. Por lo tanto, la participación de Musk en la llamada del presidente electo Donald Trump con el máximo líder de Ucrania el 6 de noviembre, y posiblemente en la próxima llamada telefónica con Putin, promoverá plenamente la eficacia de esta "última conexión". Y la tercera baza de Trump reside en el valor de los "últimos regalos" que el gobierno estadounidense y sus socios occidentales pueden enviar a Ucrania. El más típico es el paquete de ayuda de última hora por valor de 6.000 millones de dólares que la administración del actual presidente estadounidense, Joe Biden, se comprometió a desembolsar a Ucrania, junto con el mecanismo de Aceleración Extraordinaria de Ingresos (ERA) de 50.000 millones de dólares que las economías desarrolladas del G-7 proporcionaron a Ucrania, basado en los intereses de 330.000 millones de dólares de activos rusos congelados por Occidente. Si bien el Banco Mundial (BM) y otras organizaciones han estimado el coste de la recuperación y la reconstrucción en Ucrania en unos 500.000 millones de dólares y está aumentando, este apoyo solo es suficiente para mantener la ayuda a Ucrania durante seis meses más. Por lo tanto, la postura de "no compromiso" de Trump respecto al aumento de la ayuda presionará eficazmente la capacidad de llevar a Ucrania a la mesa de negociaciones, así como a Rusia en caso de que Putin se niegue a desescalar la guerra, lo que provocaría que Trump considerara mantener de nuevo el flujo de ayuda.Perspectivas optimistas
Aprovechando las tres "cartas" mencionadas, el plan de paz de Trump se define mediante tres pasos que se implementan simultáneamente mediante anuncios no oficiales de iniciativas piloto para desmantelar cada capa del conflicto entre Rusia y Ucrania. Según diversas fuentes, uno de los primeros pasos que Trump busca es establecer una "zona de amortiguación" desmilitarizada a lo largo del frente actual entre Rusia y Ucrania, de más de 1200 km de longitud y protegida por fuerzas de paz del Reino Unido y la Unión Europea (UE). Este paso sentará las bases para despliegues posteriores que resuelvan las difíciles condiciones y las conviertan en propuestas más viables para ambas partes en la guerra. En particular, Trump puede reemplazar los recursos financieros destinados a la ayuda armamentística con el establecimiento de un fondo de ayuda para la recuperación civil de Ucrania o retrasar la hoja de ruta para la adhesión a la OTAN, pero apoyar la aceleración del proceso de adhesión de Ucrania a la UE. Además, Trump también podría aprovechar los nuevos intereses comunes entre Rusia y Ucrania, convirtiendo su apoyo a las monedas digitales en un pilar de su agenda de campaña. Esto es especialmente importante dado que tanto Rusia como Ucrania son importantes centros para el comercio de divisas digitales y se han beneficiado del aumento récord del precio del Bitcoin tras la victoria de Trump el 6 de noviembre. En resumen, con la perspectiva de poner fin a los combates en Ucrania, que se estima que pondrá fin a las posibles pérdidas financieras de alrededor de 100 000 millones de dólares para Estados Unidos y casi 200 000 millones de dólares para Europa, se está configurando una nueva etapa que favorece las bazas y la capacidad de negociación de Trump. Tanto Rusia como Ucrania están tomando decisiones más audaces en el campo de batalla antes de que Trump asuma el cargo en enero de 2025. Mientras Rusia desplegaba tropas norcoreanas tanto en su retaguardia como en el frente, al mismo tiempo que un gran número de tropas bielorrusas se acercaba a la frontera norte con Ucrania desde principios de noviembre, la administración Zelenski también llevó a cabo su mayor ataque aéreo con drones en la capital rusa, Moscú, la noche del 9 de noviembre.Tuoitre.vn
Fuente: https://tuoitre.vn/thuong-vu-hoa-binh-cua-ong-trump-o-ukraine-20241111225504926.htm
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