Agentes de policía toman declaración a la sospechosa Nguyen Thi Quyen. Foto: Policía de Quang Ngai |
Según la investigación policial inicial, Nguyen Thi Quyen, propietaria de la guardería Nhu Y, admitió haber tirado al suelo dos veces, enfadada, al niño de 14 meses cuando lloraba. Esta acción le provocó una grave lesión cerebral. Al ser trasladado al hospital, su cuerpo estaba morado, presentaba convulsiones y su cerebro presentaba un daño cerebral del 47 %.
Cabe mencionar que, tras el incidente, Quyen creó deliberadamente una situación falsa diciendo que el niño se había caído de la trona. Cuando la familia pidió revisar la cámara, el sujeto se negó. De no haber sido por la determinación de la familia, quizás la verdad se habría ocultado.
El incidente de Quang Ngai no es un hecho aislado. Durante muchos años, los casos de abuso infantil en guarderías privadas han aparecido continuamente en la prensa: bofetadas, manoseos, amenazas, incluso niños encerrados en el baño...
Cuidar niños no es un simple trabajo a tiempo parcial, ni es "niñera". Requiere conocimientos, habilidades y, sobre todo, amor por los niños. Una persona que se enoja fácilmente con el llanto de un niño no debería, no debería, ni puede ser niñera.
De hecho, en muchas zonas urbanas y zonas industriales, proliferan guarderías sin licencia, ubicadas en zonas residenciales. Esta es la opción de muchos trabajadores de bajos recursos que no pueden permitirse enviar a sus hijos a jardines de infancia públicos tradicionales. Sin título de educación preescolar ni certificado de cuidado infantil, estas guarderías siguen existiendo discretamente, y solo cuando ocurre algo, generalmente después de una tragedia, aparecen las autoridades.
Aunque después de cada incidente los abusadores de niños enfrentarán severas sanciones legales, es importante prevenirlo de manera proactiva, para que no haya más niños que se conviertan en víctimas en lo que debería ser el lugar más seguro.
Es hora de que toda la sociedad tome medidas más contundentes. Las autoridades locales y los organismos pertinentes deben endurecer las condiciones para la apertura y el mantenimiento de guarderías privadas; aumentar las inspecciones periódicas y sorpresivas. Al mismo tiempo, se debe controlar estrictamente a las guarderías que incumplan las normas y difundir la lista para que los padres estén al tanto. Y, sobre todo, es necesario fortalecer la comunicación y la educación comunitaria para que todos los adultos comprendan que proteger a la infancia no es solo responsabilidad del sector educativo, sino también de toda la sociedad.
Los ministerios, sectores y autoridades locales pertinentes deben adoptar un enfoque más coordinado y drástico en la gestión, inspección y gestión de las guarderías. Solo con la participación de todo el sistema político y la sociedad, los niños podrán vivir verdaderamente en un hogar seguro y amado.
Fuente: https://baothainguyen.vn/xa-hoi/202508/tre-em-can-duoc-cho-che-2172070/
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