El Secretario General To Lam enfatizó: «No podemos reescribir la historia, pero sí podemos replantear el futuro. El pasado debe ser recordado, agradecido y de él debemos aprender lecciones. El futuro debe construirse, construirse y desarrollarse juntos». No es solo un recordatorio, sino también una orden del corazón, un llamado sagrado a toda la nación.
La historia del pueblo vietnamita es la de una nación pequeña pero heroica, que ha experimentado innumerables dolores y pérdidas en la larga marcha hacia la independencia y la libertad. Agradecemos la sangre y los huesos de millones de niños destacados que han caído por la Patria, y agradecemos a las generaciones que han dedicado sus vidas a la causa de la liberación y la unificación nacional. Ese pasado es una sólida base espiritual, una llama tradicional que nos da la fuerza para seguir adelante.
Gratitud por el pasado para apreciar mejor el presente y ser más conscientes de la gran responsabilidad de crear el futuro. Hace 50 años, nuestro pueblo compuso una brillante sinfonía sobre la voluntad de unificación y la aspiracióna la paz . Hoy, la honrosa promesa de la generación actual a los fallecidos es seguir escribiendo una nueva sinfonía: una sinfonía de innovación, integración, desarrollo y la voluntad de prosperar en el siglo XXI.
Vietnam enfrenta hoy grandes oportunidades, pero también numerosos desafíos y dificultades. En un contexto de profunda globalización, fluctuaciones geopolíticas , desafíos económicos, ambientales y de seguridad no tradicionales, necesitamos una visión estratégica, una voluntad firme y la determinación de innovar constantemente. Esta voluntad se ha forjado en el pasado y debe promoverse con creatividad en el presente para guiar al país con firmeza hacia el futuro.
Esa gran responsabilidad recae sobre todo el Partido, todo el pueblo y, en especial, sobre la joven generación de Vietnam, quienes asumen y seguirán asumiendo la misión de desarrollar el país. Cada acción, cada contribución hoy debe estar iluminada por la conciencia histórica y la responsabilidad por el destino de la nación. Un desarrollo rápido pero sostenible; una profunda integración internacional, pero manteniendo la identidad y la soberanía; una innovación sólida, pero siempre firmes en el objetivo de "Pueblo rico, país fuerte, democracia, justicia y civilización": estos son los principios inmutables que debemos preservar.
Cada vez somos más conscientes de que ningún vietnamita auténtico del pasado deseaba la división de su país. Y hoy, ningún vietnamita auténtico desea un país fuerte y próspero, que se alinee con las potencias mundiales. Esta aspiración no es solo un sentimiento, sino que debe traducirse en acciones concretas: aprendizaje continuo, trabajo creativo, unidad, fomento de la fuerza de la gran unidad nacional, integración proactiva, dominio de la ciencia y la tecnología, impulso de la transformación digital, desarrollo de una economía verde e innovación.
Nuestro Partido, bajo el firme liderazgo del Secretario General, ha estado planificando importantes estrategias para impulsar el progreso del país en las próximas décadas. El Partido ha determinado claramente: para 2045, Vietnam se esforzará por convertirse en un país desarrollado y de altos ingresos. Ese camino aún es largo y arduo, pero con nuestra heroica tradición y nuestra firme convicción en la fuerza de la nación, tenemos todo el derecho a creer en un futuro brillante.
En medio del brillante sol de abril, cuando la orgullosa canción resuena en todo el país, hagamos una pausa para recordar a las generaciones que se sacrificaron y recordemos que debemos vivir, estudiar y contribuir de manera digna.
Rendir homenaje al pasado y construir el futuro no es solo un recordatorio. Es una misión histórica, una promesa sagrada que todo el pueblo vietnamita se compromete a grabar y cumplir con todo su corazón y fuerza.
Fuente: https://daibieunhandan.vn/tri-an-qua-khu-kien-tao-tuong-lai-post411657.html
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