El mundo asiste a una carrera silenciosa pero feroz. Los bancos centrales mundiales están incrementando sus reservas de oro a un ritmo sin precedentes en décadas. Esta medida se produce en un contexto de creciente inestabilidad geopolítica , preocupación por la inflación persistente y posibles cambios en las políticas de las grandes potencias, en particular en materia arancelaria.
Según los últimos datos del Consejo Mundial del Oro (WGC) y Reuters, en 2024 se registraron compras netas récord por parte de los bancos centrales, totalizando más de 1.000 toneladas, y solo en el último trimestre se alcanzaron las 333 toneladas, un aumento del 54% en comparación con el mismo período del año anterior.
¿Por qué el oro, un metal antiguo, se ha convertido en el centro de atención de la era de las finanzas digitales? ¿Se trata de una astuta estrategia defensiva de las naciones ante la inminente tormenta económica , o esta "locura" está sembrando las semillas de nuevos riesgos sistémicos?
Oro: un santuario atemporal del aura.
La historia del oro está entrelazada con la historia de la civilización y la economía humanas. Más allá de su valor como joya o producto industrial, el oro se ha consolidado como el refugio seguro por excelencia en tiempos de crisis mundial. No es casualidad que se eligiera el oro. Sus propiedades físicas únicas (no oxidante, fácilmente divisible, fácil de transportar) y su relativa escasez lo han convertido en una reserva de valor fiable y un medio de intercambio durante miles de años.
Al recordar hitos históricos importantes, el papel del oro se vuelve aún más claro:
La era del patrón oro: Desde el siglo XIX hasta principios del XX, muchos países vincularon el valor de sus monedas a una cantidad fija de oro. Este sistema, a pesar de sus limitaciones, creó una era de estabilidad cambiaria y fomentó el comercio internacional. El colapso del sistema de Bretton Woods en 1971, cuando Estados Unidos abandonó la convertibilidad del dólar estadounidense al oro, marcó el fin del patrón oro oficial, pero no disminuyó el atractivo psicológico y estratégico del metal.
La Gran Depresión (1929-1939): A medida que se desplomaba la confianza en el sistema bancario y el papel moneda, tanto la gente como los gobiernos recurrieron al oro como salvavidas. El acaparamiento de oro se convirtió en una prioridad nacional para preservar la riqueza y estabilizar la economía.
Segunda Guerra Mundial (1939-1945): El oro no sólo fue un medio para financiar campañas militares masivas, sino también un activo de reserva estratégico que ayudaba a las naciones a mantener su fortaleza económica y prepararse para la reconstrucción de la posguerra.
La crisis del petróleo y la inflación de la década de 1970: El shock del precio del petróleo, sumado a una política monetaria laxa, elevó la inflación mundial a niveles descontrolados. El dólar estadounidense se depreció drásticamente tras el shock de Nixon. En este contexto, el precio del oro se disparó, ya que los inversores buscaron proteger sus activos de la erosión inflacionaria.
La crisis financiera mundial de 2008: El colapso de Lehman Brothers y la amenaza de un colapso del sistema financiero hicieron que los inversores perdieran la confianza en los activos en papel. El oro volvió a brillar con fuerza. Según la Reserva Monetaria de Estados Unidos, el precio del oro se disparó drásticamente, aproximadamente un 150% entre 2007 y 2011, consolidando su papel como "refugio seguro" durante el terremoto financiero.
Estas lecciones históricas revelan un patrón: la confianza en el oro es inversamente proporcional a la confianza en el sistema monetario fiduciario y en la estabilidad económica y política. Por lo tanto, no sorprende que, en el contexto actual, los bancos centrales vuelvan a considerar el oro estratégicamente.
El oro ha consolidado su posición como el "refugio seguro" por excelencia cuando el mundo está en crisis (Ilustración: CyprusMail).
La actual ola de compra de oro: una tormenta que se está gestando bajo una superficie tranquila.
En medio de la inestabilidad económica mundial, muchos países han incrementado sus compras de oro como estrategia de protección financiera. En 2024, los bancos centrales incrementaron significativamente sus compras de oro, superando las 1000 toneladas, según el Consejo Mundial del Oro. Cabe destacar que, en el último trimestre de 2024, las compras de oro aumentaron un 54 % interanual, alcanzando las 333 toneladas.
China es un claro ejemplo, ya que compró oro de forma continua durante 18 meses, hasta mayo de 2024, aunque no se revelaron las cantidades exactas. Tras una pausa de seis meses, el Banco Popular de China reanudó las compras netas de oro en noviembre de 2025. Para finales de marzo de 2025, se proyectaba que las reservas de oro de China alcanzarían los 73,7 millones de onzas.
De igual manera, se estima que tanto Turquía como India adquirieron alrededor de 100 toneladas de oro cada una. Turquía incrementó sus reservas de oro para diversificar su economía y reducir su dependencia del dólar estadounidense, mientras que India considera el oro una cobertura eficaz contra la inflación. Polonia también destacó con la compra de 90 toneladas de oro, con el objetivo de elevar la proporción de oro en sus reservas nacionales de divisas al 20%, según el Consejo Mundial del Oro.
Gregory Shearer, de JP Morgan, comentó: «Mantenemos nuestra perspectiva alcista a largo plazo para el oro, ya que los escenarios macroeconómicos más probables para 2025 siguen siendo alcistas para el metal». También enfatizó que la creciente incertidumbre política, en particular la derivada de las políticas arancelarias de Trump, seguirá impulsando la demanda de oro.
El Consejo Mundial del Oro pronostica que la demanda de oro por parte de los bancos centrales superará las 500 toneladas en 2025, lo que contribuirá entre un 7 y un 10 % al desempeño del precio del oro.
Descifrando las motivaciones y desventajas de la tendencia de “acaparar oro”.
¿Por qué los bancos centrales actúan al unísono de esta manera? Hay tres factores principales detrás de esta tendencia:
Diversificación de reservas más allá del dólar estadounidense: China, según Newsweek, ha estado comprando oro activamente para reducir su dependencia del dólar estadounidense. Lina Thomas, de Goldman Sachs, señala que los bancos centrales de países emergentes, como China, han aumentado sus compras de oro desde 2022 debido a la preocupación por las sanciones financieras estadounidenses y la deuda pública.
Protección contra la inflación: Las políticas económicas de Trump, como las rebajas de impuestos y el aumento del gasto público, podrían causar inflación. El oro, como cobertura contra la inflación, se convierte en una opción atractiva. La Reserva Monetaria de EE. UU. registró un aumento del 25 % en el precio del oro durante la recesión de la COVID-19 de 2020, lo que demuestra la capacidad del oro para proteger su valor.
Riesgo geopolítico: Las tensiones geopolíticas llevan a los países a buscar activos que no se vean afectados por sanciones ni inestabilidad política. El oro, como activo "desconocido", cumple con este requisito.
Aunque las compras de oro benefician a países individuales, esta tendencia plantea riesgos importantes para la economía mundial:
Reducción de la liquidez en el sistema financiero: El oro no genera rentabilidad y es tan difícil de convertir como los bonos gubernamentales. Si se invierten demasiadas reservas globales en oro, los bancos centrales podrían tener dificultades para responder a las crisis económicas, lo que reduciría la liquidez del sistema financiero.
El aumento del precio del oro ejerce presión financiera sobre los países: el aumento de la demanda de oro ha impulsado los precios a máximos históricos, superando los 3200 dólares por onza. Esto ejerce presión financiera sobre países con presupuestos limitados.
Riesgo de escasez de oro: Si la demanda supera la oferta, el mercado del oro podría enfrentarse a una escasez, lo que provocaría fuertes fluctuaciones de precios. Fortune Europe informa que el tiempo de espera para retirar oro del Banco de Inglaterra se ha multiplicado por ocho debido a la preocupación por los aranceles de Trump.
Costo de oportunidad: El oro no genera rentabilidades como las acciones o los bonos. Priorizar el oro podría provocar que los bancos centrales pierdan oportunidades de inversión en activos generadores de ingresos, lo que reduciría la eficacia de la gestión de reservas.
El Consejo Mundial del Oro advierte que si la demanda de oro por parte de los bancos centrales cae por debajo de las 500 toneladas, los precios del oro podrían verse sometidos a una presión a la baja, lo que añadiría más inestabilidad a los mercados financieros.
En medio de las tormentas arancelarias y las crecientes tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, el oro sigue subiendo, superando la marca de los 3.200 dólares la onza (Ilustración: Kitco News).
Inversores individuales y oro: manténganse cautelosos ante la "fiebre"
Ante la agresiva compra de oro por parte de los bancos centrales, muchos inversores individuales también se han dejado llevar por el deseo de poseer este metal precioso. Sin embargo, es crucial distinguir claramente entre la estrategia de una nación y la de un individuo.
¿Por qué los bancos centrales compran oro? A nivel macroeconómico, acumular oro es una estrategia sólida. El oro no se ve afectado por las políticas de ningún país, lo que ayuda a reducir el riesgo de depreciación del dólar estadounidense o sanciones económicas.
En el contexto de las políticas de Trump que potencialmente desestabilizan la economía global, el oro se ha convertido en una herramienta para proteger los intereses nacionales. El Consejo Mundial del Oro enfatiza que el oro es un activo estratégico que ayuda a los países a mantener la estabilidad económica a largo plazo, especialmente durante la inflación o las crisis financieras.
Sin embargo, para los inversores individuales, invertir excesivamente en oro no es la opción óptima porque:
Alta volatilidad de precios: El precio del oro puede fluctuar considerablemente a corto plazo. Por ejemplo, tras las elecciones estadounidenses, el precio del oro cayó de 2800 a 2618 dólares la onza, lo que indica riesgo de volatilidad. Desde principios de año, el precio del oro ha aumentado de 2600 a casi 3300 dólares la onza, un aumento muy elevado. Tan solo la semana pasada, el precio mundial del oro ha aumentado aproximadamente 270 dólares la onza. Por lo tanto, si la situación se estabiliza, una caída de 200 a 300 dólares la onza en una semana sería normal.
Costo de oportunidad: Invertir demasiado en oro significa perder oportunidades de invertir en activos de mayor rendimiento, como acciones o bienes raíces. A largo plazo, las acciones y los bonos suelen ofrecer una rentabilidad superior a la del oro.
Los expertos financieros aconsejan que el oro sólo debería representar entre el 5 y el 10% de una cartera de inversiones para diversificar y protegerse contra la inflación, en lugar de convertirse en el activo principal.
Los inversores individuales pueden considerar los ETF de oro o los fondos mutuos que replican los precios del oro, que ofrecen menores costos de almacenamiento y mayor liquidez en comparación con el oro físico. Lina Thomas, de Goldman Sachs, advierte que los inversores individuales deben ser cautelosos con la volatilidad del precio del oro, especialmente al competir con bancos centrales y ETF.
Si bien acumular oro es razonable desde una perspectiva macroeconómica, los expertos aconsejan a los inversores individuales que tengan cuidado y eviten invertir demasiado en oro (Ilustración: TIL Creatives).
La tendencia de los bancos centrales a aumentar sus compras de oro, especialmente tras la reelección de Trump y la imposición de aranceles recíprocos a más de 180 países, refleja una profunda preocupación por la inestabilidad económica y geopolítica. Muchos países buscan proteger sus economías diversificando sus reservas y reduciendo su dependencia del dólar estadounidense.
El Consejo Mundial del Oro pronostica que la demanda de oro por parte de los bancos centrales superará las 500 toneladas en 2025, lo que impactará positivamente en los precios del oro. Goldman Sachs también elevó recientemente su pronóstico del precio del oro a 3700 dólares por onza para finales de 2025, gracias a la fuerte demanda de los bancos centrales y los ETF.
En medio de una economía global volátil, el papel del oro seguirá siendo un tema clave de interés. ¿Será el oro un refugio seguro o una nueva fuente de inestabilidad? La respuesta depende de cómo los países y los inversores gestionen este activo en los próximos años.
Fuente: https://dantri.com.vn/kinh-doanh/tru-an-trong-vang-cai-gia-that-su-cua-lan-song-gom-vang-toan-cau-20250416102839502.htm






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