¿China tiene una presencia secreta en el lado oscuro de la luna?

En el episodio 202 del podcast “The Shawn Ryan Show”, fundado y presentado por el ex SEAL de la Marina de los EE. UU. Shawn Ryan, el teniente general retirado de la Fuerza Aérea de los EE. UU. Steve Kwast, ahora director ejecutivo de SpaceBilt, sorprendió al mundo cuando reveló que China está extrayendo helio-3 en secreto en el lado oscuro de la luna, que no se puede observar desde la Tierra.

China ha estado en el otro lado de la luna durante al menos dos años, y "una cosa es segura, están extrayendo helio-3", según Kwast.

El helio-3, un isótopo extremadamente raro en la Tierra pero abundante en la Luna, podría proporcionar a la humanidad energía limpia prácticamente ilimitada durante milenios, afirmó Kwast. Más importante aún, es el único elemento capaz de enfriar las computadoras cuánticas a las temperaturas extremadamente bajas que les permiten operar eficientemente.

Kwast advierte que si China controla este recurso, las computadoras cuánticas operarán a súper velocidad y podrán romper todos los sistemas de encriptación globales (así como establecer sistemas de encriptación súper fuertes), desde la banca, Bitcoin hasta los códigos militares , liderando así la carrera de la tecnología cuántica y dando forma al futuro económico y militar del mundo.

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La sonda lunar china Chang'e-6. Foto de : CNSA

Kwast expresó su frustración por la falta de infraestructura de vigilancia estadounidense, como satélites o instrumentos de observación, para monitorear la actividad china en la cara oculta de la Luna. Se dice que Estados Unidos carece de una estrategia tecnológica espacial adecuada a largo plazo.

La carrera por conquistar la Luna, especialmente el lado oscuro, no es solo de China, sino también de Estados Unidos, Rusia e India. China ha logrado avances significativos.

La misión Chang'e 4 de 2019 marcó la primera vez que la humanidad realizó un aterrizaje suave en el otro lado de la luna, con el rover Jade Rabbit 2 operando de manera efectiva.

En junio de 2024, la sonda Chang'e 6 continuó haciendo historia al recolectar 1935,3 gramos de muestras de roca y suelo de la región oscura, convirtiéndose en el primer país en lograrlo. Estas muestras se exhibieron en el 75.º Congreso Astronáutico Internacional (IAC) en Milán, Italia, en octubre de 2024 y se compartieron con universidades de Estados Unidos, Alemania, Japón, Francia, el Reino Unido y Pakistán, demostrando la cooperación científica a pesar de las tensiones geopolíticas .

Mientras tanto, el programa estadounidense Artemis, que pretende volver a enviar astronautas a la Luna en 2027, enfrenta retrasos debido a recortes presupuestarios, especialmente con la estación espacial orbital Gateway.

Rusia, que había considerado unirse a Artemis, ha pasado a cooperar con China desde 2021, con planes de construir una Estación de Investigación Lunar Internacional (ILRS) para 2036, utilizando un pequeño reactor nuclear.

India también afirmó su posición con la misión Chandrayaan-3, que aterrizó con éxito cerca del polo sur lunar en agosto de 2023, a un costo de solo 74 millones de dólares, en comparación con el enorme plan presupuestario de 93 mil millones de dólares de Artemis para 2025.

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La superficie lunar alberga numerosos recursos sin explotar. Una ilustración del polo sur lunar, que los científicos creen que podría contener metales raros, helio y hielo de agua. Foto: DM

Impacto económico y posición estratégica en el siglo XXI

La carrera por conquistar la cara oculta de la Luna no es solo tecnológica, sino también económica y geopolítica. La cara oculta de la Luna, con su potencial de hielo de agua y helio-3, se considera una «mina de oro cósmica».

El hielo de agua puede descomponerse en oxígeno e hidrógeno, creando combustible espacial que podría sustentar asentamientos permanentes, minería y misiones a Marte. El helio-3, señala Kwast, es más que una simple fuente de energía limpia. También es clave para la tecnología cuántica, que podría definir el futuro del cifrado y la ciberseguridad.

China, con sus misiones Chang'e y sus planes conjuntos con Rusia para el ILRS, está desarrollando una estrategia a largo plazo para dominar el espacio. El acuerdo entre China y Rusia de abril de 2025 sobre una central nuclear en la Luna, cuya finalización está prevista para 2036, supone un paso importante para abastecer de energía la base del ILRS.

Unos 17 países han expresado interés o participan en el plan ILRS, desde Egipto hasta Pakistán y Sudáfrica, y el ILRS se está convirtiendo en un contrapeso estratégico al programa Artemis estadounidense. Mientras Estados Unidos se centra en la cooperación con sus aliados occidentales, China y Rusia están expandiendo su influencia en Oriente Medio, el sur de Asia y África, creando una red diversa de socios.

En términos económicos, el control de los recursos lunares podría ser un punto de inflexión. El helio-3, si se aprovecha eficientemente, podría proporcionar energía durante milenios, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles y fomentando una economía espacial sostenible.

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Artemisa 1, anteriormente Misión de Exploración-1, es la primera de una serie de misiones cada vez más complejas que permitirán a los humanos explorar la Luna y Marte. Este gráfico explica las diferentes fases de la misión. Fuente: DM

Además, los ordenadores cuánticos que utilizan helio-3 alcanzarán velocidades superrápidas que pueden romper los sistemas de cifrado actuales, proporcionando ventajas estratégicas en los campos de las finanzas, el ámbito militar y la ciberseguridad.

El mercado espacial mundial, valorado actualmente en unos 350 000 millones de dólares, podría alcanzar el billón de dólares para 2040, según estimaciones de Morgan Stanley. El país que lidere la explotación de los recursos lunares se llevará la mayor parte de estos beneficios económicos.

Geopolíticamente, la carrera lunar está transformando el equilibrio de poder. Estados Unidos, con su programa Artemis, aún mantiene la ventaja en tecnología y experiencia, pero los retrasos y los recortes presupuestarios podrían costarle el liderazgo a Washington.

Mientras tanto, China, con su rápida inversión (12 000 millones de dólares para su programa espacial hasta 2022) y su estrategia de cooperación multilateral, está en auge. India, con sus bajos costos y el éxito de Chandrayaan-3, también se está convirtiendo en un competidor formidable, especialmente en el ámbito de la tecnología de bajo costo.

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El equipo de investigación espacial de Morgan Stanley estima que la industria espacial mundial, con un valor aproximado de 350 mil millones de dólares, podría aumentar a más de un billón de dólares para 2040. Fuente: MS

Sin embargo, la carrera también plantea desafíos al derecho internacional. El Tratado del Espacio Ultraterrestre de 1967 estipula que la Luna es propiedad común de la humanidad, pero carece de un mecanismo claro para la distribución de los recursos.

Si un país, como China, monopoliza la minería de helio-3, podría generar tensiones globales y riesgo de conflicto. Establecer estándares mineros justos y prevenir los monopolios es fundamental para mantener la paz en el espacio.

Es evidente que la cara oculta de la Luna se está convirtiendo en el foco de la guerra económica y geopolítica entre las superpotencias. Controlar el helio-3 y el hielo de agua no solo aporta enormes beneficios económicos, sino que también define la posición estratégica en el siglo XXI.

Estados Unidos podría tener que incrementar su inversión en proyectos espaciales mientras China, Rusia e India aceleran una carrera que podría definir el poder y el futuro de la humanidad.

Fuente: https://vietnamnet.vn/trung-quoc-co-buoc-tien-vuot-bac-nong-cuoc-dua-ty-usd-toi-vung-toi-mat-trang-2404711.html