Sentados en el césped, al borde del bosque, un grupo de niños trabaja en conjunto para organizar las ramas recolectadas en rectángulos, pentágonos y hexágonos. Esta es una clase de ciencias para los alumnos de la Escuela Primaria Vezin, en la provincia de Andenne, Bélgica.
La clase de geometría se desarrolla en un gran espacio verde, en el marco del programa “Escuela al Aire Libre” organizado por una red de asociaciones que forman y apoyan al profesorado.
La clase especial, con 25 alumnos de 5.º y 6.º grado, se imparte en un prado verde. Además del profesor responsable, también hay un asesor educativo de una de las asociaciones que la apoyan. Al comienzo de la clase, el profesor pide a los alumnos que se sienten en círculo y se presenten para conocer el pronóstico emocional de cada uno. La clase dura aproximadamente una hora y media, y el programa incluye fórmulas geométricas, fracciones y otros problemas matemáticos especialmente diseñados para clases al aire libre.
Según la docente a cargo de la clase, a los estudiantes les encanta estar en contacto con la naturaleza, especialmente cuando la pandemia de Covid-19 los obliga a pasar mucho tiempo restringidos de salir al exterior, mientras que en la escuela tienen que permanecer sentados durante horas.
Los métodos se han probado durante los últimos dos años con la participación de unas 500 escuelas de Valonia, principalmente jardines de infancia y escuelas primarias. El problema radica en la falta de personal pedagógico para implementarlos. La directora de la Agencia Valona de Medio Ambiente, Céline Tellier, explicó que, durante el confinamiento, las escuelas tuvieron una gran necesidad de implementar nuevos métodos de aprendizaje, pero faltaba personal pedagógico capacitado, por lo que las autoridades están buscando una solución.
Sandrine Damsin, directora de la Escuela Vezin, es una de las entusiastas del método educativo basado en la naturaleza "para la felicidad y el bienestar", una de las características de los métodos educativos "Steiner-Waldorf Montessori". Se trata de dos métodos pedagógicos desarrollados por dos reconocidos educadores, Rudolf Steiner y Maria Montessori. Ambos métodos enfatizan el desarrollo integral de los niños, incluyendo los aspectos intelectuales, espirituales y físicos. Al hablar sobre este método educativo, la directora Sandrine Damsin enfatizó que, al estar inmersos en la naturaleza, los niños utilizan todos sus sentidos: tacto, vista, oído y olfato. De hecho, prestan más atención, experimentan el aprendizaje y, por lo tanto, recuerdan mejor.
Según los expertos, combinar la educación tradicional con actividades al aire libre es una forma eficaz de fomentar la curiosidad, la creatividad y el desarrollo integral del alumnado. Estas experiencias seguirán brindándoles nuevas oportunidades y experiencias de aprendizaje, ayudándoles a convertirse en ciudadanos seguros y responsables con el medio ambiente y la sociedad.
LAM DIEN
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