Las contribuciones que se denominan “voluntarias” pero que en realidad son obligatorias; las solicitudes de compras, las recompensas y la atención especial a los profesores… ocultan invisiblemente la imagen de la escuela, un lugar que debería ser un espacio para sembrar conocimiento y nutrir el carácter.
Afortunadamente, aún existen ejemplos positivos. Por ejemplo, la Escuela Secundaria Nguyen Van Luong (Ciudad Ho Chi Minh) no ha recaudado fondos de los padres durante ocho años ni ha solicitado patrocinio, pero sus actividades educativas siguen siendo enriquecedoras y eficaces. Incluso cuenta con un presupuesto excedente para aumentar los ingresos de los docentes. Allí, el primer día de clases para los estudiantes está lleno de alegría, sin preocupaciones económicas.
Esto demuestra una verdad simple: si es transparente y se utiliza para los fines adecuados, el presupuesto estatal puede garantizar plenamente el sistema educativo. Por lo tanto, cobrar de más no solo contraviene la normativa, sino que también constituye una injusticia que pesa enormemente sobre millones de familias, especialmente sobre las familias trabajadoras con bajos recursos, quienes han ahorrado hasta el último centavo para enviar a sus hijos a la escuela.
Las normas son claras. El Ministerio y el Departamento de Educación y Formación han afirmado reiteradamente que todo patrocinio debe ser voluntario, público y transparente; el fondo de los padres solo se destina a las actividades de la Junta de Representantes. Sin embargo, en muchos lugares, lo «voluntario» se convierte en coacción, transformando la alegría de estudiar en una carga de alimentación y vestimenta.
Por lo tanto, el modelo de las “cuatro pros y contras” de la escuela Nguyen Van Luong —no cobrar cuotas a la junta directiva, no recibir patrocinios, no ofrecer tratos especiales a los docentes y no realizar compras— merece ser replicado. Cuando el director se atreva a asumir la responsabilidad de forma abierta y transparente; cuando los padres ya no se vean obligados a contribuir, entonces la escuela será verdaderamente íntegra.
Luchar contra los cobros excesivos no se trata solo de mejorar la gestión financiera, sino también de preservar la cultura de la integridad en la educación. La escuela debe ser un lugar para cultivar el carácter, no un lugar donde se ceda ante las malas prácticas. Porque cada centavo que los padres envían está impregnado de esfuerzo, dedicación y fe en los maestros y en un sistema educativo justo.
Es hora de que el sector educativo y el gobierno aborden con rigor los casos de cobro excesivo y, al mismo tiempo, fomenten y difundan las escuelas que se atreven a rechazar los fondos de los padres. Las lecciones de la escuela Nguyen Van Luong, o de Nguyen Du y Nguyen Huu Tho en Ciudad Ho Chi Minh , demuestran que: con transparencia e integridad, los docentes pueden enseñar con tranquilidad, los alumnos pueden asistir a clase con alegría y los padres pueden tener menos preocupaciones.
La educación debe recuperar su pureza original. Toda acusación ilegal, por pequeña que sea, puede minar la confianza social. Y combatir las acusaciones ilegales, en definitiva, no se trata solo de dinero, sino de preservar la dignidad de los docentes, la tranquilidad de los estudiantes y la humanidad durante cada año escolar.

Tras la pérdida de un teléfono, el profesor pide a toda la clase que escriba el nombre de la "persona sospechosa", lo que enfurece a los padres.

La policía investiga el caso de un estudiante de Hai Phong que sufrió una fractura de nariz.

Formación médica en Vietnam: como ninguna otra
Fuente: https://tienphong.vn/truong-khong-thu-quy-phu-huynh-post1783422.tpo






Kommentar (0)