Soldados ucranianos en Donetsk (Foto: Reuters).
Tras la fallida contraofensiva del año pasado en Ucrania, la administración Biden está implementando una nueva estrategia que resta importancia a las ganancias territoriales y se centra en ayudar a Ucrania a contrarrestar los nuevos avances de Rusia, a la vez que trabaja hacia el objetivo a largo plazo de fortalecer sus fuerzas de combate y su economía ", declaró el Washington Post el 27 de enero.
Según las fuentes, "el nuevo plan estadounidense (para 2024) supone un cambio radical respecto al año pasado, cuando Estados Unidos y sus aliados se apresuraron a entrenar y proporcionar equipo sofisticado a Kiev con la esperanza de poder hacer retroceder rápidamente a las fuerzas rusas".
“Obviamente, es poco probable que intenten hacer el mismo tipo de impulso masivo en todos los frentes que intentaron hacer el año pasado”, dijo un alto funcionario de la administración estadounidense.
“La idea ahora es ayudar a Ucrania a mantener su posición en el campo de batalla”, dijo el funcionario estadounidense, pero “encaminarla hacia una trayectoria diferente para que sea mucho más fuerte para finales de 2024… y encaminarla hacia un camino más sostenible”.
Según el Washington Post , Estados Unidos espera que el plan mencionado pueda implementarse con el apoyo activo de otros países, incluidos el Reino Unido y Francia, a Ucrania.
Estados Unidos y sus aliados occidentales están mostrando señales de estar perdiendo interés en brindar ayuda a Ucrania a medida que se prolonga la guerra de desgaste.
Varios medios de comunicación, citando fuentes anónimas, informaron que la administración Biden está ajustando su estrategia sobre Ucrania debido a la incertidumbre sobre las perspectivas de ayuda a Kiev en el futuro cercano.
El presidente Biden ha hecho del apoyo a Kiev una prioridad, ya que las armas y el apoyo financiero de Estados Unidos han jugado un papel clave en el conflicto de Ucrania con Rusia.
Pero los republicanos de derecha se oponen a esto y se niegan a aprobar nueva ayuda a Ucrania a menos que los demócratas acepten endurecer el proceso de lucha contra la inmigración ilegal en la frontera sur de Estados Unidos.
Según el Instituto Kiel para la Economía Mundial, Estados Unidos ha proporcionado más de 44.000 millones de dólares en ayuda militar a Ucrania desde el estallido de las hostilidades, más que los siguientes cuatro mayores contribuyentes: Alemania, Gran Bretaña, Noruega y Dinamarca, juntos.
Casi el 40% de la ayuda estadounidense a Ucrania no es militar e incluye el gasto en necesidades humanitarias como alojamiento de refugiados y apoyo económico directo para mantener el funcionamiento del gobierno ucraniano.
Con su economía paralizada por la guerra, Ucrania depende de donaciones para mantener servicios básicos como escuelas, hospitales y departamentos de bomberos.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, pidió recientemente a Europa que produzca más armas y advirtió que cualquier alto el fuego beneficiaría a Rusia.
Ucrania lanzó una contraofensiva a principios del verano, pero hasta el momento solo ha logrado avances limitados. Varios altos funcionarios occidentales han reconocido públicamente que la contraofensiva ucraniana no ha tenido el resultado esperado.
El jefe del servicio de inteligencia militar de Ucrania, Kirill Budanov, también admitió que la contraofensiva no sólo "llegó con retraso" sino que también "estaba completamente fuera del plan" de Kiev.
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