La sorpresiva actuación de la Fiscalía guatemalteca respecto a las recientes elecciones ha provocado críticas del ganador y de la comunidad internacional.
La Fiscalía guatemalteca ha negado la victoria de Bernardo Arévalo (centro) en las recientes elecciones. (Fuente: Reuters) |
El 8 de diciembre, los fiscales Rafael Curruchiche y Leonor Morales del Ministerio Público de Guatemala declararon "nulo" los resultados electorales, en los que Bernardo Arévalo fue elegido presidente y Karin Herrera vicepresidenta, debido a "una serie de irregularidades" durante el proceso de conteo de votos.
Inmediatamente, esta declaración fue criticada por el presidente electo Bernardo Arévalo y la comunidad internacional.
En una conferencia de prensa el 8 de diciembre, Arévalo calificó las acusaciones de "infundadas y ridículas" y se comprometió a asumir el cargo el 14 de enero de 2024, según lo previsto. "Este intento de golpe es evidente. Nos sitúa en un momento crucial", afirmó.
La presidenta del Tribunal Supremo Electoral de Guatemala, Blanca Alfaro, también afirmó: “Este resultado es irreversible”.
Mientras tanto, la Secretaría de la Asociación de Estados Americanos (OEA) criticó la actuación del Ministerio Público de Guatemala. El Secretario General de la OEA, Luis Almagro, declaró que la negación de los resultados de las elecciones generales en Guatemala constituye un acto de "socavación democrática" en su peor nivel, en contra de los legítimos deseos del pueblo de este país. La OEA solicitó al gobierno del actual presidente Alejandro Giammattei que tome medidas oportunas para evitarlo.
Previamente, el 28 de agosto, el Tribunal Supremo Electoral de Guatemala anunció oficialmente los resultados de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en el país. En consecuencia, los dos candidatos del Movimiento Semilla, el Sr. Bernardo Arévalo, fueron elegidos presidente y la Sra. Karin Herrera, vicepresidenta, con el 60.91% de los votos válidos.
El Sr. Arévalo es hijo del expresidente Juan José Arévalo Bermejo, quien dirigió Guatemala en la segunda mitad de la década de 1940. Durante la campaña electoral, el político se comprometió a combatir la corrupción, aumentar el gasto público, especialmente en los sectores de salud y educación, y priorizar una agenda de transparencia.
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