Antes, cada vez que mi madre me recordaba que trajera esto o aquello, me enojaba y le respondía: "Ya soy mayor, mamá, no tienes que preocuparte". Pero ahora, cada vez que mi madre me lo recuerda, sonrío para mis adentros, con el corazón rebosante de cariño y felicidad. Porque todavía la tengo a mi lado para consolarme, amarme y recibir sus cuidados; cosas que parecen insignificantes, pero que representan todo el amor que siente por sus hijos.
Para muchos, la felicidad se trata de grandes cosas. Pero yo, una mujer que entra en los cuarenta tras muchos altibajos, he empezado a pensar de otra manera: la felicidad proviene de las cosas sencillas, de las pequeñas cosas de la vida, de recibir amor y cuidar a mis seres queridos. Se trata de los fines de semana en los que puedo ir con mis hijos a casa de mi madre, donde tengo gratos recuerdos de infancia con mis padres, con mi hermana mayor, que siempre estaba dispuesta a darme lo que fuera, y con mi hermano menor, que siempre quería acompañarla al colegio...
Regresar a casa significaba sentarme con mi madre en los viejos y desgastados escalones, manchados de ladrillos rojos amarillentos y cubiertos de musgo. Esos escalones llevaban la huella de nuestros primeros pasos vacilantes, llenos del aliento de nuestros padres. Fue la alegría desbordante y los aplausos interminables cuando la hermana menor, por primera vez, dejó las muletas y caminó por sí sola, incapacitada por la polio que sufrió en su infancia. Mi padre lloró como un niño, su felicidad en ese momento, porque el logro de mi hermana menor se debía a su perseverancia y paciencia. La acompañaba cada día, ofreciéndole ánimo y apoyo para que no se rindiera. También era un pilar de apoyo, un hombro en el que mi madre podía apoyarse, infundiéndole la confianza de que mi hermana menor podía triunfar, especialmente cuando la presenciaba llorando y cayendo, con los pies sangrando...
Era en ese mismo umbral de siempre donde mis hermanas y yo esperábamos sentadas a que nuestros padres volvieran del trabajo, con la esperanza de recibir un regalito del bolsillo desgastado y descolorido de la camisa de nuestro padre. A veces era un dulce caramelo de coco, otras veces un dulce y suave caramelo de leche, y desde ese bolsillo aún podía oler el penetrante olor a sudor después de un día cargando sacos de sal blanca y pura, con el sabor salado del mar, al almacén. En ese mismo umbral de nuestra casa de madera de tres habitaciones con techo de tejas, sentí el amor infinito, el sacrificio silencioso, inmenso y perdurable de nuestros padres por sus hijos pequeños...
Volver a casa con mi madre significaba acompañarla en el huerto a recoger verduras silvestres y cocinar un pequeño plato de sopa con camarones secos. Noté que sus pasos ya no eran tan ágiles, su espalda más encorvada, encorvada en un rincón del jardín. Disfruté cocinando pescado con ella en una vieja olla de barro en la cocina de leña, impregnada del penetrante olor a humo. Me uní a ella para encender el cálido fuego, toda la familia reunida en torno a una comida sencilla, pero rebosante de amor. En esa humilde mesa, mi madre contaba historias del pasado, historias que no eran ni aburridas ni cliché como alguna vez pensé. Para que sus hijos y nietos pudieran recordar sus raíces, recordar a sus abuelos maternos y paternos de los años humildes, cuando sus padres tenían la misma edad que ellos ahora.
¿No es el regreso al hogar amado siempre el viaje más sencillo y, a la vez, más maravilloso para todos? Ya sea "regresar a casa" en el pensamiento o a pie, siempre es una fuente de felicidad. Todas las tormentas de la vida cesan tras la puerta. Es una felicidad que se obtiene de las cosas sencillas y cotidianas. Es comprender por qué, tras cada regreso al abrazo del amor, la madre a menudo recuerda viejos tiempos. Es porque su cabello se ha vuelto gris, las arrugas alrededor de sus ojos se profundizan cada día y ya no tiene mucho tiempo para el futuro.
Pham Thi Yen
Fuente: https://baodongnai.com.vn/van-hoa/chao-nhe-yeu-thuong/202510/ve-nha-hanh-trinh-tuyet-voi-cua-trai-tim-6961c3a/






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