Los cuatro clubes brasileños han llegado a las fases eliminatorias de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA. |
Mientras Europa duerme por la diferencia horaria, en Brasil, la Copa Mundial de Clubes de la FIFA 2025™ se ha convertido en una fiebre nacional. Por las mañanas, en la parada del autobús, en la cafetería o en la oficina, la gente habla sin parar de la victoria del Flamengo sobre el Chelsea o de la conmoción que causó el Botafogo al derrotar al gigante París Saint-Germain.
Un torneo que antes era a menudo pasado por alto es ahora donde cuatro representantes brasileños -Botafogo, Flamengo, Fluminense y Palmeiras- están reescribiendo el mapa del poder del fútbol mundial .
Prioridad absoluta y cálculo preciso
¿Qué está pasando con el fútbol brasileño? ¿Por qué, mientras gigantes europeos como el Porto, el Atlético de Madrid y los dos gigantes argentinos —Boca Juniors y River Plate— han abandonado el fútbol, los equipos brasileños siguen en pie?
Un dato poco conocido: para los clubes brasileños, el Mundial de Clubes es un objetivo que se programa con mucha antelación a la temporada. Según el experto Tim Vickery, equipos como Flamengo y Palmeiras se preparan para este torneo como un atleta olímpico que dedica toda su energía a alcanzar su máximo rendimiento en el momento justo.
Mientras tanto, los equipos europeos llegan al torneo con las piernas cansadas tras una larga temporada. El PSG solo tiene 15 días libres tras la final de la Champions League antes de jugar su primer partido en Estados Unidos. ¿Y los brasileños? Están a mitad de temporada, en plena forma, con mucha energía y, lo más importante, absolutamente concentrados.
El calor de hasta 37 grados centígrados en las sedes de competición ha provocado quejas en muchos equipos. El Chelsea y el Manchester City han tenido que ajustar sus horarios de entrenamiento, y el entrenador Pep Guardiola incluso admitió que los jugadores tienen que "aguantar" si quieren superar las duras condiciones de Orlando.
Pero para los jugadores de países tropicales como Brasil, esto es cosa de todos los días. Vitinho, defensa del Botafogo que jugó en Inglaterra, dijo con franqueza: «Estamos acostumbrados y esperamos que esto sea una ventaja».
De hecho, viendo la forma en la que Flamengo resurgió en la segunda mitad para derrotar al Chelsea por 3-1 o el Botafogo mantuvo una presión constante contra el PSG, se puede ver claramente su superioridad física.
Filipe Luis ha impresionado como entrenador del Flamengo. |
Otro factor menos mencionado, pero importante, es el crecimiento financiero del fútbol brasileño. Los clubes no solo pueden retener talento, sino también fichar a los mejores jugadores que han salido de Europa.
Jorginho dejó el Arsenal por el Flamengo, Danilo y Alex Sandro llegaron de la Juventus, y el Botafogo retuvo a Igor Jesus antes de que este se marchara al Nottingham Forest. Esto ya no es habitual en el fútbol sudamericano, acostumbrado a la imagen de una fuga de talentos hacia Europa.
Además, el sistema de entrenadores también se está internacionalizando. Dos de los cuatro equipos brasileños que participan en el Mundial de Clubes están ahora dirigidos por técnicos portugueses, una tendencia que se ha hecho evidente en los últimos años.
Renato Paiva (Botafogo) y Abel Ferreira (Palmeiras) no solo han aportado filosofías tácticas modernas, sino que también han contribuido a mejorar el profesionalismo del equipo. Incluso el Flamengo, aunque dirigido por el exdefensa Filipe Luis, cuenta con un cuerpo técnico español. El fútbol brasileño se está abriendo a nuevas ideas, algo que antes había sido conservador y rechazado.
Todos los factores mencionados —preparación física, estrategia a largo plazo, ventaja climática, mejoras financieras y mentales— son solo condiciones necesarias. La condición suficiente, y quizás el factor decisivo, es el deseo de reafirmar la identidad.
El fútbol brasileño ya no se queda atrás
El Mundial de Clubes, tradicionalmente considerado un espectáculo secundario para los clubes europeos, es un escenario clave para que el fútbol brasileño afiance su presencia en la carrera por el poder mundial. Tras casi una década eclipsados por los clubes europeos, los clubes sudamericanos, con Brasil a la cabeza, demuestran que ya no se quedan atrás. Presionan arriba, controlan la posesión y, lo más importante: ya no temen perder.
El Botafogo también jugó bien en este torneo. |
Muchos brasileños sueñan con un gran escenario: que la selección nacional, campeona del mundo de clubes, gane el Mundial de 2026. Pero Tim Vickery ofrece una perspectiva realista: el éxito de los clubes no refleja necesariamente la fuerza de la Seleção.
¿La razón? Muchos de los mejores jugadores de los clubes brasileños actuales no son brasileños. Gustavo Gómez (Paraguay - Palmeiras), Jhon Arias (Colombia - Fluminense), Jefferson Savarino (Venezuela - Botafogo)... El fútbol brasileño ahora también "importa" talento de Sudamérica, como hizo Europa con ellos.
Pero es innegable que el éxito de los clubes está dando un gran impulso a la nación. El ambiente festivo se extiende desde los estadios de Estados Unidos hasta las ciudades de Brasil. Y entre tambores y cánticos, el mensaje que el mundo debe escuchar es claro: el fútbol brasileño nunca ha desaparecido, simplemente ha regresado.
Fuente: https://znews.vn/vi-sao-bong-da-brazil-khuynh-dao-tai-club-world-cup-post1564161.html
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