
Le Quang Liem es un ejemplo típico de la inteligencia asiática en el tablero de ajedrez. - Foto: FIDE
Los asiáticos dominan cada vez más el ajedrez
De hecho, a excepción del puesto número 1 de Magnus Carlsen, un genio considerado un genio del ajedrez que surge una vez cada siglo, la mayoría de los 25 jugadores más fuertes del mundo están en manos de asiáticos o personas de origen asiático.
Hay cinco indios, tres chinos, dos uzbekos y un vietnamita. Y si incluimos el término "asiático", la lista se amplía.
Se trata de Anish Giri, el número 5 del mundo, de ascendencia indojaponesa, o del número 2 del mundo, Hikaru Nakamura, un estadounidense de ascendencia japonesa. Sin mencionar a los jugadores de Europa del Este de ascendencia centroasiática en el antiguo bloque soviético.
En el grupo de deportes populares, los occidentales dominan casi por completo, gracias a la tecnología y la ciencia avanzadas, además de las ventajas físicas.
Pero el ajedrez —el deporte intelectual— es una excepción. Y, por supuesto, en el ajedrez chino y el Go, los asiáticos dominan aún más.
En general, los asiáticos son mejores jugadores de ajedrez que los occidentales. Y este es un tema interesante en la ciencia del deporte.
Las investigaciones científicas modernas sugieren que una explicación más plausible reside en la ciencia cognitiva, el entorno cultural y los modelos de entrenamiento mental deportivo, en lugar de en factores genéticos.
Los neurocientíficos afirman que no hay pruebas de que una población determinada posea un gen específico que la haga mejor jugadora de ajedrez.
Sin embargo, una investigación publicada en PLOS ONE (grupo de autores Zhang, 2024) muestra que las diferencias culturales pueden dar forma a las diferencias en la estructura cerebral.

El ajedrecista japonés-estadounidense Nakamura - Foto: FIDE
Este trabajo documenta un vínculo entre el énfasis que las culturas del este de Asia ponen en la memoria y la disciplina y el desarrollo de la corteza prefrontal, un área involucrada en la memoria de trabajo y la capacidad de mantener la concentración.
La conclusión del equipo de investigación no afirma una superioridad innata, pero sí indica que “la experiencia cultural a largo plazo puede afectar la función cognitiva”.
Los pueblos orientales se centran en la educación formal, que implica mucha memorización, meticulosidad y pulcritud.
Estas son habilidades muy importantes en los juegos de ajedrez intelectuales, que requieren paciencia, cálculos a largo plazo y una intensa concentración durante muchas horas.
Cultura propicia para jugar al ajedrez
Otro enfoque proviene de la ciencia del deporte y la psicología profesional. Desde la década de 1980, el profesor Adriaan de Groot (Países Bajos), quien sentó las bases para el estudio del pensamiento de los ajedrecistas, ha señalado que la diferencia entre los grandes maestros no radica en su memoria sobrehumana en general, sino en su capacidad para reconocer patrones.
Los buenos jugadores memorizan las posiciones en “bloques” basados en la experiencia, lo que les ayuda a procesar la información muchas veces más rápido que la persona promedio.
El famoso modelo CHREST desarrollado por el profesor Gerard Gobet (Francia) y sus colegas continúa reforzando esta afirmación.
La exposición temprana de los niños asiáticos al ajedrez, con su alta densidad de repetición, facilita la formación de densas redes de reconocimiento de patrones, un factor que puede considerarse una “especialidad práctica” de la región.
Paralelamente, la educación en Asia Oriental desempeña un papel importante. Un estudio publicado en Frontiers in Psychology en 2025 analizó las diferencias en la enseñanza del ajedrez en Asia y Europa, y descubrió que en muchos países de Asia Oriental el ajedrez está más integrado en las escuelas, con la participación de profesores y padres.
El equipo de investigación descubrió que “los estudiantes de los países del este de Asia tienen niveles significativamente más altos de apoyo social y frecuencia de práctica”, lo que crea un entorno sostenible para el desarrollo del razonamiento y las habilidades tácticas.
Además, los científicos también prestan atención al “efecto imitación”. Un estudio de 2023 realizado por Egor Lappo y Marcus Feldman (Universidad de Stanford) demostró que las estrategias de ajedrez tienden a difundirse en la comunidad a través del modelo “el éxito genera imitación”: los jugadores tienden a aprender de los maestros que son respetados por la sociedad.

Le Quang Liem (izquierda) se enfrenta al chino Dinh Lap Nhan - Archivo fotográfico
En las culturas asiáticas, donde el ajedrez se considera un valor altamente intelectual, esto contribuye a la formación de generaciones sucesorias más densas que en otras regiones.
No se puede ignorar el elemento del entrenamiento deportivo profesional. En China, Japón o India, los jóvenes jugadores se entrenan siguiendo un modelo similar al de los atletas de alto rendimiento.
Numerosos estudios de ciencia deportiva en ajedrez demuestran que factores como la nutrición, la tolerancia al estrés, la calidad del sueño y el entrenamiento de reflejos cognitivos se aplican sistemáticamente.
Cuando la base de entrenamiento es sólida y el número de participantes es elevado, aumenta la probabilidad de crear talentos excepcionales. En consecuencia, la generación de jugadores asiáticos es cada vez más joven y sus logros son cada vez más sobresalientes.
Todo esto lleva a una conclusión importante: los asiáticos no son buenos en ajedrez por sus genes, sino por el entorno cultural adecuado, el sistema de entrenamiento y la ciencia cognitiva.
El ajedrez es un deporte mental que requiere una acumulación a largo plazo, y la sociedad del este de Asia, con su tradición de promover los estudios académicos, la perseverancia, la disciplina y el logro educativo, crea condiciones favorables para que los niños se expongan a él desde temprana edad y lleguen lejos.
Fuente: https://tuoitre.vn/vi-sao-nguoi-chau-a-gioi-choi-co-20251116081650187.htm






Kommentar (0)