Japón decidió abrir sus reservas estratégicas de arroz el 14 de febrero. Esta es la primera vez que Japón distribuye arroz de sus reservas nacionales para bajar los precios en los supermercados y otros minoristas. Detrás de esta intervención sin precedentes se esconde una política de almacenamiento que ya lleva tres décadas en marcha, diseñada para prevenir crisis alimentarias.
Almacenar arroz para hacer frente a la crisis alimentaria
El 14 de febrero, el ministro japonés de Agricultura , Silvicultura y Pesca, Taku Eto, dijo que el gobierno utilizará 210.000 toneladas de arroz de las reservas para garantizar una distribución fluida de este producto básico en medio del aumento de precios.
Según el Ministerio, el arroz que se distribuirá será principalmente de la cosecha del año pasado, mientras que una pequeña cantidad se distribuirá de la cosecha de 2023.
El gobierno japonés también planea vender arroz de sus reservas a cooperativas agrícolas y otros mayoristas, con la condición de que el gobierno pueda recomprar la misma cantidad dentro de un año para evitar una caída de los precios.
En una arrocera de Tokio el 14 de febrero. Foto: Le Figaro |
Detrás de esta intervención sin precedentes se esconde una política de almacenamiento que ya lleva tres décadas en marcha, diseñada para prevenir crisis alimentarias.
Esta política de almacenamiento comenzó en 1993, cuando Japón sufrió un año de graves pérdidas de cosechas, lo que obligó al gobierno a importar masivamente arroz extranjero. Estas importaciones fueron consideradas un shock para los japoneses, que siempre habían estado comprometidos con la calidad del arroz nacional.
Desde entonces, Tokio ha mantenido unas reservas de alrededor de un millón de toneladas, equivalente al 10% del consumo nacional. Hasta ahora, estas reservas sólo se han abierto en caso de desastres naturales o caídas bruscas de la producción agrícola. Pero esta es la primera vez que se movilizan reservas de arroz para hacer frente al aumento de los precios.
El consumo de arroz disminuye pero los precios siguen aumentando
El actual aumento de los precios del arroz se explica por varios factores. Una ola de calor histórica en el verano de 2024 afectó la cosecha de arroz, reduciendo los suministros disponibles.
Esta situación se vio agravada por el aumento del consumo, y especialmente por las compras de pánico, tras las advertencias de un megaterremoto en agosto de 2024. Como resultado, los precios del arroz aumentaron un 64,5% en diciembre de 2024 en comparación con el mismo período del año pasado.
Según una encuesta del gobierno, hace un año un saco de arroz de 5 kilos se vendía a 2.023 yenes (unos 337.000 VND), pero ahora cuesta 3.688 yenes (615.000 VND).
En algún momento se culpó a los turistas que visitaban Japón por este aumento. Pero en realidad su consumo representa sólo el 0,5% del consumo total. Uno de los elementos más preocupantes de la crisis del arroz sigue siendo el papel de los distribuidores. El Ministerio de Agricultura del país sospecha que los mayoristas y los agricultores están acaparando arroz en previsión de nuevos aumentos de precios.
Para estimular la demanda, tranquilizar al mercado y evitar una caída brusca de los precios, el Gobierno ha indicado que recomprará 210.000 toneladas de arroz para compensar la cantidad vendida.
Pero esta decisión marcó un punto de inflexión. Japón, que consume casi el 100% del arroz que produce, ha priorizado desde hace mucho tiempo la protección de sus productores. Desde la década de 1970, sucesivos gobiernos han subvencionado el cierre de ciertos campos de arroz, con el fin de mantener precios altos para los agricultores. Por ejemplo, el 40% de los campos de arroz han desaparecido en los últimos años y los productores han recibido apoyo financiero para detener la producción.
Irónicamente, esta crisis estalló en un contexto de décadas de disminución del consumo de arroz. Mientras que en 1962 el japonés promedio consumía 118 kg de arroz al año, esta cifra había descendido a 51 kg en 2022. Sin embargo, el arroz sigue siendo fundamental para la cultura y la economía japonesas. La producción de arroz sigue protegida por barreras a la importación, lo que mantiene los precios internos mucho más altos que los del arroz tailandés o vietnamita.
La decisión de abrir reservas estratégicas de arroz el 14 de febrero plantea una pregunta: ¿Debería Japón revisar su política agrícola? Algunos expertos dicen que el gobierno japonés necesita controlar la bajada de precios para apoyar la seguridad alimentaria.
NGOC MINH (según La Tribune)
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Fuente: https://baodaknong.vn/vi-sao-nhat-ban-co-luong-gao-du-tru-khong-lo-242968.html
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