El Instituto Americano para la Investigación del Cáncer (AICR) acaba de anunciar cuatro razones de peso para que añadas ajo regularmente a tus comidas diarias, no sólo por su sabor sino también por sus increíbles beneficios para la salud, especialmente su capacidad para reducir el riesgo de cáncer.
1. Reducir el riesgo de cáncer colorrectal:
El informe del AICR, basado en una síntesis de estudios globales, confirma que el consumo regular de ajo puede reducir significativamente el riesgo de cáncer colorrectal.
Estudios de laboratorio han demostrado que los compuestos del ajo pueden reparar el ADN, ralentizar el crecimiento de células cancerosas y reducir la inflamación. Sin embargo, se necesitan más estudios en humanos para confirmar esta evidencia.

Muchos estudios demuestran que el ajo tiene propiedades anticancerígenas (Foto: Istock).
2. Rico en fitoquímicos anticancerígenos:
El ajo es una fuente rica de fitoquímicos o compuestos bioactivos, muchos de los cuales han demostrado tener propiedades anticancerígenas en el laboratorio.
Los compuestos notables incluyen: Flavonoides: bien estudiados por sus propiedades anticancerígenas; Inulina y saponinas; Alicina: se libera cuando se tritura o pica el ajo, creando compuestos de azufre alílico solubles en aceite; S-alil cisteína: un compuesto de azufre soluble en agua, que se encuentra en altas concentraciones en el extracto de ajo añejado.
Además del cáncer colorrectal, el ajo también se está estudiando por su papel en la reducción del riesgo de otros tipos de cáncer, como el de mama, estómago, nasofaringe, hígado, vejiga y páncreas.
3. Especia multiusos
El ajo, una verdura, es un ingrediente esencial en muchas cocinas asiáticas, de Oriente Medio y mediterráneas. Combina fácilmente con otras especias y hierbas para crear ricos sabores en los platos.
Para empezar, use dientes de ajo enteros o en rodajas en sopas y guisos para un sabor suave. El ajo picado en aceite también es una opción práctica. Cuanto más pique o machaque el ajo, más intenso será su sabor.
4. El ajo es parte de una dieta saludable.
El ajo es parte de la familia de la cebolla, junto con las cebollas, cebolletas, chalotes, puerros y cebolletas, cada uno de los cuales contiene combinaciones únicas de fitoquímicos, vitaminas y compuestos que promueven la salud.
Sin embargo, ningún alimento por sí solo puede reducir el riesgo de cáncer. Es importante mantener una dieta equilibrada, priorizando los alimentos vegetales (al menos dos tercios de la dieta) y limitando el consumo de carne.
El Departamento de Nutrición Clínica del Hospital K también destacó que una dieta rica en verduras de hoja verde puede reducir el riesgo de cáncer. Combinar ajo con alimentos vegetales no solo realza el sabor, sino que también estimula las papilas gustativas, lo que ayuda a consumir más verduras.
Notas al utilizar ajo:
Los pacientes con cáncer en tratamiento pueden experimentar molestias debido al fuerte olor a ajo, con efectos secundarios como vómitos, náuseas y alteraciones del gusto. Se debe tener cuidado al preparar alimentos para este grupo.
El ajo debe consumirse fresco. Al prepararlo, tritúrelo, píquelo y déjelo al aire libre durante 10 a 15 minutos antes de usarlo para que las enzimas potencien sus minerales beneficiosos.
El ajo encurtido también aporta muchos beneficios al sistema cardiovascular.

Fuente: https://dantri.com.vn/suc-khoe/vien-ung-thu-my-neu-4-ly-do-toi-duoc-xem-la-la-chan-phong-ngua-ung-thu-20251003182057854.htm
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