El doctor Pham Minh Ngoc, subdirector del Centro de Medicina de Género del Hospital de Infertilidad de Hanoi , dijo que el hospital recibió a una paciente que llegó con el deseo de inyectarse esperma en el útero (IIU - inseminación artificial) con la esperanza de tener un hijo.
Sin embargo, tras examinarla, el médico descubrió que la paciente padecía un trastorno sexual femenino llamado vaginismo. Esta enfermedad afecta gravemente su vida sexual y, cada vez que mantiene relaciones sexuales, su vagina se contrae, lo que afecta directamente sus relaciones sexuales.
Médico examina y consulta a paciente con síndrome de disfunción sexual femenina
El Dr. Ngoc dijo que el vaginismo es una contracción involuntaria de los músculos pélvicos que impide cualquier movimiento hacia la vagina.
La paciente le contó al médico que, aunque llevaba seis años casada con su esposo, nunca habían tenido relaciones sexuales. Cada vez que su esposo le tocaba ligeramente la zona íntima, sus músculos se ponían rígidos, lo que le impedía penetrarla. La paciente había recibido tratamientos en varias zonas y le habían recomendado que se relajara, pero la rigidez y el dolor en la zona vaginal no habían mejorado.
Tras el examen, la paciente recibió un tratamiento combinado de dos métodos: apoyo psicológico y terapia sexual. Hasta el momento, esta joven ha podido mantener relaciones sexuales de forma natural y espera recibir buenas noticias próximamente, comentó el Dr. Ngoc.
Según la Dra. Ngoc, el vaginismo es un trastorno sexual femenino poco común. La causa principal es psicológica, pero también puede deberse a problemas hormonales, traumas o enfermedades. En otros casos, la paciente puede quedar traumatizada por una primera experiencia sexual demasiado violenta, lo que le genera miedo a futuras relaciones sexuales.
Cuando se padece este síndrome, las mujeres no pueden controlar la relajación de los músculos pélvicos, y el reflejo espasmódico aparece involuntariamente. La mayoría de las pacientes con vaginismo temen acudir al médico, pero lo soportan en silencio, lo que agrava la afección y afecta la fertilidad y la vida sexual.
Un tratamiento eficaz requiere una comprensión clara del problema del paciente. En muchos casos, se requiere una combinación de tratamientos como psicoterapia, terapia sexual y medicación.
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