Limitar el consumo de alcohol, evitar la comida rápida, mantener un peso saludable, hacer ejercicio a diario y someterse a pruebas de detección de la hepatitis B y C ayudará a proteger un hígado sano.
El hígado es el órgano más grande del cuerpo, responsable de más de 500 funciones como metabolizar nutrientes, neutralizar y eliminar sustancias nocivas.
Actualmente, algunas enfermedades hepáticas están aumentando en la comunidad, incluyendo la hepatitis viral, la esteatosis hepática alcohólica y la esteatosis hepática no alcohólica. Los síntomas incluyen fatiga, pérdida de apetito, pérdida de peso inexplicable, dolor en el lado derecho del abdomen, orina de color amarillo oscuro, piel y esclerótica amarillas, hemorragias nasales, sangrado de encías e hinchazón de piernas.
Entre los cambios en el estilo de vida que pueden ayudar a mantener el hígado sano sin necesidad de terapias de desintoxicación farmacológica se incluyen:
Limitar el consumo de alcohol
El hígado solo puede procesar una cantidad limitada de cerveza y alcohol a la vez. Si se consume en exceso durante un período prolongado, el hígado tendrá que trabajar más, lo que a la larga puede provocar cirrosis o cáncer. Por lo tanto, limitar el consumo de cerveza y alcohol es la mejor manera de proteger el hígado.
Construye una dieta equilibrada
Consume abundantes frutas y fibra proveniente de verduras, frutos secos, semillas y cereales integrales. Asegúrate de incluir proteínas en tu dieta para obtener las enzimas que ayudan a tu cuerpo a desintoxicarse de forma natural.
Evita la comida rápida.
La comida rápida suele contener mucha grasa y carbohidratos, lo que puede provocar fácilmente sobrepeso, obesidad y enfermedades metabólicas como la diabetes.
Mantén un peso saludable
Bajar de peso, mantener un índice de masa corporal razonable, con una circunferencia de cintura inferior a 90 cm en hombres e inferior a 80 cm en mujeres.
Haga ejercicio todos los días
Haga ejercicio con regularidad, al menos 30 minutos al día, 5 días a la semana. Si padece enfermedades cardiovasculares o respiratorias, siga las indicaciones de un especialista para garantizar su seguridad. Evite el sobreesfuerzo, ya que puede agravar su afección.
Reduzca los factores de riesgo que pueden provocar hepatitis viral.
Vacúnese contra la hepatitis y no tenga relaciones sexuales sin protección con desconocidos. No comparta artículos de higiene personal como cepillos de dientes y rasuradoras. No comparta jeringas. Evite consumir alimentos poco cocidos para prevenir la hepatitis viral transmitida por vía digestiva.
Si padece una enfermedad hepática crónica, hágase revisiones periódicas.
Los pacientes con hepatitis crónica B o C, enfermedad hepática alcohólica y cirrosis deben someterse a revisiones periódicas para la detección del cáncer de hígado. Si el cáncer de hígado se detecta y se trata a tiempo, el pronóstico es favorable.
En particular, el síndrome metabólico está en aumento en los países en desarrollo. Esta es una de las causas de la enfermedad hepática crónica, denominada esteatosis hepática no alcohólica. Esta enfermedad se presenta con frecuencia en personas con diabetes, hipertensión arterial, obesidad, sobrepeso, grasa abdominal, trastornos del metabolismo lipídico y gota.
Por lo tanto, para prevenirlo, es necesario tratar adecuadamente las enfermedades cardiovasculares y diabéticas subyacentes según la prescripción de un especialista.
Además, se debe implementar una dieta adecuada para cada enfermedad (reducir el consumo de alimentos salados en personas con presión arterial alta, limitar los alimentos dulces, hacer varias comidas pequeñas en pacientes diabéticos, limitar el consumo de alimentos ricos en proteínas animales y órganos animales en pacientes con gota).
Implementar un estilo de vida y un régimen de ejercicio razonables, adaptados a cada enfermedad específica, con el objetivo de mantener un peso adecuado y reducir la grasa abdominal.
¿Cuándo debo consultar a un médico?
Se recomienda consultar a un médico si se presentan síntomas de enfermedad hepática o si se sospecha de una infección por hepatitis B o C. La mayoría de las personas no presentan síntomas en las primeras etapas de la enfermedad hepática. Durante los chequeos regulares, los médicos pueden detectar signos tempranos de daño hepático para su prevención y tratamiento.
Especialmente en personas con antecedentes familiares de enfermedad hepática crónica o factores de alto riesgo, abuso de alcohol o exposición a sustancias químicas tóxicas para el hígado, es necesario acudir al médico para recibir asesoramiento y tratamiento oportunos.
Si presenta síntomas como ictericia, ojos amarillos, orina oscura o fatiga, consulte a un médico de inmediato para recibir el tratamiento adecuado. No utilice medicamentos de origen desconocido, como medicina tradicional, medicina oriental, hierbas no autorizadas o alimentos funcionales, sin la supervisión de un médico.
Dr. Nguyen Anh Tuan
Departamento de Tratamiento Hepatobiliar y Pancreático, Hospital Militar Central 108
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