Aunque la muerte súbita ocurre al correr, la probabilidad de que esto ocurra es muy baja, según el sitio web de salud Healthline (EE. UU.).
La edad avanzada y el esfuerzo excesivo aumentan el riesgo de sufrir un paro cardíaco al correr.
FOTO: AI
Los datos del Registro RACER, un sistema estadounidense de seguimiento de paros cardíacos asociados con correr, estiman que la tasa de paros cardíacos es de aproximadamente 0,54 por cada 100.000 personas. Estas estimaciones se basan en carreras de maratón y media maratón.
Durante la actividad física de alta intensidad, el riesgo de un paro cardíaco temporal puede aumentar, especialmente en personas con afecciones médicas preexistentes. Sin embargo, en general, los beneficios de la actividad física de alta intensidad superan con creces este riesgo.
Por eso, los expertos afirman que en lugar de tener miedo a correr o al ejercicio de alta intensidad, es necesario identificar a quienes están en el grupo de alto riesgo y tomar medidas para minimizar el riesgo de paro cardíaco.
Los factores que pueden aumentar el riesgo de paro cardíaco durante el ejercicio de alta intensidad incluyen:
vejez
Las personas de 65 años tienen un mayor riesgo de sufrir un paro cardíaco al participar en carreras de larga distancia, como maratones. Esto refleja que, con la edad, aumenta la probabilidad de padecer enfermedad coronaria subyacente o aterosclerosis.
Enfermedad cardiovascular subyacente
Una de las principales causas de muerte súbita en jóvenes es la miocardiopatía hipertrófica, una afección en la que el músculo cardíaco se vuelve anormalmente grueso y propenso a arritmias. Esta afección se ha identificado como la causa más común de muerte súbita en atletas jóvenes en Estados Unidos. Las malformaciones congénitas de las arterias coronarias son la segunda causa principal, representando aproximadamente el 17% de las muertes súbitas en atletas jóvenes.
Enfermedad de la arteria coronaria, aterosclerosis
En adultos mayores o corredores de larga distancia, la enfermedad coronaria subyacente suele ser la causa del infarto de miocardio durante la carrera.
Aunque en los corredores habituales los lípidos sanguíneos, la presión arterial y la glucemia suelen estar bien controlados, aún pueden existir pequeñas placas ateroscleróticas o calcificaciones arteriales que no se detectan mediante pruebas clínicas.
Sobrecargado
El ejercicio repentino, intenso y prolongado, más allá del umbral de tolerancia normal del cuerpo, puede desencadenar eventos cardiovasculares graves. Este riesgo es especialmente alto si existe una cardiopatía subyacente.
Correr maratones o largas distancias puede aumentar la presión, la deficiencia de oxígeno, el desequilibrio electrolítico, cambios temporales en el electrocardiograma del corazón, causando así arritmia y aumentando el riesgo de paro cardíaco.
Para prevenir un paro cardíaco mientras corren, los corredores necesitan un examen cardiovascular, especialmente aquellos con síntomas sospechosos como mareos, desmayos durante el ejercicio o antecedentes familiares de enfermedad cardíaca.
Además, la intensidad del ejercicio debe ser moderada, aumentando lentamente para que el cuerpo tenga la capacidad suficiente para recuperarse y adaptarse, evitando aumentos repentinos de intensidad. Si experimenta síntomas como dolor en el pecho, dificultad para respirar inusual, nerviosismo, palpitaciones, mareos o desmayos mientras hace ejercicio, debe suspenderlo y acudir a un chequeo médico de inmediato, según Healthline .
Fuente: https://thanhnien.vn/ai-se-de-bi-ngung-tim-khi-chay-bo-185251004124556597.htm
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