Comer tarde por la noche aumenta el riesgo de tener un nivel alto de lípidos en la sangre y esteatosis hepática en personas de mediana edad debido a los siguientes efectos:
Trastornos del ritmo circadiano
El cuerpo humano posee un reloj biológico interno que ayuda a controlar la secreción hormonal, el metabolismo energético y la función hepática. Al comer tarde, especialmente después de las 9 p. m., los procesos digestivos y metabólicos se desajustan del ritmo biológico, que prioriza las actividades diurnas, según el sitio web de salud Medical News Today (Reino Unido).

Comer tarde por la noche puede aumentar el riesgo de padecer enfermedad del hígado graso.
FOTO: IA
Según una investigación publicada en la revista Cell Reports , cenar demasiado tarde altera el ritmo circadiano del hígado, reduce la actividad de las enzimas de oxidación de ácidos grasos y aumenta la expresión de genes relacionados con la síntesis y el almacenamiento de lípidos. Como resultado, el exceso de energía se convierte fácilmente en triglicéridos, lo cual es un factor determinante para el desarrollo de hígado graso y dislipidemia.
Además, algunas evidencias científicas demuestran que las personas que cenan tarde tienen niveles más altos de glucosa e insulina en sangre que quienes cenan temprano, a pesar de consumir la misma cantidad de calorías. Esto prueba que el metabolismo se ralentiza durante la noche.
Cenar tarde afecta a los lípidos sanguíneos
Los hábitos alimenticios nocturnos están relacionados con un aumento de los triglicéridos y del colesterol LDL “malo”, dos de los principales factores de riesgo de enfermedades cardíacas.
La razón es que, por la noche, la actividad de la enzima que descompone los triglicéridos disminuye significativamente. Al mismo tiempo, los niveles de insulina se mantienen elevados si se cena tarde, lo que aumenta la síntesis de triglicéridos en el hígado. Como resultado, los lípidos se acumulan en el hígado y la sangre, elevando el colesterol.
Mayor riesgo de hígado graso
La enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA) está en aumento entre los adultos de mediana edad. La hora de la cena es un factor importante.
Un estudio observacional realizado en Japón, publicado en la revista Nutrients, mostró que las personas que tenían el hábito de cenar dos horas antes de acostarse presentaban un riesgo significativamente mayor de padecer hígado graso que aquellas que cenaban más temprano, concretamente al menos tres horas antes de acostarse.
Impacto en la calidad del sueño
Cenar tarde no solo altera la digestión, sino que también afecta la calidad del sueño y las hormonas. Al cenar tarde, el cuerpo secreta insulina, lo que reduce la producción de melatonina, la hormona que ayuda a dormir profundamente. Esta alteración puede provocar fácilmente dificultades para dormir, e incluso privación crónica del sueño. Según Medical News Today , la privación del sueño combinada con cenas tardías también aumenta la acumulación de grasa visceral, especialmente en personas mayores de 40 años.
Fuente: https://thanhnien.vn/an-toi-muon-co-lam-nguoi-trung-nien-bi-mo-mau-gan-nhiem-mo-185251106134942399.htm






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