Una vacuna de segunda generación contra la Covid-19 desarrollada por científicos de la Universidad de Queensland en Australia, llamada Clamp2, ha comenzado las pruebas en humanos, más de dos años después de que la tecnología original fuera descartada debido a que los pacientes dieron falsos positivos en las pruebas del VIH.
Científicos de la Universidad de Queensland han rediseñado la tecnología de pinza molecular y buscan 70 voluntarios sanos de entre 18 y 50 años para evaluar su eficacia como vacuna contra la COVID-19 frente a la vacuna aprobada de Novavax. De tener éxito, según los investigadores, podría utilizarse para proteger a las personas en futuras pandemias y prevenir virus actuales como el virus respiratorio sincitial (VRS).
El profesor Keith Chappell, líder del proyecto, explicó que el objetivo principal de los científicos no era comercializar otra vacuna contra la COVID-19, ya que las vacunas existentes son muy eficaces y evitan que muchas personas tengan que ser hospitalizadas. Sin embargo, el Sr. Chappell indicó que esta no sería la última vez que el mundo se enfrentara a una pandemia, por lo que su equipo quería garantizar que las dosis estuvieran disponibles lo antes posible y fueran lo suficientemente seguras para proteger a los australianos y a la población mundial. «Si demostramos que esta tecnología es segura y eficaz, podremos acelerar el proceso y hacer llegar las vacunas a quienes las necesitan en caso de emergencia», declaró. El profesor Chappell expresó su confianza en el potencial de Clamp2 y expresó su deseo de que esta tecnología de vacunas protegiera a la población.
La tecnología de pinza original contenía dos fragmentos de proteínas presentes en el VIH, que actuaban como una pinza química, sujetando una versión digital de la proteína de pico presente en la superficie del virus SARS-CoV-2, causante de la COVID-19. Funciona permitiendo que el sistema inmunitario reconozca y ataque la proteína de pico, generando anticuerpos protectores. La proteína de pico del SARS-CoV-2 es inestable. Debe mantenerse en su forma para garantizar que la vacuna genere una respuesta inmunitaria eficaz. Sin embargo, la pinza molecular utilizada en la vacuna original, desarrollada por científicos de la Universidad de Queensland, resultó en falsos positivos en las pruebas de VIH, lo que llevó a su descontinuación.
El profesor Chappell explicó que los fragmentos de proteína del VIH fueron reemplazados por una "pequeña cadena de aminoácidos con propiedades similares" en Clamp2. Ahora los científicos deben empezar desde cero para identificar algo con las propiedades adecuadas para convertirse en una pinza molecular, y deben redefinir por completo la elaboración de esta vacuna, ya que están utilizando un método de purificación específico para purificar la pinza molecular original. El profesor Chappell afirmó que las vacunas que utilizan la tecnología Clamp2 presentarían muchas ventajas sobre la tecnología existente, ya que serían más económicas, podrían llegar a zonas del mundo con recursos limitados y, además, serían lo suficientemente estables como para ser enviadas a todo el mundo sin necesidad de congelarse a temperaturas extremadamente bajas. Pero la mayor ventaja en la preparación para pandemias, afirmó, es que podría ampliarse rápidamente a millones y millones de dosis. La Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI) está aportando hasta 8,5 millones de dólares australianos para apoyar el desarrollo de la tecnología de la vacuna Clamp2.
VNA
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