Reunión del consejo escolar de la Universidad Tecnológica (Universidad Nacional de Ciudad Ho Chi Minh). Esta escuela cuenta con un consejo escolar eficaz. Foto: NHU QUYNH
La Resolución 71 del Politburó identifica al secretario del partido, que también es el director de una institución de educación superior, como un "motor 3 en 1" que converge el poder político, de gobernanza y administrativo.
Este modelo promete abordar la dispersión del poder, agilizar la toma de decisiones y aumentar la rendición de cuentas. Sin embargo, cuanto más fuertes sean los incentivos, mayor será el riesgo de desequilibrio sin una supervisión y una orientación académica adecuadas.
Las lecciones de China demuestran que la concentración de poder crea tanto un motor de desarrollo como un riesgo potencial. En China, el secretario del partido es la figura principal de la universidad, mientras que el rector es solo el subsecretario a cargo del ámbito académico. Todas las decisiones importantes son guiadas y aprobadas por el comité del partido.
El secretario es a la vez responsable de la toma de decisiones y gestor, coordinador y representante político. Gracias a ello, muchas universidades pueden movilizar recursos del estado, las autoridades locales y las empresas, estrechamente vinculados a estrategias nacionales como "Hecho en China 2025" o programas de inteligencia artificial y tecnologías verdes.
Sin embargo, muchas secretarias son criticadas por su falta de formación académica, su inclinación administrativa y su perjuicio a la autonomía y la creatividad universitaria. Esto es a la vez un ejemplo de fortaleza y una advertencia.
En Vietnam, la Resolución 71 define al Secretario del Partido como el máximo responsable de la institución de educación superior. Esta política contribuye a unificar el liderazgo y a superar la situación de "tres cabezas": Comité del Partido, Consejo Escolar y Junta Directiva.
El poder centralizado también reduce el tiempo necesario para tomar decisiones sobre personal, finanzas y estrategia, garantizando la implementación consistente de las directrices políticas. Al mismo tiempo, impone un nuevo requisito: el líder debe cumplir con un doble rasero: valentía política y comprensión de la gestión universitaria moderna.
El modelo del secretario del partido, que también es el jefe, puede compararse con un vehículo equipado con un motor 3 en 1. El secretario es a la vez líder político y administrador-operador, y a la vez la entidad jurídica administrativa de la universidad. Tres poderes convergentes en una sola posición crean un motor muy potente, que ayuda al vehículo a funcionar con rapidez, decisión y sin la dispersión de poder que existía antes.
Pero cuanto más potente sea el motor, más fiables deben ser las señales de frenado y guía. El frenado es el mecanismo de vigilancia, control y transparencia; las señales de guía son la orientación política correcta, vinculada a la autonomía académica y las necesidades sociales. Sin estos dos elementos, el vehículo puede perder fácilmente el control o descarrilarse.
También es necesario tener en cuenta las relaciones con la industria. Anteriormente, las juntas escolares contaban con representantes empresariales, quienes ayudaban a vincular las estrategias de capacitación con las necesidades laborales.
Ahora que este canal ya no existe, es fácil debilitar la conexión entre las escuelas, las empresas y la sociedad. La experiencia de China consiste en establecer consejos consultivos y alianzas de cooperación para compensar. Vietnam necesita mecanismos alternativos: consejos consultivos empresariales, acuerdos de cooperación estratégica e informes de rendición de cuentas al mercado laboral.
Una opción que se ha considerado es que el secretario del partido también actúe como director. Este modelo es extremadamente compacto, evita conflictos de autoridad y agiliza la toma de decisiones. Sin embargo, la concentración absoluta de poder y la sobrecarga de trabajo suponen el riesgo de saturar a los académicos.
Esta opción se puede aplicar a escuelas pequeñas y orientadas a la aplicación, pero en universidades multidisciplinarias, orientadas a la investigación y a nivel nacional, es necesario mantener una separación relativa: el secretario se encarga de la orientación política y estratégica, el director se encarga de lo académico y la administración.
Es necesario promover las ventajas y superar las limitaciones de este modelo estandarizando la capacidad de liderazgo, conectando a las empresas con la sociedad y fomentando un entorno académico creativo. Solo así el "líder" será un verdadero impulsor profesional que impulse la integración y el desarrollo sostenible de las universidades vietnamitas.
Cinco lecciones
De la experiencia de China se extraen cinco lecciones para Vietnam:
1. Deben existir "frenos de seguridad": un comité de inspección fuerte, una auditoría independiente y una supervisión social.
2. Elevar los estándares de liderazgo hacia un doble estándar: capacidad política vinculada a la capacidad académica y administrativa.
3. Promover la conectividad de recursos para reducir la carga presupuestaria.
4. Proteger la autonomía académica.
5. Fortalecer la rendición de cuentas y la transparencia de los datos financieros, de recursos humanos, de investigación y de empleo estudiantil.
Fuente: https://tuoitre.vn/bo-hoi-dong-truong-co-hoi-va-thach-thuc-tu-dong-co-3-trong-1-20250922093404417.htm
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