Un buen padre ayudará a su hijo a llegar lejos en la vida, pero también hay padres que tienen hábitos que no son beneficiosos para el desarrollo del niño.
1. El padre gruñón
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En la vida, muchos padres se encuentran con problemas en el trabajo, y cuando llegan a casa y ven que sus hijos los desobedecen, fácilmente "se vuelven locos".
El mal carácter de un padre no sólo afecta la salud mental y el desarrollo de la personalidad del niño, sino que también destruye fácilmente la armonía y la calidez familiar y hiere los sentimientos entre marido y mujer, padres e hijos. Un padre irascible también destruirá el sentido de seguridad y confianza en sí mismo del niño y lo “infectará” con mal carácter.
Perder los estribos no resolverá el problema, no importa lo grande que sea el problema, tienes que aprender a controlar tus emociones. Tratar bien a los miembros de la familia y ser amable con los demás es siempre el secreto para mantener la felicidad y el éxito de un hombre maduro.
2. El padre es "adicto" a los teléfonos móviles
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Un niño de siete años confesó una vez en directo en la televisión de Pekín: "Papá ama su móvil más que a mí". Porque el niño observó que cada vez que invitaba a su padre a jugar con él, su padre priorizaba primero su teléfono y luego cumplía la promesa que le había hecho a su hijo.
De hecho, es cierto que los padres son más “adictos” al móvil que sus hijos. Las redes sociales han hecho que los adultos estemos absortos en noticias, vídeos entretenidos, olvidándonos incluso de la vida real. Un niño que recibe indiferencia y abandono por parte de su padre puede sentirse desatendido, aislado y no amado porque siempre ve a su padre mirando la pantalla de su teléfono.
Cuando papá está concentrado en su teléfono, también encontrará otra “pantalla” para que su hijo juegue felizmente, sin afectar su “navegación” en las redes sociales. Este es un hábito extremadamente malo. Si este hábito continúa, los niños no participarán en ninguna otra actividad al aire libre, lo que involuntariamente provocará que se vuelvan letárgicos y lentos al interactuar con el mundo que los rodea.
Usar un teléfono no es malo, pero dejar que los niños abusen del teléfono todo el tiempo es un mal método educativo . En lugar de eso, los padres deberían participar en actividades con sus hijos como leer, jugar con Lego, juegos entre padres e hijos, correr y trepar...
3. Al padre le gusta fumar.
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Los efectos nocivos del humo del cigarrillo sobre la salud de las personas que lo rodean, especialmente los niños, son indiscutibles. Si el padre fuma regularmente, el niño es susceptible a sufrir bronquitis y neumonía.
Además, también perjudica la capacidad de aprendizaje de los niños, su capacidad de lectura, de razonamiento y de matemáticas. Los padres que fuman deben encontrar formas de reducir el consumo o fumar en lugares que no afecten a quienes los rodean.
4. El padre bebe alcohol a menudo.
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Además de fumar, los padres también deben evitar emborracharse delante de sus hijos porque eso les dejará una mala impresión desde una edad temprana.
Al mismo tiempo, permitir que los niños vean regularmente a sus padres bebiendo alcohol afectará su psicología y su crecimiento. Esta es también una de las razones por las que los hijos se vuelven tercos y desobedientes con sus padres.
5. Padre patriarcal, controlando todo lo relacionado con su hijo.
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Se trata de padres que presionan demasiado a sus hijos, tanto en los estudios como en otras áreas de la vida. Estos padres nunca están satisfechos con lo que logran sus hijos, siempre comparan a sus hijos con otros niños destacados y presionan a sus hijos para que logren resultados superiores.
"La presión hace diamantes", pero si no se realiza correctamente puede tener consecuencias impredecibles. Los niños corren el riesgo de aburrirse, cansarse y no querer hacer nada. Además, anime a sus hijos a desarrollar sus propias habilidades en lugar de imponerles tareas que superen sus capacidades.
6. El padre rompió su promesa.
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Antes de cumplir 10 años, mi padre era el cielo ante mis ojos. Sin embargo, muchos padres siempre utilizan el tiempo y el trabajo como excusas para romper promesas hechas a sus hijos. Utilizando excusas porque se piensa que el niño aún es pequeño, se inventó una razón superficial.
Un padre deshonesto perderá la confianza en su hijo y provocará inseguridad psicológica. Más que cualquier relación, necesitas cumplir tu palabra con tus hijos, no hacer promesas arbitrarias.
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