En el Proyecto de Informe Político presentado al XIV Congreso Nacional del Partido, el objetivo del desarrollo humano integral y la creación de una fuerza laboral de alta calidad se mantiene como uno de los tres avances estratégicos. Sin embargo, para lograr este objetivo, Vietnam necesita un sistema educativo nacional que se ajuste a la tendencia de apertura, interconexión e integración internacional.
En realidad, tras más de 10 años de implementación de la Resolución 29-NQ/TW sobre la reforma fundamental e integral de la educación y la formación, el sistema educativo nacional de Vietnam aún presenta numerosas deficiencias. La estructura de los niveles educativos y las cualificaciones formativas no está unificada, carece de interconexión, limita la capacidad de las personas para aprender a lo largo de su vida y obstaculiza la construcción de una sociedad del aprendizaje.
Desde una perspectiva profesional, creo que este es el momento de reestructurar con audacia el sistema educativo nacional, no sólo para adaptarlo a las condiciones nacionales sino también para alinearlo con los estándares internacionales, apuntando a un enfoque centrado en el ser humano para el desarrollo sostenible.

Ceremonia de apertura del nuevo año escolar en la escuela secundaria Tran Phu, ciudad de Ho Chi Minh (Foto: Khoa Nguyen).
El sistema actual es cerrado y carece de interconexión.
La estructura actual del sistema educativo vietnamita está regulada por tres leyes: la Ley de Educación, la Ley de Formación Profesional y la Ley de Educación Superior. Sin embargo, aún existen divisiones y solapamientos entre estos tres componentes.
Todo el sistema carece de la coherencia necesaria para constituir un sistema educativo abierto, ya que el sector de la Educación y Formación Profesional (EFP) está separado. Al no ser un nivel educativo diferenciado, no puede considerarse superior a la educación secundaria ni inferior a la educación superior. Incluso dentro de este sector, no existe una verdadera articulación entre los niveles elemental, intermedio y avanzado. La Ley de EFP estipula que, para acceder a la universidad, los candidatos deben poseer simultáneamente un diploma de nivel intermedio y un diploma de bachillerato.
La transición de la universidad a la escuela superior es aún más desafiante debido a las diferencias en los estándares educativos y la estructura del plan de estudios, regulados por dos agencias gubernamentales diferentes.
Según la Clasificación Internacional de Educación de la UNESCO (CINE 2011), los niveles primario y secundario actuales no corresponden a ningún nivel de la CINE 2011.
Por ejemplo, en el nivel intermedio, dependiendo de la formación inicial del alumno, si se ha graduado de secundaria inferior, solo alcanzará el nivel 2/3 de la CINE (debido al corto tiempo de formación), mientras que si se ha graduado de secundaria superior, habrá alcanzado el nivel 4 de la CINE. Sin embargo, según la Ley de Formación Profesional, ambos grupos de alumnos se consideran con el mismo nivel de cualificación.
Además, la CINE 2011 estipula que las cualificaciones de nivel universitario deben pertenecer a la educación superior, mientras que según la Ley de Educación Profesional, las cualificaciones de nivel universitario no se consideran parte de la educación superior.
Con base en la realidad descrita anteriormente, la segregación de estudiantes después del primer ciclo de la escuela secundaria es un callejón sin salida porque los estudiantes no tienen dirección para su educación superior.
La mayoría de los estudiantes se esfuerzan por ingresar a la escuela secundaria para poder presentarse al examen de admisión a la universidad, o al menos a la universidad. Si no logran ingresar a la escuela secundaria, sus oportunidades de continuar su educación son limitadas, lo cual contradice el espíritu de "aprendizaje permanente" que se describe en la Resolución 29.
Hacia un sistema educativo abierto, flexible e inclusivo.
Para superar las deficiencias mencionadas, es necesario establecer un sistema educativo nacional abierto, interconectado y unificado, que abarque niveles de educación y formación organizados de manera lógica y de acuerdo con las prácticas internacionales.
El principio fundamental de este sistema es la segmentación, pero no el cierre: los estudiantes, independientemente de su orientación académica o profesional, tienen la oportunidad de continuar su educación a un nivel superior si son capaces. Todas las trayectorias de aprendizaje conducen a la igualdad de oportunidades de desarrollo.
En concreto, después de la educación secundaria inferior, los estudiantes pueden elegir entre dos caminos: la educación secundaria superior o la educación secundaria profesional.
El programa de bachillerato proporciona principalmente una fuente de reclutamiento para colegios y universidades. El programa de bachillerato técnico proporciona principalmente la fuerza laboral para el mercado laboral, y una proporción significativa también sirve como fuente de reclutamiento para colegios prácticos y, posteriormente, universidades aplicadas. Inicialmente, se proyecta que el programa de bachillerato represente no más del 50%, y el programa de bachillerato técnico represente más del 30% del total de estudiantes que se gradúen de la educación secundaria básica.
De manera similar, después de la escuela secundaria, los estudiantes tienen dos caminos: universidades de investigación/académicas (4 a 6 años) y universidades aplicadas/prácticas/profesionales, incluyendo colegios vocacionales (3 años) y universidades aplicadas (4 años).
Mientras tanto, el tiempo de transición para los estudiantes de la escuela secundaria profesional a la universidad práctica es de tan solo dos años, y de la universidad práctica a la universidad aplicada también es de dos años. Esta es una solución muy común en muchos países para animar a los estudiantes, después de la secundaria básica, a cursar voluntariamente la escuela secundaria profesional. En algunos países, la proporción de estudiantes por escuela secundaria profesional puede llegar a 30:70.
Este sistema contribuirá a diversificar la fuerza laboral y a satisfacer las demandas de la economía digital, donde las habilidades prácticas y creativas son igualmente importantes. Más importante aún, garantiza oportunidades de aprendizaje permanente, un principio fundamental de todos los sistemas educativos avanzados.
La experiencia internacional demuestra que los países desarrollados diseñan sistemas educativos abiertos con múltiples puntos de entrada y salida. Los estudiantes pueden regresar a la escuela para continuar sus estudios en cualquier momento, acumular créditos y cambiar de carrera fácilmente. Vietnam necesita aprender de este espíritu, no solo copiar el modelo, sino desarrollar un enfoque de pensamiento sistémico flexible y relevante para sus propias realidades.

Es necesario establecer un sistema educativo nacional abierto, interconectado y unificado, en línea con las prácticas internacionales (Foto: Do Minh Quan).
Propuestas para mejorar las políticas educativas y unificar la gestión educativa.
Para hacer realidad la dirección trazada en el Proyecto de Documento del XIV Congreso Nacional, quisiera proponer las siguientes soluciones claves:
En primer lugar, es necesario unificar la gestión de la educación nacional. Separar la formación profesional del sistema general ha provocado fragmentación y reducido la eficacia de la estrategia nacional de recursos humanos. Todos los niveles, desde preescolar hasta posgrado, deberían ser gestionados de forma uniforme por un único organismo, el Ministerio de Educación y Formación, para garantizar la coherencia de las políticas, los resultados del aprendizaje y la estratificación de la calidad.
En segundo lugar, es necesario implementar un mecanismo de gestión descentralizada de la educación y la formación para las localidades y las instituciones educativas (en cuanto a profesiones, contenidos curriculares, red de instituciones educativas, etc.), siguiendo de cerca la reestructuración económica y la estrategia de desarrollo socioeconómico de cada región, así como a nivel nacional.
En tercer lugar, es necesario rediseñar el marco estructural del sistema educativo nacional para alinearlo con los estándares CINE 2011, garantizando la compatibilidad y el reconocimiento mutuo a nivel regional e internacional. Esto conducirá a un reconocimiento más transparente y efectivo de diplomas, créditos y la transferencia de cualificaciones entre niveles.
En cuarto lugar, es necesario reorganizar el sistema de escuelas secundarias, escuelas secundarias vocacionales, centros de formación vocacional e instituciones de formación vocacional a nivel local para formar dos tipos básicos de escuelas: escuelas secundarias y escuelas secundarias vocacionales/técnicas.
En quinto lugar, es necesario impulsar firmemente la formación profesional mediante políticas preferenciales en materia de matrícula, becas y oportunidades laborales. La sociedad debe comprender que la formación profesional no es menos valiosa que la educación universitaria. Para lograrlo, es necesario crear las condiciones necesarias para que los estudiantes puedan continuar su formación a un nivel superior, convirtiéndose en técnicos, ingenieros aplicados o expertos en tecnología.
Finalmente, es necesario promover la autonomía académica, financiera y organizativa de las instituciones de educación superior, junto con una rendición de cuentas transparente. Solo cuando las universidades sean verdaderamente autónomas, la educación será innovadora y responderá a las necesidades de la sociedad.
Un sistema educativo nacional abierto, interconectado, integrado internacionalmente y centrado en las personas no es sólo un requisito del sector educativo, sino también un prerrequisito para que Vietnam logre sus aspiraciones de desarrollo para 2045.
Si no cambiamos pronto la organización del sistema, seguiremos presenciando un desequilibrio en los recursos humanos, una desconexión entre la formación y el empleo, y un rezago en la competencia global. Por el contrario, si diseñamos una estructura racional donde todos los ciudadanos tengan la oportunidad de aprender a lo largo de la vida, esa será la reforma más fundamental, sostenible y humana para el sistema educativo de Vietnam.
En última instancia, la reforma educativa no consiste únicamente en reformar los planes de estudio o los métodos de enseñanza, sino, ante todo, en reformar la mentalidad respecto del sistema de aprendizaje y el camino del pueblo vietnamita en el siglo XXI.
Dr. Le Viet Khuyen – Exdirector Adjunto del Departamento de Educación Superior, Ministerio de Educación y Formación
Fuente: https://dantri.com.vn/giao-duc/can-to-chuc-lai-khung-co-cau-he-thong-giao-duc-quoc-dan-trong-giai-doan-moi-20251030192059077.htm






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