Ganar es ganar
La victoria de Qatar por 3-1 sobre Jordania en la final de la Copa Asiática de 2023 se ha convertido en un tema de discusión por muchas razones.
Las delicadas decisiones del árbitro Ma Ning y del VAR, los tres penaltis señalados en la final (a un solo equipo), que son poco frecuentes, y el juego poco convincente de Catar. Salvo los tres goles de penalti, Catar no jugó mejor que Jordania. Los anfitriones incluso estuvieron bajo presión.
Qatar gana la Copa Asiática 2023
Sin embargo, en medio de los emotivos debates de la afición, analicemos los tres penaltis que Qatar marcó contra Jordania. Las dos primeras situaciones fueron giros diagonales desde la frontal del área hacia el centro para atrapar al rival, mientras que en la fase final, Akram Afif se abalanzó sobre el portero jordano para provocar un penalti, justo cuando los defensas jordanos aún dudaban, pensando que el número 11 de Qatar estaba en fuera de juego.
Catar intentó deliberadamente conseguir penaltis siempre que fue posible, y solo se puede decir que el equipo local fue más astuto que Jordania en algunos momentos. No es raro en el fútbol atrapar a los rivales en el área para conseguir un penalti desde 11 metros. En el partido contra Australia, Son Heung-min también provocó un penalti para Corea en el minuto 90+5, tras admitir haber provocado intencionadamente la falta del rival.
El problema de Catar es precisamente ese... hubo demasiadas situaciones de penaltis como esa, lo que hizo que la final no fuera la actuación futbolística que toda Asia esperaba. Jordania fue demasiado ingenua, y Catar no necesitaba lucirse, con tal de ganar. La sofisticación del equipo se refinó tanto con el éxito (ganar la Copa Asiática de 2019) como con el humillante fracaso de perder toda la fase de grupos del Mundial de 2022. Un fracaso del que muchos se burlaron: Catar gastó una fortuna en organizar el Mundial solo para tener una lección que solo duró tres partidos.
En general, el título de la Copa Asiática de 2023 para Catar no es tan convincente como el de 2019. Hace cinco años, Akram Afif y sus compañeros se coronaron campeones con un récord sin precedentes: un total de victorias. Catar derrotó a muchos equipos fuertes, como Arabia Saudí (2-0), Irak (2-0), Corea del Sur (1-0) y Emiratos Árabes Unidos (4-0), antes de derrotar a Japón (3-1) para alzarse con el campeonato. Incluso en la final, el entrenador Félix Sánchez y su equipo solo encajaron un gol por primera vez.
Qatar es más astuto y tramposo que Jordania.
En la Copa Asiática de 2023, Catar ganó partidos controvertidos contra Tayikistán (1-0) y Jordania (3-1), y tuvo dificultades para superar a equipos de igual calibre como Uzbekistán o Irán, todo gracias a jugadas individuales o errores de sus rivales. Pero así es el fútbol. El resultado es lo más importante y puede eclipsar dudas (sin fundamento), controversias e incluso arrepentimientos.
¿Llegando a la cima de Asia? ¡Todavía no!
Ganar la Copa Asiática de 2023 ayudó a Qatar a convertirse en el quinto equipo en defender con éxito el título de número 1 de Asia. Pero, ¿este logro ayudará al equipo del entrenador Tintín Márquez a estar a la par de equipos como Japón, Corea del Sur, Arabia Saudita, Irán y Australia?
Por supuesto que no. Porque la Copa Asiática no es el único indicador. La frecuencia de participación en el Mundial (y la huella que se deja en este escenario), la cantidad de superestrellas, la calidad del campeonato nacional, el nivel del club, la cultura futbolística... son los factores que se combinan para crear una potencia futbolística, en lugar de unos pocos títulos.
Antes de albergar el Mundial de 2022, Catar ni siquiera se había clasificado para el Mundial. El representante de Asia Occidental había llegado a la ronda clasificatoria final en varias ocasiones, pero generalmente terminaba entre los dos últimos puestos. En los torneos juveniles, los logros futbolísticos de Catar fueron relativamente pobres: nunca había ganado el campeonato continental sub-23 ni se había clasificado para los Juegos Olímpicos.
El equipo de Qatar necesita más logros para alcanzar al líder del grupo.
A nivel de clubes, representantes cataríes como Al-Sadd, Al Duhail, Qatar FC, Al-Rayyan... son difíciles de igualar en potencia a Japón y Corea del Sur. En cuanto al número de jugadores que juegan en Europa, Japón, Australia, Corea del Sur e Irán tienen al menos diez caras. En cuanto a Catar, todos los jugadores que participan en la Copa Asiática 2023... juegan a nivel nacional.
El éxito de Catar en los últimos cinco años se debe a dos factores. En primer lugar, los talentosos jugadores formados en la Academia Aspire, en particular Akram Afif y Almoez Ali, han tenido un buen desarrollo y se han convertido en pilares del equipo. En la Copa Asiática de 2019, Ali fue el máximo goleador y Afif, el rey de las asistencias. Y en el torneo de este año, Afif se alzó con el título de máximo goleador con 8 goles y el de mejor jugador del torneo.
Centrarse en la formación de jóvenes y el desarrollo de talentos en ciernes es una estrategia inteligente que Qatar ha seguido durante los últimos 15 años. Además, Qatar también ha desarrollado considerablemente su infraestructura futbolística, no solo para la Copa Mundial, sino también para sentar las bases del futuro.
Con una población de tan solo 2,7 millones de personas y sin tradición deportiva , es difícil creer que Catar pueda alcanzar la paridad con potencias asiáticas que llevan 20 o 30 años de ventaja, como Japón y Corea del Sur. Tras la talentosa generación de Afif y Ali, ¿tendrá el fútbol catarí otra generación de jugadores que los reemplace o se desvanecerá? Esa es una historia del futuro.
Para ascender a la categoría de gigantes asiáticos, Catar debe mantener su presencia en el Mundial, alcanzar más logros en torneos juveniles (como la próxima final de la Copa Asiática Sub-23) y quizás necesitar que más estrellas de renombre internacional se lancen al extranjero. Para despegar, la selección catarí necesita algo más que una pista de aterrizaje como la Copa Asiática.
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