
Los humanos están enseñando inconscientemente a la IA cómo ver, comprender y reaccionar al mundo que los rodea.
Desde el momento en que enciendes tu teléfono por la mañana hasta que lo dejas tarde por la noche, ¿qué estás haciendo?
Abrir correos electrónicos, limpiar spam, actualizar software, habilitar la autenticación de dos factores, eliminar notificaciones de aplicaciones... Cada una de estas acciones sirve al sistema: lo ayuda a limpiar datos, aprender más sobre el comportamiento del usuario, optimizar funciones y, en última instancia, generar ingresos para sí mismo.
Crees que controlas el dispositivo. Pero pregúntate: ¿podría ser que el dispositivo controle tus hábitos y acciones?
Trabajador de datos: un trabajo sin sueldo.
Estamos acostumbrados a pensar en el "trabajo" como el trabajo en una oficina o una fábrica. Pero en la era digital, existe un tipo de trabajo silencioso: el trabajo de datos.
Al introducir un código CAPTCHA, ayudas al sistema de IA a aprender a reconocer imágenes. Al responder una encuesta para personalizar tu experiencia, le enseñas al chatbot a comprender el lenguaje humano. Al etiquetar a amigos en fotos, escribir subtítulos o editar vídeos , entrenas el modelo de IA, desde los algoritmos publicitarios hasta las recomendaciones de contenido.
Lo importante es que no te pagan por estas horas de trabajo. Al contrario, las plataformas venden los datos que generas a terceros con fines de lucro.
La tecnología aprende de ti, te vende y luego se da la vuelta y te controla.
Cada clic que haces cuenta; nada se desperdicia. Cuando ves un video en YouTube, el sistema aprende gradualmente más sobre tus emociones y preferencias. Cada tecla que pulsas ayuda al teclado "inteligente" a aprender y mejorar sus habilidades lingüísticas, lo que le permite predecir y sugerir con mayor precisión.
El único error que reportas es que ayuda a la IA a aprender y corregirse a sí misma sin necesidad de contratar ingenieros de pruebas adicionales. Es un ciclo perfecto: los usuarios generan datos, la tecnología aprende de ellos, optimiza la experiencia del usuario y luego repite el proceso.
A primera vista, todo parece ser para tu beneficio. Pero a medida que el sistema aprende lo suficiente, el proceso de optimización cambia gradualmente a un estado diferente: no solo satisface las necesidades, sino que también comienza a moldear el comportamiento del usuario. Lo que consideras "conveniencia", como las sugerencias de video, las actualizaciones de software y la autenticación de dos factores, en realidad te entrena para repetir reflejos.
¿Te has preguntado alguna vez por qué tengo que usar la autenticación de dos factores cada vez que inicio sesión? ¿Por qué el software solicita actualizaciones constantemente? ¿Y por qué tengo que eliminar un montón de notificaciones a diario?
Estas cosas no se basan simplemente en la "seguridad" o en "optimizar la experiencia del usuario", como suelen explicarse. Se trata de cómo la tecnología automatiza sutilmente el comportamiento humano, volviéndolo gradualmente dependiente de la enorme máquina de datos que opera tras la pantalla digital.
Como lo expresó la investigadora Shoshana Zuboff: "Si no eres el cliente que paga, lo más probable es que seas el producto".
¿Cómo puedo evitar que se aprovechen de mí?
Escapar del torbellino tecnológico no es fácil, pero tampoco imposible. Primero, analicemos tu verdadero rol: no eres solo un usuario, sino un eslabón en la cadena de valor de la tecnología. Lo primero que debemos preguntarnos es: ¿para qué me utiliza el sistema?
A continuación, restablezca su relación con la tecnología: desactive la reproducción automática, desactive las recomendaciones personalizadas, elimine los permisos innecesarios, priorice el software de código abierto e instale herramientas para bloquear el seguimiento y la publicidad conductual.
Finalmente, aprende a responder con pensamiento crítico. Cada vez que una plataforma sugiera algo, detente unos segundos y pregúntate: "¿De verdad me está ayudando o está aprendiendo de mí?".
Si te encuentras limpiando notificaciones, verificando, actualizando y editando todos los días como un hábito subconsciente, tal vez tus roles se estén invirtiendo.
La tecnología se creó para servir a la humanidad. Pero cuando aprende silenciosamente de ti y se beneficia de ti sin tu conocimiento, ¿sigues siendo un usuario o te has convertido en un empleado no remunerado del sistema digital?
¿Quién tiene realmente el control?
Crees que estás usando la tecnología. Pero en realidad, la tecnología te usa a ti para aprender, operar y generar ganancias. En la era de los datos, el control no reside en lo bien que uses la tecnología, sino en saber cuándo parar, ser selectivo y cuestionar.
Fuente: https://tuoitre.vn/cong-nghe-dang-am-tham-thue-ban-moi-ngay-ma-khong-tra-dong-nao-20250620100746538.htm






Kommentar (0)