Esta joven se llama Wei Zhen Fang, nació en la aldea de Thuong Lam, distrito de Lam Thuat, ciudad de Lam Nghi, provincia de Shandong (China), en una familia de agricultores.
Un día de diciembre de 1977, Wei Zhenfang (de 21 años) fue a trabajar al campo como de costumbre. Tras cavar un poco, la joven encontró un objeto del tamaño de un huevo con una luz amarilla pálida. Wei no sabía qué era, así que lo llevó a casa y se lo mostró a su padre.
Wei Zhen Fang encontró una piedra extraña mientras cavaba en la tierra.
Inmediatamente después de ver la extraña piedra que su hija trajo a casa, el señor Wei se preocupó porque podría ser un valioso tesoro y su familia se convertiría en el blanco de malhechores.
De alguna manera, la noticia de que Wei Zhenfang había encontrado la extraña piedra se extendió rápidamente. Muchos líderes locales acudieron a la casa de la joven para persuadirla a ella y a su familia de que entregaran la piedra al gobierno, ya que podría tener valor para la investigación.
El padre de Wei Zhenfang se negó inicialmente a entregar la piedra, creyendo que despertaría segundas intenciones. Incluso afirmó que el objeto que su hija había recogido al cavar era simplemente una piedra común con un color ligeramente diferente.
Sin embargo, la Sra. Nguy más tarde convenció a su padre de que entregara la piedra a las autoridades, porque temía que cayera en malas manos y la familia no pudiera vivir en paz.
¿Qué es realmente esa extraña piedra?
Inicialmente, los expertos especularon que la piedra que recogió Wei Zhenfang podría ser un diamante.
Tras examinarla y realizarle algunas pruebas, los expertos descubrieron que la piedra que la Sra. Wei había recogido era un diamante. Con una masa de 158,7869 quilates, este diamante fue valorado por los expertos en hasta 1.000 millones de NDT (equivalente a unos 3.300 billones de VND). Un precio astronómico para la época. Incluso Wei Zhenfang y su familia se sorprendieron mucho al conocer la noticia. La piedra, que en un principio parecía común y corriente, resultó valer una fortuna.
Debido a que este diamante fue encontrado en la aldea de Thuong Lam, distrito de Lam Thuat, los expertos lo llamaron "Diamante Thuong Lam".
La piedra brillante que encontró Wei Zhenfang era de color amarillo pálido.
Este es el diamante natural más grande encontrado en China. Este tesoro es tan transparente como el agua. En su momento, se le consideró el diamante más raro del mundo y fue declarado tesoro nacional.
La donación voluntaria de Wei Zhenfang de un diamante valorado en 3.300 billones de VND la hizo famosa en toda la provincia de Shandong y causó revuelo en todo el país. Muchos incluso la apodaron "la chica del diamante".
En aquel momento, para reconocer los logros de Wei Zhenfang, los líderes provinciales de Shandong le preguntaron qué recompensa deseaba.
Tras dudarlo un poco, Wei Zhen Fang sugirió que le gustaría solicitar un tractor, ya que su equipo de producción en la aldea estaba trabajando muy duro. Un tractor facilitaría mucho sus labores agrícolas.
Nadie esperaba que, incluso al preguntarle sobre su deseo de recibir una recompensa, siempre pensara en el bien común antes que en sus propios intereses. Todos los presentes admiraban a la joven.
Al día siguiente, se entregó un tractor nuevo al equipo de producción de Wei Zhenfang en la aldea de Changlin, y a ella se le dieron personalmente 1.000 yuanes.
Gracias a su fama por encontrar diamantes preciosos y devolverlos al gobierno, Wei Zhenfang consiguió un trabajo en una mina de carbón. Gracias a ello, la vida y la situación económica de su familia también mejoraron.
Wei Zhenfang se tomó una foto de recuerdo con el diamante que encontró por casualidad.
Sin remordimientos tras devolver el tesoro
Tras casarse, la vida de Wei Zhenfang cambió drásticamente. En la década de 1980, su esposo (también minero) enfermó gravemente de repente, lo que sumió a su familia en numerosas dificultades. Para costear el tratamiento médico de su esposo, tuvieron que vender muchos bienes. Sin embargo, en lugar de quejarse o denunciar la difícil situación familiar a las autoridades, Wei optó por sobrellevar la carga financiera en silencio.
Muchos creen que ha hecho grandes contribuciones al hallazgo de tesoros nacionales, por lo que merece recibir la ayuda que le corresponde. Sin embargo, la Sra. Wei siempre ha creído que hay muchas personas en la sociedad que han sufrido más que ella, por lo que no puede exigir beneficios solo por haber hecho una pequeña contribución al país.
Aun en su avanzada edad, la Sra. Wei Zhen Fang no se arrepiente de haber devuelto al Estado diamantes por valor de miles de millones. Para ella, la salud y la paz de su familia son lo más preciado.
Muchos años después, el esposo de Wei Zhenfang seguía enfermo. A finales de la década de 1990, alguien se enteró de su situación y solicitó a las autoridades locales que clasificaran a su familia como un hogar pobre necesitado de ayuda. Desde entonces, el esposo de Wei se curó y se recuperó gradualmente, y las dificultades de su familia también disminuyeron.
Con el paso de los años, la memoria de su marido comenzó a deteriorarse debido a las secuelas de una grave enfermedad que padeció de joven, pero la señora Nguy siempre estuvo ahí para hablar con él y que no olvidara todas las viejas historias familiares.
Aunque la vida de Wei Zhen Fang fue muy difícil, al envejecer, muchos le preguntaron si se arrepentía de haber devuelto el diamante de 3.300 billones de VND al Estado, a lo que ella siempre respondió que no. Según la Sra. Wei, devolver ese tesoro era algo necesario por el bien de la nación. Para ella, la salud y la paz familiar eran lo más preciado, incluso más que el tiempo que dedicó a recoger el diamante valorado en miles de millones de VND.
(Fuente: Mujeres vietnamitas)
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