
La educación moderna debe orientarse hacia el desarrollo de competencias, es decir, capacitar a los alumnos para pensar de forma independiente, creativa y colaborativa, comunicarse y aprender a lo largo de su vida.
Lo que parecía una vieja historia de repente se volvió fascinante con nuevas preguntas: ¿Es la tutoría una solución temporal o una consecuencia? ¿Debería prohibirse o legalizarse? Y en la era de la inteligencia artificial, ¿necesitamos cambiar nuestra perspectiva sobre la educación?
Este no es sólo un debate sobre políticas de gobierno, sino una oportunidad única para que toda la sociedad reflexione profundamente sobre la filosofía de la educación vietnamita, algo que dará forma al futuro del pueblo vietnamita en un mundo que cambia a un ritmo vertiginoso.
Esto es especialmente destacable en el contexto en que el Gobierno y las agencias se preparan para presentar una nueva Resolución del Politburó sobre avances en el desarrollo de la educación y la formación. Siguiendo las instrucciones del Secretario General To Lam, esta Resolución no sustituye las resoluciones existentes, sino que selecciona los temas más cruciales y los principales obstáculos en los que centrarse, con el objetivo de generar cambios claros y concretos en el ámbito de la educación y la formación.
Tutorías extraescolares y clases complementarias: Razones y paradojas
Es innegable que las tutorías y las clases extracurriculares existen porque satisfacen una necesidad real. Desde la perspectiva de estudiantes y padres, la presión de los exámenes, el miedo al retraso y la expectativa de que "sus hijos deben destacar" los han llevado a buscar todas las maneras posibles de complementar sus conocimientos fuera del horario escolar. Desde la perspectiva de los docentes, los bajos ingresos obligan a muchos a recurrir a las tutorías como un sustento económico.
Sin embargo, la paradoja reside en que, a mayor tutoría adicional, mayor descuido en la calidad de las clases regulares; a mayor tutoría adicional, menor tiempo tienen para el autoaprendizaje, la creatividad y el desarrollo de habilidades esenciales para la vida. En muchos casos, la tutoría adicional se ha convertido en una segunda educación, que funciona en paralelo, a veces incluso con mayor eficacia que las clases regulares. Esto no solo erosiona la confianza en el sistema educativo público, sino que también genera consecuencias a largo plazo en el desarrollo de la personalidad de los estudiantes.
Educación 4.0: De la transmisión de conocimientos al desarrollo de competencias
Detrás del fenómeno de las tutorías adicionales se esconde un concepto educativo obsoleto: la noción de que la educación es el proceso de transmitir conocimientos del profesor al alumno. Pero en una era donde todo el conocimiento se puede encontrar en internet o mediante asistentes de inteligencia artificial con un solo clic, «transmitir conocimientos» ya no es el valor fundamental de la educación.
La educación moderna debe orientarse hacia el desarrollo de competencias, es decir, capacitar a los estudiantes para pensar de forma independiente, creativa, colaborar, comunicarse y aprender a lo largo de su vida . Estas competencias, en las que las máquinas no pueden reemplazar a los humanos, son la base para que los estudiantes se adapten a un mundo en constante cambio.
Cabe destacar que el ministro Nguyen Kim Son no promovió las tutorías adicionales; al contrario, las consideró una manifestación de las deficiencias del sistema educativo actual, desde la calidad de las clases regulares y los salarios de los docentes hasta la presión de los exámenes. Además, reconoció que el fenómeno de las tutorías adicionales refleja en parte un concepto educativo tradicional, donde "proporcionar conocimientos adicionales" se considera una solución para mejorar los resultados académicos. Mientras tanto, la filosofía educativa moderna no enfatiza el aprendizaje adicional, sino el aprendizaje correcto, según las necesidades y capacidades individuales. Si las tutorías adicionales se limitan a la memorización de conocimientos, la preparación de exámenes y la resolución de problemas prácticos, constituyen una inversión inútil, no solo en términos de tiempo, sino también en términos del desarrollo integral de las personas en un mundo que tiende hacia la creatividad y el aprendizaje permanente.
La IA y la revolución del aprendizaje personalizado.
En la era de la Cuarta Revolución Industrial, la inteligencia artificial está creando posibilidades sin precedentes en el ámbito educativo. La IA puede monitorear el progreso de aprendizaje de cada estudiante, analizar sus fortalezas y debilidades, ajustar su ritmo de aprendizaje, asignar tareas adecuadas e incluso predecir el riesgo de retraso para poder intervenir a tiempo.
Esto significa que, en un futuro próximo, cada estudiante podría tener su propio "asistente de aprendizaje", eliminando la necesidad de clases extras rígidas y la dependencia de profesores específicos. Las capacidades de autoaprendizaje se verán significativamente mejoradas, y el rol de la escuela pasará de ser un "lugar para transmitir conocimientos" a un "lugar para inspirar y desarrollar las capacidades individuales".
En este contexto, la pregunta ya no es "¿deberíamos tener tutorías adicionales?", sino "¿cómo pueden los estudiantes aprender eficazmente sin tutorías adicionales?". Y "¿cómo puede la IA no reemplazar a los docentes, sino empoderarlos?".
No debería prohibirse, pero tampoco debería aceptarse tácitamente.
El vicepresidente de la Asamblea Nacional, Tran Quang Phuong, tiene toda la razón al afirmar que las tutorías son una necesidad real y no pueden simplemente prohibirse. Sin embargo, el peligro reside cuando se convierten en la norma.
La gestión de las tutorías extracurriculares requiere una distinción clara: qué constituye apoyo voluntario y qué constituye lucro; qué es una necesidad de desarrollo personal y qué es consecuencia de deficiencias existentes. Es absolutamente inaceptable que el profesorado regular imparta tutorías a sus propios alumnos, ya que esto genera conflictos de intereses que erosionan la ética profesional y la equidad educativa.
Por lo tanto, en lugar de prohibiciones extremas o aceptación pasiva, necesitamos un enfoque flexible con una hoja de ruta de transición inteligente: de un sistema educativo "dependiente de tutorías adicionales" a uno donde "los niños puedan aprender bien sin tutorías adicionales".
¿Qué dirección debe tomar la educación vietnamita?
Para abordar de raíz el problema de las tutorías adicionales, lo más importante es reformar el sistema educativo desde dentro, en lugar de simplemente reforzar el control desde fuera. Un sistema educativo de calidad eliminará naturalmente la necesidad de tutorías adicionales entre los estudiantes. Y para lograrlo, se deben priorizar tres enfoques.
En primer lugar, mejorar la calidad de la educación formal es un requisito indispensable. Cuando las clases en el aula sean realmente atractivas, eficaces y profundas, los estudiantes ya no sentirán la necesidad de tutorías adicionales. Pero para lograrlo, el currículo debe reducirse significativamente, evitando la práctica de "cortar una parte y atiborrarse de otra". Al mismo tiempo, deben reformarse los métodos de evaluación para que los estudiantes ya no estudien solo para obtener calificaciones, y los docentes ya no enseñen solo para completar exámenes. Más importante aún, el profesorado necesita capacitarse con un nuevo espíritu: no solo para impartir muchos conocimientos, sino para fomentar habilidades, guiar los métodos de aprendizaje y desarrollar el pensamiento independiente en los estudiantes.
En segundo lugar, invertir fuertemente en tecnología educativa e inteligencia artificial (IA).
La tecnología no puede reemplazar a los docentes, pero puede ser un apoyo muy eficaz. Las tareas repetitivas y mecánicas deberían ser gestionadas por la tecnología, permitiendo a los docentes centrarse en lo más importante: inspirar y apoyar a sus estudiantes. Con el apoyo de la IA, los estudiantes pueden personalizar su proceso de aprendizaje, sabiendo qué necesitan aprender, cómo aprenderlo y cómo progresar. Así, ya no necesitan clases particulares abarrotadas y rígidas, sino que pueden aprender a su manera, de forma más inteligente y eficaz.
En tercer lugar, necesitamos refinar la filosofía de la educación. Si la educación se centra únicamente en los exámenes, las tutorías adicionales son inevitables. Pero si la educación busca ayudar a cada individuo a desarrollarse integralmente —con carácter, aspiraciones y capacidad para el aprendizaje permanente—, el enfoque debe ser completamente diferente. En ese caso, las escuelas no son solo lugares para enseñar conocimientos, sino lugares para sembrar la alegría de aprender, suscitar grandes preguntas y cultivar sueños. Los estudiantes no van a clase para recibir tutorías adicionales, sino para convertirse en la mejor versión de sí mismos.
Una sociedad del aprendizaje no es una sociedad que sólo estudia.
El debate parlamentario sobre tutorías y formación complementaria, si solo se centrara en su prohibición, simplemente se desvanecería como antes. Pero si lo analizamos desde una perspectiva que refleje la filosofía educativa, el modelo operativo y los objetivos formativos de todo el sistema, se presenta una valiosa oportunidad de reforma.
Nadie niega que muchos estudiantes aún necesitan tutorías adicionales hoy en día. Pero no podemos aceptar un futuro en el que las tutorías se conviertan en la norma y la educación formal sea simplemente un marco formal.
En la era de la IA, la inteligencia no se trata de aprender más, sino de aprender de la manera correcta y vivir una vida más significativa.
Es hora de que la educación vietnamita se transforme: que deje de luchar con medidas provisionales como las tutorías adicionales y, en cambio, cree una verdadera sociedad de aprendizaje donde todos puedan aprender durante toda su vida sin sacrificar su infancia ni su salud.
Dr. Nguyen Si Dung
Fuente: https://baochinhphu.vn/day-them-hoc-them-va-cau-hoi-lon-ve-triet-ly-giao-duc-102250623200010802.htm






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