No se trata sólo de un fraude económico , sino también de un delito contra la salud y la vida de las personas, máxime cuando la escala de funcionamiento de este "ecosistema" viene realizándose desde hace mucho tiempo, con una amplia red de distribución...
El incidente plantea una vez más una pregunta dolorosa: ¿estamos poniendo demasiada confianza en el mercado autorregulado, obligando a los consumidores a ser sabios y estar alerta para elegir el producto genuino adecuado entre un mar de bienes, en lugar de crear un mecanismo de control y supervisión efectivo desde la raíz?
En realidad, las personas no tienen la suficiente experiencia, herramientas ni autoridad para determinar la calidad y el verdadero origen de los medicamentos y alimentos funcionales que utilizan a diario. Frascos de medicamentos con su embalaje completo, códigos de barras y números de registro, pero que contienen harina de yuca, harina de trigo e incluso sustancias tóxicas, son algo que nadie puede detectar a simple vista o buscando en Internet. Entonces ¿de quién es la responsabilidad?
En el pasado, los productos que afectan directamente a la salud, como los alimentos funcionales, los cosméticos farmacéuticos e incluso algunas medicinas orientales, se gestionaban bajo el mecanismo de “autodeclaración”. Las empresas sólo necesitan presentar documentos válidos para poder poner sus productos en el mercado... mientras que las autoridades sólo realizan una inspección posterior, si las condiciones lo permiten o cuando hay retroalimentación. Esta gestión crea lagunas legales que los malos pueden aprovechar, mientras que los consumidores se convierten en los más vulnerables.
Es hora de revisar y endurecer todo el marco legal y el mecanismo de gestión de esta cuestión. En primer lugar, es necesario acabar con la autodeclaración de alimentos funcionales, medicinas orientales, cosméticos farmacéuticos y productos de apoyo al tratamiento. En lugar de ello, es necesario exigir una inspección previa y una concesión de licencias con procedimientos estrictos, asignando responsabilidades específicas a cada etapa: desde las pruebas, la evaluación de los ingredientes y las instalaciones de producción hasta el anuncio de circulación.
En segundo lugar, es necesario promover la construcción y conexión de un sistema de trazabilidad electrónica obligatoria para cada producto y cada envío, no sólo para hacer los productos transparentes para las empresas, sino también para facilitar a las autoridades y a los consumidores su control y seguimiento. Cada caja de medicamentos y frasco de alimentos funcionales debe tener su propio código de identificación y acceso a datos públicos sobre el lugar de producción, pruebas y distribución.
En tercer lugar, es necesario fortalecer la capacidad para realizar inspecciones sorpresivas y posteriores inspecciones periódicas de los establecimientos de producción y comercialización de productos farmacéuticos y alimentos funcionales. Las autoridades no pueden simplemente esperar la retroalimentación antes de tomar medidas, sino que necesitan tener un mecanismo de seguimiento periódico, con la participación de fuerzas interdisciplinarias o socializar el trabajo de inspección independiente.
Más importante aún, es necesario construir un mecanismo para evitar la negatividad dentro del propio equipo directivo. Incidentes como el de Pham Ngoc Tien no podrían haber existido durante tanto tiempo sin la laxitud e irresponsabilidad del personal directivo.
Por último, es necesario realizar importantes inversiones en tecnología de pruebas modernas y en recursos humanos especializados, además de concienciar al público sobre los riesgos que conlleva el uso de medicamentos falsificados y alimentos funcionales de mala calidad. El papel de la prensa, los medios de comunicación y las organizaciones sociales es muy importante a la hora de difundir conocimiento y proporcionar alertas oportunas.
Proteger a los consumidores, especialmente con productos directamente relacionados con la salud, no es sólo una responsabilidad, sino también una medida de la eficacia de la gestión estatal. No permitamos que incidentes como el recientemente desmantelado de una red de medicamentos falsificados sean simplemente "puntos brillantes", sino que conviértalos en el comienzo de una revisión y un ajuste exhaustivos, con el objetivo de crear un mercado transparente y seguro.
Fuente: https://hanoimoi.vn/dung-bat-nguoi-tieu-dung-phai-thong-thai-702827.html
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