
Restaurante Brother Hai's Pho en el juego Brother Hai's Pho Restaurant - Captura de pantalla
Un juego con un toque amable, gráficos rústicos y una jugabilidad sencilla, pero que despierta la curiosidad de cientos de miles de personas, las anima a explorar la experiencia y luego a compartirla con entusiasmo.
Sorprendentemente, el autor del juego, un estudiante varón de último año de la Universidad Politécnica con el apodo de Marisa0704 (y que no quiso revelar su identidad ni siquiera cuando fue entrevistado por los medios), solo utilizó el software gratuito Godot Engine para crear el juego, lo lanzó a través de la plataforma itch.io, sin publicidad ni patrocinio.
En tan solo unos días, el juego alcanzó cerca de 650.000 descargas, millones de visualizaciones de vídeos y productos derivados. Algunos incluso se desplazaron hasta la zona de Dan Phuong (Hanói) para probar un auténtico restaurante de pho.
Sin embargo, detrás de la historia común (un tipo que vende pho en los suburbios, cría perros y recibe a todo tipo de clientes habituales) hay una sensación de calidez y decepción cuando el juego se hizo popular de repente, pero el autor intentó esconderse en medio de la tormenta mediática.
Existen muchas razones por las que los internautas han especulado sobre por qué Marisa0704 decidió esconderse.
El contexto actual nos recuerda una situación similar ocurrida hace 12 años. El juego Flappy Bird también causó conmoción no solo en la comunidad de jugadores vietnamita, sino en todo el mundo en aquel entonces.
Dong Nguyen creó un juego en pocos días y, al despertarse, se encontró en lo más alto de las listas de la App Store.
Sin embargo, la fama trae consigo una presión constante y el tipo nacido en 1985 decidió retirarse del juego.
¿Por qué los juegos vietnamitas repiten los mismos "golpes"? Parece que la respuesta reside en el sistema, no en los programadores de juegos individuales.
El restaurante de pho de Anh Hai es popular gracias a sus elementos vietnamitas como el tazón de pho, el sonido de la motocicleta, la silla de plástico roja, la escena del robo del perro... Todo esto hace que los jugadores vean reflejada su propia vida en él.
Pero en cuanto se hizo famoso, aparecieron rápidamente decenas de APK falsos, algunos incluso con malware. El autor tuvo que publicar una advertencia de inmediato.
Antes de que el producto pudiera comercializarse y careciera de derechos de propiedad intelectual, fue copiado sin piedad con múltiples fines ilícitos. El autor parecía estar solo en la lucha por proteger su creación, con una serie de tareas pendientes.
Flappy Bird también fue así. El éxito se convirtió, sin querer, en una carga. Atrapado en rumores infundados sobre la legalidad de la idea, sobre impuestos, sobre la publicación…, el autor sintió que su vida se había puesto patas arriba hasta el punto de asfixiarse.
La falta de asesores legales y equipos operativos se ha convertido en una barrera para personas talentosas con abundantes ideas, capacidad, pasión y entusiasmo.
Si observamos cómo lo hacen países vecinos como Corea y Tailandia, podemos ver que Vietnam merece ser mencionado en el mapa mundial de la industria de los videojuegos por su ecosistema logístico creativo (donde se capacita, apoya y protege a los desarrolladores). No solo por un juego que alcanzó la fama repentinamente y luego tuvo dificultades para afrontar la presión tras el furor inicial.
El restaurante de pho de Anh Hai aparece, una vez más, para poner a prueba la capacidad de fomentar la creatividad en los juegos vietnamitas.
Si no podemos proteger a un creador de videojuegos de la piratería, si no podemos ayudarle a comercializar su obra, ¿cómo podemos hablar de una economía creativa? De este modo, el mercado solo se llena de fenómenos, sin crear una verdadera industria cultural.
Ningún país puede construir una industria creativa solo con inspiración.
Si queremos que la industria del juego vietnamita se desarrolle de forma sostenible, necesitamos convertir la pasión en estructura: política, infraestructura, capital y protección.
Es evidente que necesitamos un ecosistema de tres niveles. El nivel inicial: escuelas, comunidades tecnológicas y concursos que permitan a los jóvenes experimentar y aprender de sus errores. El nivel de incubación: fondos de inversión en innovación, asesoramiento técnico, apoyo legal y comercialización. El nivel industrial: políticas proteccionistas, incentivos fiscales y estrategias de exportación.
Cuando estos tres niveles estén en funcionamiento, la industria vietnamita de los videojuegos contará con una cadena de valor completa: desde las ideas hasta los productos, desde los individuos hasta las industrias. Y entonces, cada puesto de pho o pequeño negocio local no solo será un fenómeno, sino el primer pilar de una industria creativa sostenible.
Fuente: https://tuoitre.vn/game-viet-va-nhung-lan-day-song-co-don-20251108215807229.htm






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