Bruce Hood ha sido profesor de Psicología del Desarrollo Social en la Universidad de Bristol, Reino Unido, desde 1999. Obtuvo su doctorado en neurociencia en la Universidad de Cambridge y posteriormente enseñó en el University College de Londres (UCL), el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y la Universidad de Harvard.
Estudia el desarrollo infantil, la identidad propia y el autocontrol. En los últimos cinco años, se ha centrado en cómo las personas pueden ser más felices. Ha escrito cinco libros de divulgación científica que se han publicado en más de treinta países, y su libro más reciente es La ciencia de la felicidad: Siete lecciones para vivir bien.
Según el profesor Bruce Hood, el problema no es el mundo exterior, sino que no hemos aprendido a cambiar nuestra percepción de nosotros mismos para ser más felices. En el libro "Las raíces de la felicidad", Bruce Hood señala que la mayoría de los niños pequeños son egocéntricos. Sus mentes casi no tienen espacio para el arrepentimiento del pasado ni para las preocupaciones por el futuro.
A medida que crecen y se adentran en el competitivo mundo de los exámenes, las relaciones, las redes sociales y el trabajo, dejan de ser el centro de atención. Tienen que aprender a integrarse con otros que también compiten por estatus y reconocimiento.
Sin embargo, aún podemos quedar atrapados en nuestro egocentrismo, que nos hace centrarnos en nuestros propios problemas y exagerar todo. No creemos que los demás tengan sus propios problemas, o si los tienen, sus problemas no son tan graves como los nuestros. Pero si mantenemos nuestro ego como eje central, ese egocentrismo corre el riesgo de distorsionar nuestra perspectiva y llevarnos a la infelicidad.
«Si queremos ser más felices, debemos experimentar un cambio fundamental en nuestra percepción de la vida», afirma Bruce Hood. «Debemos abandonar la idea de un universo egocéntrico rodeado de otros; es decir, debemos reconocer nuestro lugar y cómo nos relacionamos».
Pero el problema es que a veces convertimos la felicidad en una meta ajena a nosotros mismos. Constantemente nos comparamos con los demás, soñamos con un futuro próspero o nos preocupamos por cosas que escapan a nuestro control. Estas cosas nos alejan del momento presente, donde surge la verdadera felicidad.
El aislamiento social también influye en nuestra infelicidad. Hoy en día, con el desarrollo de la tecnología y las redes sociales, es muy fácil conectar con personas de todo el mundo. Sin embargo, cada vez hay más pruebas de que la tecnología está haciendo que la gente sea menos feliz.
Un estudio de 2017 de la Universidad de Pittsburgh reveló que cuanto más tiempo pasaban los jóvenes en las redes sociales, más aislados estaban. Otro estudio con más de 1000 estudiantes universitarios chinos reveló que cuanto más solitarias eran las personas, más propensas eran a recurrir a las redes sociales para conectar, pero esto las hacía sentir más solas con el tiempo.
“Nos encontramos en un punto de inflexión en el desarrollo humano, donde los estilos de vida modernos y las innovaciones digitales están moldeando cómo nos comportamos y el mundo en el que elegimos vivir. Cada vez somos más los que optamos por vivir en ciudades más densas, pero, paradójicamente, nos estamos volviendo más aislados”, observó Bruce Hood.
Como investigador científico, el profesor Bruce Hood siempre ha buscado descifrar la felicidad basándose en el poder de los datos y la evidencia para extraer conclusiones convincentes sobre cómo tener una vida feliz. Tras cuatro décadas de investigación en neurociencia y psicología del desarrollo, afirma que la felicidad es un estado que se puede entrenar.
En su libro "Las raíces de la felicidad", Bruce Hood no solo ayuda a los lectores a comprender las causas de nuestra infelicidad, sino que también ofrece métodos para ser más felices mediante las siete lecciones que ha resumido. Aplicó estas lecciones a los estudiantes del curso piloto "La ciencia de la felicidad" de la Universidad de Bristol. Los resultados de la medición de la felicidad de los estudiantes mostraron un aumento significativo en las puntuaciones positivas: entre un 10 % y un 15 % en las diez semanas posteriores al curso. "La mejor manera de alcanzar la felicidad es ser menos egoísta y vivir más para los demás", concluyó Bruce Hood.
Con una combinación de datos científicos y mensajes humanísticos, “El origen de la felicidad” ofrece una perspectiva completamente nueva sobre el origen de la felicidad.
Fuente: https://baophapluat.vn/goc-nhin-khoa-hoc-ve-hanh-phuc.html






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