Según The Guardian, este se considera un momento crucial para Google, ya que su aplicación de búsqueda líder corre el riesgo de ser superada por los chatbots de inteligencia artificial (IA) de sus competidores, incluso si esos chatbots aún no son perfectos a la hora de proporcionar resultados precisos y útiles.
El director ejecutivo de Google, Sundar Pichai, dijo que esta prueba pública sigue a una prueba del chatbot Bard con 80.000 empleados de Google, y es el primer paso antes de que el chatbot se lance en más países e idiomas.

Oficina de Google en Nueva York - Foto: REUTERS
Según el Sr. Pichai, la retroalimentación de los usuarios es crucial para mejorar el producto y la tecnología subyacente. Actualmente, el chatbot de Bard puede recibir y responder preguntas y solicitudes en inglés estándar, y es capaz de ofrecer respuestas creativas a preguntas difíciles. A partir del 21 de marzo, los usuarios pueden registrarse para acceder a través de una lista de espera en el sitio web de la empresa.
Google anunció el chatbot Bard en febrero como respuesta al éxito fenomenal de ChatGPT, aunque llevaba mucho tiempo preparándose para esta tecnología. Unos días después del anuncio de Google, Microsoft fue más allá y presentó y lanzó Bing Chat, basado en el modelo de lenguaje GPT-4 de OpenAI.
A diferencia de esos dos sistemas, Bard se basa en el propio modelo de lenguaje de Google, llamado LaMDA, que ganó atención en junio de 2022 después de que un ingeniero llamado Blake Lemoine fuera suspendido temporalmente de su trabajo cuando dijo que el chatbot que estaba ayudando a desarrollar se había vuelto "sensato", comenzando a pensar y razonar como un niño real.
El 22 de marzo, Reuters informó que los rápidos avances tecnológicos, como la aplicación de inteligencia artificial (IA) ChatGPT, están complicando aún más los esfuerzos de los legisladores de la Unión Europea (UE) para acordar leyes históricas sobre IA.
La Comisión Europea propuso hace casi dos años un proyecto de normas destinadas a proteger a los ciudadanos de los peligros de las tecnologías emergentes, que han experimentado un auge en la inversión y la adopción por parte de los consumidores en los últimos meses.
El proyecto debe ser discutido entre los países de la UE y los legisladores de la UE antes de que las normas puedan convertirse en ley.
Algunos legisladores esperaban alcanzar un consenso sobre el proyecto de ley de 108 páginas el mes pasado en una reunión en Estrasburgo, Francia. Sin embargo, una reunión de cinco horas celebrada el 13 de febrero no logró una solución, debido a desacuerdos sobre diversos aspectos de la legislación propuesta, según tres fuentes familiarizadas con el asunto.
Aunque se espera que se llegue a un acuerdo a finales de este año, existe la preocupación de que la complejidad y la falta de avances puedan retrasar la legislación hasta el año próximo.
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