
El flujo de caja de las "visas doradas" ha ayudado a Portugal a revivir un museo de coches clásicos y artefactos de la Segunda Guerra Mundial - Foto: BLOOMBERG
Las visas doradas revitalizan los museos de coches clásicos.
En la ciudad montañosa de Caramulo, en el centro de Portugal, el Museu do Caramulo, un museo que exhibe automóviles antiguos, obras de arte y artefactos de la Segunda Guerra Mundial, luchaba por mantenerse a flote debido a la falta de visitantes, ya que los ingresos apenas cubrían los gastos.
El punto de inflexión llegará a finales de 2023, cuando el museo podrá aceptar donaciones a través del programa “visa dorada”.
En sólo dos años, recaudó más de 20 millones de euros (casi 23,4 millones de dólares) de inversores de Estados Unidos, China y muchos otros países.
Según Bloomberg News, este dinero ayuda al museo a reparar la infraestructura, comprar más coches clásicos raros como el Bugatti 35B y el Lamborghini Miura P400 SV, y organizar un festival de coches a gran escala que atrae a decenas de miles de visitantes cada año.
A partir de un proyecto pequeño como Caramulo, el Gobierno portugués espera replicar el modelo de atracción de capital sostenible a través del programa “golden visa”.
Debatir la eficacia a largo plazo
Lanzada en 2012 en medio de la crisis financiera, la “visa dorada” permite a los extranjeros obtener la residencia si invierten al menos 500.000 euros (casi 585.000 dólares) en bienes raíces.
Sin embargo, esta política ha sido criticada por provocar que los precios de las viviendas en la capital, Lisboa, y en la ciudad de Oporto (norte de Portugal) se disparen, obligando a miles de personas a salir a las calles en protesta.
A partir de 2023, el gobierno portugués ha eliminado la categoría de bienes inmuebles, otorgando visas únicamente a personas que donen al menos 200.000 euros (casi 234.000 dólares) a la cultura o inviertan 500.000 euros en fondos nacionales.
Gracias a ello, solo en 2024, el número de visas emitidas aumentó un 72%, alcanzando un récord de casi 5.000 visas.
Sin embargo, los expertos aún debaten si este flujo de capital traerá beneficios a largo plazo. Muchos argumentan que el gobierno debería redirigir el dinero a sectores esenciales como la sanidad, la educación o la vivienda asequible, áreas que constituyen cuellos de botella en la economía .
Desde su lanzamiento, el programa ha atraído más de 7.000 millones de euros (más de 8.100 millones de dólares), la mayoría de los cuales se han destinado al sector inmobiliario, ayudando a convertir Lisboa en uno de los mercados más activos de Europa.
Aunque muchos países como España, Irlanda y los Países Bajos han cancelado programas similares, Portugal los ha mantenido, afirmando que hará ajustes para garantizar la "equidad económica y social".
Actualmente, los inversores optan principalmente por invertir a través de fondos nacionales, que van desde acciones y bonos hasta agricultura y energía renovable.
Por ejemplo, la Fundación Pela Terra ha recaudado 75 millones de euros (unos 87,7 millones de dólares) para cultivar almendras y olivos, cultivos rentables que crean puestos de trabajo para personas en zonas rurales.
Algunos inversores optan por donar en lugar de invertir para conectar con las comunidades locales. James Davis, geólogo estadounidense, donó 250.000 euros (más de 292.000 dólares) a la Fundación Ricardo Espírito Santo Silva, que preserva la artesanía tradicional lisboeta.
"Ese dinero se puede perder, pero el valor que aporta durará para siempre", dijo.
A pesar del debate en curso, el programa de "visa dorada" está ayudando a revitalizar áreas remotas como Caramulo, donde la inversión internacional no sólo está dando vida a los museos de autos clásicos sino que también está ayudando a preservar la memoria y la identidad para las generaciones futuras.
Fuente: https://tuoitre.vn/het-thoi-dau-tu-nha-dat-thi-thuc-vang-bo-dao-nha-hut-von-cho-van-hoa-va-nong-nghiep-20251017175026755.htm










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