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Cuando clasificar la basura es divertido

Durante casi 10 años, mi familia ha mantenido la costumbre de clasificar la basura. En lugar de meterlo todo en una sola bolsa para que lo recojan los trabajadores ambientales, hemos convertido la clasificación de residuos en pequeños placeres y hemos adaptado gradualmente las acciones diarias de cada miembro de la familia según el principio de las 3R (Reducir – Reutilizar – Reciclar).

Báo Đắk LắkBáo Đắk Lắk13/06/2025

El contenedor de basura de mi familia tiene dos cubos viejos pintados. Uno se usa para guardar botellas de plástico y latas de cerveza; el otro, para residuos orgánicos como tallos de verduras, cáscaras de fruta, restos de comida, etc.

El primer cubo se lo dieron a mis hijos para que lo "administraran" y lo vendieran al chatarrero cuando estuviera lleno. Estaban muy emocionados de tener un poco de dinero para ahorrar para sus propios proyectos.

El segundo cubo es para mi pequeño huerto. El huerto tiene solo unas pocas docenas de metros cuadrados, tiene algunas gallinas y algunos árboles frutales, todos alimentados con los residuos orgánicos a diario.

Mis hijos recogen papel, latas y botellas para venderlas como chatarra.

Al principio, me interesaba mucho aprender a procesar los residuos orgánicos antes de depositarlos en el jardín. Por ejemplo, criar moscas soldado negras (lombrices de calcio) para procesar los residuos y crear alimento para las gallinas; compostar los residuos orgánicos con productos EM... Estos métodos son efectivos, pero requieren mucho tiempo, así que volví al método más rápido: depositar todos los residuos orgánicos en el jardín. La comida sobrante se usará como alimento para las gallinas; el resto se descompondrá de forma natural. Periódicamente, diluyo los productos EM con hongos antagonistas de Trichoderma y los rocío sobre la superficie para promover el proceso de descomposición y aumentar los microorganismos beneficiosos para el suelo. Gracias a ello, mi pequeño jardín, que antes era un terreno árido y estéril, ahora cuenta con una cubierta orgánica suelta y húmeda. En el jardín, hay varios tipos de árboles frutales que crecen de forma natural, no necesitan fertilización y, aun así, producen regularmente frutos dulces y fragantes.

La basura que no se puede reutilizar se coloca en bolsas para que la empresa ambiental la recoja periódicamente una vez a la semana. En comparación con las familias vecinas, nuestras bolsas de basura siempre son más pequeñas, ligeras y sin olor. Además, tenemos una botella de plástico específica para pilas usadas y algunos residuos peligrosos. Cada vez que hay una actividad de recolección, mis hijos traen residuos peligrosos para intercambiarlos por regalos; incluso sin regalos, el solo hecho de ver que los residuos peligrosos no se mezclan con la basura doméstica es una alegría para nosotros.

La clasificación de residuos también nos ayuda a reflexionar sobre nuestros hábitos de consumo. Por ejemplo, al observar la cantidad de residuos no reutilizables (principalmente bolsas, vasos y bandejas de plástico que se envían a los vertederos cada semana), buscamos maneras de reducirla: llevar botellas de agua y bolsas de tela, evitar el uso de pajitas de plástico o rechazar el uso de bolsas de plástico cuando no sean realmente necesarias.

Siempre que mi familia recibe visitas de familiares, mis hijos, con naturalidad, les enseñan a clasificar la basura o les explican por qué es necesario hacerlo. El dinero que ganan con la venta de chatarra, además de ahorrarlo para sus necesidades personales, también lo llevan para apoyar a amigos desfavorecidos, apoyar zonas de desastre o depositarlo en pequeños sobres rojos para entregarlo a los recolectores de basura. Esas son las lecciones sobre responsabilidad ambiental y compartir con quienes los rodean que mis hijos han aprendido con el hábito de clasificar la basura.

Según la Ley de Protección Ambiental, a partir del 1 de enero de 2025, las familias y las personas deben clasificar los residuos sólidos domésticos. Sin embargo, la implementación hasta la fecha presenta numerosas deficiencias, lo que impide obtener los resultados esperados. Se espera que cada familia encuentre maneras adecuadas de incorporar la clasificación de residuos como un hábito para colaborar en la protección del medio ambiente.

Fuente: https://baodaklak.vn/xa-hoi/202506/khi-phan-loai-rac-la-niem-vui-eb7129a/


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