
Las náuseas matutinas se han considerado durante mucho tiempo una pesadilla para muchas mujeres embarazadas.
Según los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EE. UU., aproximadamente el 80 % de las mujeres en todo el mundo experimentan náuseas matutinas, vómitos o sensibilidad a los olores de los alimentos durante las primeras etapas del embarazo. Contrario a la creencia popular de que esto es señal de problemas, una investigación de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) confirma que se trata de una reacción biológica natural.
Durante el embarazo, el sistema inmunológico de la madre se enfrenta a un desafío especial: debe proteger el cuerpo de los patógenos y, al mismo tiempo, no atacar al feto, que porta la mitad de sus genes del padre, lo que significa que es "parcialmente extraño" para el cuerpo de la madre.
“La madre tiene que mantener un delicado equilibrio entre protegerse a sí misma y a su feto, evitando al mismo tiempo una respuesta inmunitaria hiperactiva que podría dañar al feto”, dijo la profesora de antropología Molly Fox, autora principal del estudio publicado en la revista Evolution, Medicine and Public Health.
Los investigadores descubrieron que este equilibrio se mantiene mediante una combinación de respuestas inflamatorias específicas y mecanismos conductuales adaptativos. Síntomas como náuseas, vómitos o aversión al sabor de ciertos alimentos se consideran «estrategias evolutivas» para mantener a las madres alejadas de alimentos potencialmente dañinos, especialmente durante los primeros 3 a 6 meses, cuando el feto es más vulnerable.
Para investigar esta conexión, los científicos siguieron a 58 mujeres latinas del sur de California desde el inicio del embarazo hasta el posparto. Se analizaron muestras de sangre de las madres para detectar moléculas inmunitarias llamadas citocinas y también completaron encuestas sobre síntomas de náuseas matutinas y aversiones a olores y alimentos.
Los resultados mostraron que el 67% de las mujeres sintió náuseas, el 66% vomitó y el 64% presentó aversión al olor del tabaco o la carne. Cabe destacar que quienes presentaban estas aversiones también mostraron un marcado aumento de citocinas proinflamatorias, un signo de un sistema inmunitario hiperactivo.
“Las náuseas matutinas no son un signo anormal. Al contrario, reflejan una respuesta inmunitaria saludable, que ayuda a proteger mejor a la madre y al bebé”, explica el coautor, el profesor Daniel Fessler.
Los investigadores comparan este fenómeno con la forma en que hoy en día se etiquetan alimentos como la carne poco hecha o el queso blando, que representan un alto riesgo de intoxicación para las mujeres embarazadas. En la naturaleza, las náuseas y las aversiones alimentarias son «señales de alerta biológicas» que la evolución ha programado para limitar el riesgo.
Además de su valor científico, este hallazgo también tiene relevancia social. Reconocer las náuseas matutinas como una respuesta biológica normal puede ayudar a reducir el estigma en el ámbito laboral y allanar el camino para políticas de apoyo prácticas, como la adaptación de los horarios de trabajo y la asignación de prestaciones sanitarias adecuadas para las mujeres embarazadas.
El equipo de científicos afirmó que estos resultados son solo el comienzo. Estudios posteriores podrían ayudar a los médicos a brindar una atención prenatal menos invasiva y a predecir el riesgo de anomalías de forma temprana.
Fuente: https://tuoitre.vn/khoa-hoc-giai-oan-cho-om-nghen-20250930154508037.htm






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